La Oracion de Israel

lunes, 28 de febrero de 2011

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YHWH, tú me has asignado mi herencia y mi porción, mi destino está en tus manos.
La colindancia de lo mío cayó en lugares primorosos, hermosa es la heredad que me ha tocado.
Bendigo a YHWH porque él me guía, en mi conciencia me corrige por las noches. (Salmos 16:5-7)










Yahoshua Ben Sirà (Version Yahwhuista Restituida)

miércoles, 2 de febrero de 2011

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Ben Sirá
escribió su libro en Hebreo alrededor del 190 a.C. Unos 60 años más tarde un nieto suyo lo tradujo al griego, para que pudieran leerlo los judíos de la diáspora.
Esta versión Restituida a la fuente Hebraica modelan los nombres apropiados y enriquecen el texto adecuándolo al origen del mismo, extraído de la septuaginta logrando así también una lectura acorde a su originalidad.-


Dedico esta obra a mi Padre Celestial YHWH, Y a mi amada Esposa Dora Carmen Jorgensen por su paciencia y amor hacia mi ser.



BEN SIRÀ

Capítulo I

Esta parte de la primera carta podría servir de modelo para los votos de . Los judíos de Palestina escriben esta carta después de vencer a sus opresores. En el momento de celebrar la Purificación del Templo de Jerusalén, arrancado del poder de los enemigos, informan a las comunidades judías dispersas en Egipto. Esta carta se hace eco de varios rumores. Destacamos la HISTORIA según la cual el Arca (que de hecho fue destruida en la caída de Jerusalén, en 587), había sido salvada y escondida. Así se expresaba la fe profunda del pueblo; nada de lo que YHWH había hecho en el tiempo de los padres podía perderse. Nótese 2,13-15. Este dato, no del todo fiable, completa los que leemos en 1ª Crónicas 29,29-30; 2ª Crónicas 9,29; 16,11...; Esdras 7,25-26; Nehemías 8, sobre la formación del primer núcleo de la Biblia, obra que fue a lo mejor, no de Nehemías, sino de Esdras.

Sir 1:1 Mas el mencionado Simón, que en daño de la patria había denunciado aquel tesoro, hablaba mal de Onías, como si éste hubiese instigado a Heliodoro a hacer tales cosas, y sido el autor de aquellos males;

Sir 1:2 y al protector de la ciudad, al defensor de su nación, al celador de la Torah de YHWH, tenía el atrevimiento de llamarlo traidor del reino.

Sir 1:3 Mas como estas enemistades pasasen a tal extremo, que se cometían hasta asesinatos por algunos amigos de Simón;

Sir 1:4 considerando Onías los peligros de la discordia, y que Apolonio, gobernador de la Celesiria y de la Fenicia, atizaba con su furor o imprudencia la malignidad de Simón, se fue a presentar al rey,

Sir 1:5 no para acusar a sus conciudadanos, sino únicamente con el fin de atender al bien común de todo su pueblo, que es lo que él se proponía,

Sir 1:6 pues estaba viendo que era imposible pacificar los ánimos, el contener la locura de Simón sin una providencia del rey.

Sir 1:7 Mas después de la muerte de Seleuco, habiéndole sucedido en el reino su hermano Antíoco, llamado el ilustre, Jasón, hermano de Onías, aspiraba con ansia al sumo sacerdocio.

Sir 1:8 Pasó a dicho fin a presentarse al rey, y le prometió trescientos sesenta talentos de plata, y otros ochenta talentos por otros títulos;

Sir 1:9 con más otros ciento cincuenta que ofrecía dar, si se le concedía facultad de establecer un gimnasio, y un centro de deportes para los jóvenes, y que los moradores de Jerusalén gozasen del derecho de que gozaban los ciudadanos de Antioquía.

Sir 1:10 Habiéndole, pues, otorgado el rey lo que pedía, y obtenido el principado, comenzó al instante a hacer tomar a sus paisanos los usos y costumbres de los gentiles.

Sir 1:11 Y desterrando la manera de vivir según la ley, que los reyes por un efecto de su bondad a favor de los judíos habían aprobado, mediante los buenos oficios de Juan, padre de Eupólemo (el que fue enviado de embajador a los romanos para renovar la amistad y alianza), establecía Jasón leyes perversas, trastornando los derechos legítimos de los ciudadanos.

Sir 1:12 Pues tuvo el atrevimiento de establecer bajo del alcázar mismo de Jerusalén un gimnasio, y de exponer en lugares infames la flor de la juventud;

Sir 1:13 siendo esto no un principio , sino un progreso y consumación de la vida pagana y extranjera, introducida con detestable e inaudita maldad por el no sacerdote, sino intruso e impío Jasón.

Sir 1:14 Llegó la cosa a tal estado, que los sacerdotes no se aplicaban ya al ministerio del altar, sino que despreciando el templo y olvidando los sacrificios, corrían como los demás, a la palestra, y a los premios indignos, y a ejercitarse en el juego del disco.

Sir 1:15 Considerando en nada los honores patrios, apreciaban más las glorias que venían de la Grecia;

Sir 1:16 por cuya adquisición se excitaba entre ellos una peligrosa emulación; de suerte que hacían alarde de imitar los usos de los griegos, y de parecer semejantes a aquellos mismos que poco antes habían sido sus mortales enemigos.

Sir 1:17 Pero obrar impíamente contra la Torah de YHWH no queda sin castigo, como se verá en los tiempos siguientes.

Sir 1:18 Como se celebrasen, pues, en Tiro los juegos olímpicos de cada cinco años, y el rey estuviese presente,

Sir 1:19 envió el malvado Jasón desde Jerusalén unos hombres perversos a llevar trescientas monedas de plata para el sacrificio de Hércules; pero los mismos que las llevaron, pidieron que no se expendiesen en los sacrificios, por no ser conveniente tal aplicación, sino que se empleasen en otros objetos.

Sir 1:20 Y así, aunque el donador de estas monedas las había ofrecido para el sacrificio de Hércules, las emplearon, a instancias de los conductores, en la construcción de galeras.

Sir 1:21 Mas Antíoco, habiendo enviado a Egipto a Apolonio, hijo de Menesteo, a tratar con los grandes de la corte del rey Tolomeo Filométor, luego que vio que le excluía del manejo de los negocios de aquel reino, atendiendo sólo a sus propios intereses, partió de allí y se vino a Joppe, desde donde pasó a Jerusalén ,

Sir 1:22 y recibido con toda pompa por Jasón y por toda la ciudad, hizo su entrada en ella en medio de luminarias y aclamaciones públicas; y desde allí volvió a Fenicia con su ejército.

Sir 1:23 Tres años después envió Jasón a Menelao, hermano del mencionado Simón, a llevar dinero al rey, y a recibir órdenes de éste sobre negocios de importancia.

Sir 1:24 Mas habiéndose granjeado Menelao la voluntad del rey, porque supo lisonjearlo ensalzando la grandeza de su poder, se alzó con el sumo sacerdocio, dando trescientos talentos de plata más de lo que daba Jasón.

Sir 1:25 Y recibidas las órdenes del rey, se volvió. Y en verdad que nada se veía en él digno del sacerdocio; pues tenía el corazón de un cruel tirano, y la rabia de una bestia feroz.

Sir 1:26 De esta suerte Jasón, que había vendido a su propio hermano Onías, engañado ahora él mismo, huyó como desterrado al país de los amonitas.

Sir 1:27 Menelao, así que obtuvo el principado, no se cuidó de enviar al rey el dinero que le había prometido, no obstante que Sóstrato, comandante del alcázar, lo estrechaba al pago,

Sir 1:28 pues estaba a cargo de éste la cobranza de los tributos. Por esta causa fueron citados ambos a comparecer ante el rey.

Sir 1:29 Y Menelao fue depuesto del sumo sacerdocio, sucediéndole su hermano Lisímaco; y a Sóstrato le dieron el gobierno de Chipre.

Sir 1:30 Mientras sucedían estas cosas, los de Tarso y de Malo suscitaron una sedición porque habían sido donados a Antióquide, concubina del rey.

Sir 1:31 Con este motivo pasó el rey allá apresuradamente a fin de apaciguarlos, dejando por su lugarteniente a Andrónico, uno de sus amigos.

Sir 1:32 Menelao entonces creyendo que la ocasión era oportuna, hurtando del templo algunos vasos de oro, dio una parte de ellos a Andrónico, y vendió la otra en Tiro y en las ciudades cercanas.

Sir 1:33 Lo que sabido con certeza por Onías, le reprendía por esta acción desde un sitio de Antioquía cercano al templo de Dafne, donde se hallaba refugiado.

Sir 1:34 Por esta causa pasó Menelao a ver a Andrónico, y le rogó que hiciese matar a Onías; Andrónico fue a visitar a Onías; y habiéndole alargado su mano derecha, y jurándole que no le haría daño, le persuadió (a pesar de que Onías no se fiaba enteramente de él) a que saliese del asilo; mas al punto que salió, le quitó la vida, sin tener ningún miramiento a la justicia.

Sir 1:35 Con este motivo, no solamente los judíos, sino también las demás naciones se irritaron, y llevaron muy a mal la injusta muerte de un varón tan grande.

Sir 1:36 Y así habiendo el rey vuelto de Cilicia, se le presentaron en Antioquía los judíos y los mismos griegos a querellarse de la inicua muerte de Onías.

Sir 1:37 Y Antíoco, afligido en su corazón y enternecido por la muerte de Onías, prorrumpió en llanto, acordándose de la sobriedad y modestia del difunto;

Sir 1:38 y encendiéndose en cólera, mandó que Andrónico, despojado de la púrpura, fuese paseado por toda la ciudad; y que en el mismo lugar en que este sacrílego había cometido tal impiedad contra Onías, allí mismo se le quitase la vida. Así le dio Adonay el merecido castigo.

Sir 1:39 Por lo que hace a Lisímaco, habiendo cometido muchos sacrilegios en el templo, a instigación de Menelao, se había esparcido la fama del mucho oro que de allí había sacado, se sublevó el pueblo contra él.

Sir 1:40 Y amotinándose las gentes, y encendidos en cólera los ánimos, Lisímaco, armando como unos tres mil hombres, capitaneados por un cierto Tirano, o Aurano, tan consumado en malicia como avanzado en edad, empezó a cometer violencias.

Sir 1:41 Mas luego que fueron conocidos los intentos o disposiciones de Lisímaco, unos se armaron de piedras, otros de gruesos garrotes, y otros arrojaban sobre él ceniza,

Sir 1:42 de cuyas resultas muchos quedaron heridos, algunos fueron muertos, y todos los restantes fueron puestos en fuga, perdiendo también la vida junto al erario el mismo sacrílego Lisímaco.

Sir 1:43 De todos estos desórdenes se comenzó a acusar a Menelao;

Sir 1:44 y habiendo llegado el rey a Tiro, pasaron a darle quejas sobre estos sucesos tres diputados enviados por los ancianos.

Sir 1:45 Pero Menelao, conociendo que iba a ser vencido, prometió a Tolomeo una gran suma de dinero, con tal que inclinase al rey en su favor.

Sir 1:46 En efecto, Tolomeo entró a ver al rey, que estaba tomando el fresco en una galería, y le hizo cambiar de parecer;

Sir 1:47 de tal suerte, que Menelao, reo de toda maldad, fue plenamente absuelto de sus delitos; y a aquellos infelices que en un tribunal, aunque fuese de bárbaros, hubieran sido declarados inocentes, los condenó a muerte.

Sir 1:48 Fueron, pues, castigados inmediatamente, contra toda justicia, aquellos que habían sostenido la causa o intereses del pueblo y de la ciudad, y la veneración de los vasos sagrados.

Sir 1:49 Pero los mismos vecinos de Tiro, indignados de semejante acción, se mostraron sumamente generosos en la honrosa sepultura que les dieron.

Sir 1:50 Entretanto Menelao conservaba la autoridad por medio de la avaricia de aquellos que tenían el poder del rey, y crecía en malicia para daño de sus conciudadanos.

CAPITULO 2

Sir 2:1 Se hallaba Antíoco por este mismo tiempo haciendo los preparativos para la segunda expedición contra Egipto.

Sir 2:2 Y sucedió entonces que por espacio de cuarenta días se vieron en toda la ciudad de Jerusalén correr de parte a parte por el aire hombres a caballo, vestidos de telas de oro, y armados de lanzas, como si fuesen escuadrones de caballería.

Sir 2:3 Se vieron caballos, ordenados en filas, que corriendo se atacaban unos a otros, y movimientos de escudos, y una multitud armada con cascos y espadas desnudas, y tiros de dardos, y el resplandor de armas doradas y de todo género de corazas.

Sir 2:4 Por tanto, rogaban todos a YHWH que tales prodigios se tornasen en bien del pueblo.

Sir 2:5 Mas habiéndose esparcido el falso rumor de que Antíoco había muerto, tomando Jasón consigo mil hombres acometió de improviso a la ciudad, y aunque los ciudadanos acudieron al instante a las murallas, al fin se apoderó de ella, y Menelao huyó al alcázar.

Sir 2:6 Pero Jasón, como si creyese ganar un triunfo sobre sus enemigos y no sobre sus conciudadanos, hizo una horrible carnicería en la ciudad, no parando la consideración en que es un grandísimo mal ser feliz en la guerra que se hace a los de su propia sangre.

Sir 2:7 Esto, no obstante, no pudo conseguir ponerse en posesión del principado; antes bien todo el fruto que sacó de sus traiciones fue la propia ignominia; y viéndose precisado nuevamente a huir, se retiró al país de los amonitas.

Sir 2:8 Finalmente fue puesto en prisión por Aretas, rey de los árabes, que quería acabar con él; y habiéndose podido escapar, andaba de ciudad en ciudad aborrecido de todo el mundo; y como prevaricador de las leyes, y como un hombre execrable, y enemigo de la patria y de los ciudadanos, fue arrojado a Egipto.

Sir 2:9 Y de esta suerte, aquel que había arrojado a muchos fuera de su patria, murió desterrado de ella, habiéndose ido a Lacedemonia, creyendo que allí encontraría algún refugio a título de parentesco,

Sir 2:10 y el que había mandado arrojar los cadáveres de muchas personas sin darles sepultura, fue arrojado insepulto, y sin ser llorado de nadie, no habiendo podido hallar sepulcro ni en su tierra propia, ni en la extraña.

Sir 2:11 Pasadas así estas cosas, entró el rey en sospecha de que los judíos iban a abandonar la alianza que tenían con él; y así partiendo de Egipto lleno de furor, se apoderó de la ciudad a mano armada,

Sir 2:12 y mandó a los soldados que matasen indistintamente a cuantos encontrasen sin perdonar a nadie, y que entrando también por las casas pasasen a cuchillo toda la gente;

Sir 2:13 de manera que se hizo una carnicería general de jóvenes y de ancianos, y de mujeres con sus hijos, y de doncellas y de niños;

Sir 2:14 tanto, que en el espacio de aquellos tres días fueron ochenta mil los muertos, cuarenta mil los cautivos, y otros tantos los vendidos por esclavos.

Sir 2:15 Mas ni aún con esto quedó satisfecho Antíoco; sino que además cometió el arrojo de entrar en el templo, lugar el más santo de toda la tierra, conducido por Menelao, traidor a la patria y a las leyes;

Sir 2:16 y tomando con sus sacrílegas manos los vasos sagrados, que otros reyes y ciudades habían puesto allí para ornamento y gloria de aquel lugar sagrado, los manoseaba de una manera indigna, y los profanaba.

Sir 2:17 Así Antíoco, perdida toda la luz de su entendimiento, no veía que si YHWH mostraba por un poco de tiempo su indignación contra los habitantes de la ciudad, era por causa de los pecados de ellos; y que por lo mismo había experimentado semejante profanación aquel lugar santo,

Sir 2:18 porque de otra suerte, si no hubieran estado envueltos en muchos delitos, este príncipe, como le sucedió a Heliodoro, enviado del rey Seleuco para saquear el tesoro del templo, hubiera sido azotado luego que llegó, y precisado a desistir de su temeraria empresa.

Sir 2:19 Pero YHWH no escogió al pueblo por amor del lugar o templo, sino a éste por amor al pueblo.

Sir 2:20 Por este motivo este lugar mismo ha participado de los males que han acaecido al pueblo, así como tendrá también parte en los bienes que aquél reciba; y el que ahora se ve abandonado por efecto de la indignación del Elohim Todopoderoso, será nuevamente ensalzado a la mayor gloria, aplacado que esté aquel gran Adonay.

Sir 2:21 Habiendo, pues, Antíoco sacado del templo mil ochocientos talentos, se volvió apresuradamente a Antioquía, dominado en tal manera de la soberbia y presunción de ánimo, que se imaginaba poder llegar a navegar sobre la tierra y a caminar sobre el mar.

Sir 2:22 Pero a su partida dejó allí gobernadores para que vejasen la nación, a saber, en Jerusalén a Filipo, originario de Frigia, aún más cruel que su amo;

Sir 2:23 y en Garizim a Andrónico y a Menelao, más encarnizados aún que los otros contra los ciudadanos.

Sir 2:24 Y siguiendo Antíoco muy enconado contra los judíos, les envió por comandante al detestable Apolonio con un ejército de veintidós mil hombres, con orden de degollar a todos los adultos, y de vender las mujeres y niños.

Sir 2:25 Llegado, pues, este general a Jerusalén , aparentando paz, se estuvo quieto hasta el santo día del sábado; mas en este día en que los judíos observaban el descanso, mandó a sus tropas que tomasen las armas,

Sir 2:26 y mató a todos los que se habían reunido para ver aquel espectáculo; y discurriendo después por toda la ciudad con sus soldados, quitó la vida a una gran cantidad de gentes.

Sir 2:27 Judas Macabeo, que era uno de los diez que se habían retirado a un lugar desierto, pasaba la vida con los suyos en los montes, entre las fieras, alimentándose de hierbas, a fin de no tener parte en las profanaciones.

CAPITULO 3

Sir 3:1 De allí a poco tiempo envió el rey un senador de Antioquía, para que compeliese a los judíos a abandonar la Torah de su Elohim y de sus padres,

Sir 3:2 y para profanar el templo de Jerusalén , y consagrarlo a Júpiter Olímpico, como también el de Garizim en Samaria a Júpiter extranjero, u hospedador, por ser extranjeros los habitantes de aquel lugar.

Sir 3:3 Así que se vio caer entonces de un golpe sobre todo el pueblo un diluvio terrible de ma-les;

Sir 3:4 porque el templo estaba lleno de desórdenes y de orgías propias de los gentiles, y de hombres disolutos mezclados con rameras, y de mujeres que entraban con descaro en los lugares sagrados, llevando allí cosas que no era lícito llevar.

Sir 3:5 El mismo altar se veía lleno de cosas ilícitas y prohibidas por las leyes.

Sir 3:6 No se guardaban ya los sábados ni se celebraban las fiestas solemnes del país, y nadie se atrevía a confesar sencillamente que era judío.

Sir 3:7 El día del cumpleaños del rey los hacían ir a dura y viva fuerza a los sacrificios profanos; y cuando se celebraba la fiesta de Baco, los precisaban a ir por las calles coronados de hiedra en honor de dicho ídolo.

Sir 3:8 A sugestión de los de Tolemaida se publicó en las ciudades de los gentiles, vecinas a Judea, un edicto por el cual se les daba facultad para obligar en aquellos lugares a los judíos a que sacrificasen,

Sir 3:9 y para quitar la vida a todos aquellos que no quisiesen acomodarse a las costumbres de los gentiles. Así, pues, no se veían más que miserias.

Sir 3:10 En prueba de ello, habiendo sido acusadas dos mujeres de haber circuncidado a sus hijos, las pasearon públicamente por la ciudad, con los hijos colgados a sus pechos, y después las precipitaron desde lo alto de la muralla.

Sir 3:11 Asimismo algunos otros que se juntaban en las cuevas vecinas para celebrar allí secretamente el día del sábado, habiendo sido denunciados a Filipo, fueron quemados vivos, porque tuvieron escrúpulo de defenderse por respeto a la religión y a la santidad de aquel día.

Sir 3:12 (Ruego ahora a los que lean este libro, que no se escandalicen a vista de tan desgraciados sucesos; sino que consideren que estas cosas acaecieron, no para exterminar, sino para corregir a nuestra nación.

Sir 3:13 Porque señal es de gran misericordia hacia los pecadores no dejarlos vivir largo tiempo a su antojo, sino aplicarles prontamente el azote para que se enmienden.

Sir 3:14 En efecto, Adonay no se porta con nosotros como con las demás naciones, a las cuales sufre ahora con paciencia para castigarlas en el día del juicio, colmada que sea la medida de sus pecados:

Sir 3:15 No así con nosotros, sino que nos castiga sin esperar a que lleguen a su colmo nuestros pecados.

Sir 3:16 Y así nunca retira de nosotros su misericordia, y cuando aflige a su pueblo con adversidades, no le desampara.

Sir 3:17 Pero baste lo poco que hemos dicho, para que estén advertidos los lectores; y volvamos ya a tomar el hilo de la historia).

Sir 3:18 Eleázaro, pues, uno de los primeros doctores de la ley, varón de edad provecta, y de venerable presencia, fue estrechado a comer carne de cerdo, y se le quería obligar a ello abriéndole por fuerza la boca.

Sir 3:19 Mas él, prefiriendo una muerte llena de gloria a una vida aborrecible, caminaba voluntariamente por su pie al suplicio.

Sir 3:20 Y considerando cómo debía portarse en este lance, sufriendo con paciencia, resolvió no hacer por amor a la vida ninguna cosa contra la ley.

Sir 3:21 Pero algunos de los que se hallaban presentes, movidos de una cruel compasión, y en atención a la antigua amistad que con él tenían, tomándolo aparte, le rogaban que les permitiese traer carnes de las que le era lícito comer, para poder así aparentar que había cumplido la orden del rey, de comer carnes sacrificadas a los ídolos,

Sir 3:22 a fin de que de esta manera se libertase de la muerte. De esta especie de humanidad usaban con él por un efecto de la antigua amistad que le profesaban.

Sir 3:23 Pero Eleázaro, dominado de otros sentimientos dignos de su edad y de sus venerables canas, como asimismo de su antigua nativa nobleza, y de la buena conducta que había observado desde niño, respondió súbitamente, conforme a los preceptos de la Torah Kadosh(Ley Santa) establecida por YHWH, y dijo que más bien quería morir;

Sir 3:24 porque no es decoroso a nuestra edad, les añadió, usar de esta ficción, la cual sería causa que muchos jóvenes, creyendo que Eleázaro en la edad de noventa años se había pasado a la vida o religión de los gentiles,

Sir 3:25 cayesen en error a causa de esta ficción mía, por conservar yo un pequeño resto de esta vida corruptible; además de que echaría sobre mi ancianidad la infamia y execración.

Sir 3:26 Fuera de esto, aun cuando pudiese librarme al presente de los suplicios de los hombres, no podría yo, ni vivo ni muerto, escapar de las manos del Todopoderoso.

Sir 3:27 Por lo cual muriendo valerosamente, me mostraré digno de la ancianidad a que he llegado;

Sir 3:28 y dejaré a los jóvenes un ejemplo de fortaleza si sufriere con ánimo pronto y constante una muerte honrosa en defensa de una ley la más santa y venerable. Luego que acabó de decir esto, fue conducido al suplicio.

Sir 3:29 Y aquellos que le llevaban, y que poco antes se le habían mostrado muy humanos, pasaron a un extremo de furor por las palabras que había dicho; las cuales creían efecto de arrogancia.

Sir 3:30 Estando ya para morir a fuerza de los golpes que descargaban sobre él, arrojó un suspiro, y dijo: Adonay, tú que tienes la ciencia santa, tú sabes bien que habiendo yo podido librarme de la muerte, sufro en mi cuerpo atroces dolores; pero mi alma los padece de buena gana por tu santo temor.

Sir 3:31 De esta manera, pues, murió Eleázaro, dejando no solamente a los jóvenes, sino también a toda su nación en la memoria de su muerte un dechado de virtud y de fortaleza.

CAPITULO 4

Sir 4:1 Además de lo referido aconteció que fueron presos siete hermanos con su madre; y quiso el rey, a fuerza de azotes y tormentos con nervios de toro obligarlos a comer carne de cerdo, contra lo prohibido por la Torah.

Sir 4:2 Mas uno de ellos, que era el primogénito, dijo: ¿Qué es lo que tú pretendes, o quieres saber de nosotros? Dispuestos estamos a morir antes que quebrantar las leyes patrias que YHWH nos ha dado.

Sir 4:3 Se encendió el rey en cólera, y mandó que se pusiesen sobre el fuego sartenes y calderas de bronce; así que estuvieron hechas ascuas,

Sir 4:4 ordenó que se cortase la lengua al que había hablado el primero, que se le arrancase la piel de la cabeza, y que se le cortasen las extremidades de las manos y pies, todo a presencia de sus hermanos y de su madre.

Sir 4:5 Y estando ya así del todo inutilizado, mandó traer fuego, y que lo tostasen en la sartén hasta que expirase. Mientras que sufría en ella este largo tormento, los demás hermanos con la madre se alentaban mutuamente a morir con valor,

Sir 4:6 diciendo: Adonay Elohim verá la verdad, y se apiadará de nosotros, como lo declaró Moisés cuando protestó en su cántico, diciendo: Será misericordioso con sus siervos.

Sir 4:7 Muerto que fue de este modo el primero, conducían al segundo para atormentarle con escarnio; y habiéndole arrancado la piel de la cabeza con todos los cabellos, le preguntaban si comería antes que ser atormentado en cada miembro de su cuerpo.

Sir 4:8 Pero él respondiendo en la lengua de su patria, dijo: No haré tal. Así, pues, sufrió también éste los mismos tormentos que el primero;

Sir 4:9 y cuando estaba ya para expirar, dijo: Tú, ¡oh perversísimo príncipe!, nos quitas la vida presente; pero el rey del universo nos resucitará algún día para la vida eterna, por haber muerto en defensa de sus leyes.

Sir 4:10 Después de éste, vino al tormento el tercero; el cual así que le pidieron la lengua, la sacó al instante, y extendió sus manos con valor,

Sir 4:11 diciendo con gran confianza: Del cielo he recibido estos miembros del cuerpo, mas ahora los desprecio por amor a la Torah de YHWH; y espero que los he de volver a recibir de su misma mano.

Sir 4:12 Dijo esto de modo que así el rey, como su comitiva, quedaron maravillados del espíritu de este joven que ningún caso hacía de los tormentos.

Sir 4:13 Muerto también éste, atormentaron de la misma manera al cuarto;

Sir 4:14 el cual, estando ya para morir, habló del modo siguiente: Es gran ventaja para nosotros perder la vida a manos de los hombres, por la firme esperanza que tenemos en YHWH de que nos la volverá, haciéndonos resucitar; pero tu resurrección , ¡oh Antíoco!, no será para la vida.

Sir 4:15 Habiendo cogido al quinto, lo martirizaban igualmente; pero él, clavando sus ojos en el rey, le dijo:

Sir 4:16 Teniendo, como tienes, poder entre los hombres, aunque eres mortal como ellos, haces tú lo que quieres; mas no imagines por eso que YHWH ha desamparado a nuestra nación.

Sir 4:17 Aguarda tan solamente un poco y verás la grandeza de su poder, y cómo te atormentará a ti y a tu linaje.

Sir 4:18 Después de éste, fue conducido al suplicio el sexto; y estando ya para expirar, dijo: No quieras engañarte vanamente; pues si nosotros padecemos estos tormentos, es porque los hemos merecido, habiendo pecado contra nuestro Elohim ; y por esto experimentamos cosas tan terribles.

Sir 4:19 Mas no pienses tú quedar impune después de haber osado combatir contra YHWH.

Sir 4:20 Entretanto la madre, sobremanera admirable, y digna de vivir eternamente en la memoria de los buenos, viendo perecer en un solo día a sus siete hijos, lo sobrellevaba con ánimo constante por la esperanza que tenía en YHWH.

Sir 4:21 Llena de sabiduría, exhortaba con valor, en su lengua nativa, a cada uno de ellos en particular; y juntando un ánimo varonil a la ternura de mujer,

Sir 4:22 les decía: Yo no sé cómo fuisteis formados en mi seno; porque ni yo os di el alma, el espíritu y la vida, ni fui tampoco la que coordiné los miembros de cada uno de vosotros;

Sir 4:23 sino el Creador del universo, que es el que formó al hombre en su origen, y el que dio principio a todas las cosas; y él mismo os volverá por su misericordia el espíritu y la vida, puesto que ahora por amor de sus leyes no hacéis aprecio de vosotros mismos.

Sir 4:24 Antíoco, pues, considerándose humillado, y creyendo que aquellas voces de los mártires eran un insulto a él, como quedase todavía el más pequeño de todos, comenzó no sólo a persuadirle con palabras, sino a asegurarle también con juramento, que lo haría rico y feliz si abandonaba las leyes de sus padres, y que le tendría por uno de sus amigos, y le daría cuanto necesitase.

Sir 4:25 Pero como ninguna mella hiciesen en el joven semejantes promesas, llamó el rey a la madre, y le aconsejaba que mirase por la vida y por la felicidad de su hijo.

Sir 4:26 Y después de haberla exhortado con muchas razones, ella le prometió que en efecto persuadiría a su hijo lo que le convenía:

Sir 4:27 a cuyo fin, habiéndose inclinado a él para hablarle, burlando los deseos del cruel tirano, le dijo en lengua patria: Hijo mío, ten piedad de mí, que te llevé nueve meses en mis entrañas, que te alimenté por espacio de tres años con la leche de mis pechos, y te he criado y conducido hasta la edad en que te hallas.

Sir 4:28 Te ruego, hijo mío, que mires al cielo y a la tierra, y a todas las cosas que en ellos se contienen; y que entiendas bien que Elohim las ha creado todas de la nada, como igualmente al linaje humano.

Sir 4:29 De este modo no temerás a este verdugo; antes bien haciéndote digno de participar de la suerte de tus hermanos, abrazarás gustoso la muerte, para que así en el tiempo de la misericordia te recobre yo en el cielo, junto con tus hermanos.

Sir 4:30 Aún no había acabado de hablar esto, cuando el joven dijo: ¿Qué es lo que esperáis? Yo no obedezco al mandato del rey, sino al precepto de la Torah que nos fue dada por Moisés.

Sir 4:31 Mas tú, que eres el autor de todos los males de los hebreos, ten entendido que no evitarás el castigo de YHWH.

Sir 4:32 Porque nosotros padecemos esto por nuestros pecados;

Sir 4:33 y si el Adonay nuestro Elohim se ha irritado por un breve tiempo contra nosotros, a fin de corregirnos y enmendarnos, él volverá a reconciliarse otra vez con sus siervos.

Sir 4:34 Pero tú, ¡oh malvado y el más abominable de todos los hombres!, no te lisonjees inútilmente con vanas esperanzas, inflamado en cólera contra los siervos de Elohim;

Sir 4:35 pues aún no has escapado del juicio del Elohim Todopoderoso, que lo está viendo todo.

Sir 4:36 Mis hermanos por haber padecido ahora un dolor pasajero, se hallan ya gozando de la alianza de la vida eterna; mas tú por justo juicio de YHWH sufrirás los castigos debidos a tu soberbia.

Sir 4:37 Por lo que a mí toca, hago como mis hermanos el sacrificio de mi cuerpo y de mi vida en defensa de las leyes de mis padres, rogando a YHWH que cuanto antes se muestre propicio a nuestra nación, y que te obligue a ti a fuerza de tormentos y de castigos a confesar que él es el solo Elohim.

Sir 4:38 Mas la ira del Todopoderoso, que justamente descarga sobre nuestra nación, tendrá fin en la muerte mía y de mis hermanos.

Sir 4:39 Entonces el rey, ardiendo en cólera, descargó su furor sobre éste con más crueldad que sobre todos los otros, sintiendo a par de muerte verse burlado.

Sir 4:40 Murió, pues, también este joven, sin contaminarse, y con una entera confianza en Adonay.

Sir 4:41 Finalmente, después de los hijos fue también muerta la madre.

Sir 4:42 Pero bastante se ha hablado ya de los sacrificios profanos y de las horribles crueldades de Antíoco.

CAPITULO 5

Sir 5:1 Entretanto Judas Macabeo y los que lo seguían entraban secretamente en las poblaciones, y convocando a sus parientes y amigos, y tomando consigo a los que habían permanecido firmes en la religión judaica, juntaron hasta seis mil hombres.

Sir 5:2 Al mismo tiempo invocaban a Adonay para que mirase propicio a su pueblo, hollado de todos; y que tuviese compasión de su templo, el cual se veía profanado por los impíos;

Sir 5:3 que se apiadase igualmente de la ruina de la ciudad, que iba a ser destruida y después arrasada, y escuchase la voz de la sangre derramada, que le estaba pidiendo venganza;

Sir 5:4 que tuviese también presente las inicuas muertes de los inocentes niños, y las blasfemias proferidas contra su santo Nombre, y tomase de ello justísima venganza.

Sir 5:5 El Macabeo, pues, habiendo juntado mucha gente, se hacía formidable a los gentiles; porque la indignación de Adonay contra su pueblo se había ya convertido en misericordia.

Sir 5:6 Se arrojaba repentinamente sobre los lugares y ciudades, y los incendiaba; y ocupando los sitios más ventajosos, hacía no pequeño estrago en los enemigos,

Sir 5:7 ejecutando estas correrías principalmente por la noche; y la fama de su valor se esparcía por todas partes.

Sir 5:8 Viendo, pues, Filipo que este caudillo iba poco a poco engrosándose y haciendo progresos, y que las más veces le salían bien sus empresas, escribió a Tolomeo, gobernador de la Celesiria y de la Fenicia, a fin de que le enviara socorros para sostener el partido del rey.

Sir 5:9 En efecto, Tolomeo le envió al punto a Nicanor, amigo suyo, hijo de Patroclo, y uno de los principales magnates, dándole hasta veinte mil hombres armados, de diversas naciones, para que exterminase todo el linaje de los judíos; y junto con él envió también a Gorgias, que era gran soldado, y hombre de larga experiencia en las cosas de la guerra.

Sir 5:10 Nicanor formó el designio de pagar el tributo de los dos mil talentos que el rey debía dar a los romanos, sacándolos de la venta de los cautivos que haría de los judíos.

Sir 5:11 Con esta idea envió inmediatamente a las ciudades marítimas a convidar a la compra de judíos esclavos, prometiendo dar noventa de ellos por un talento; sin reflexionar el castigo que el Todopoderoso había de ejecutar en él.

Sir 5:12 Luego que Judas supo la venida de Nicanor, la participó a los judíos que tenía consigo;

Sir 5:13 algunos de los cuales, por falta de confianza en la justicia divina, llenos de miedo, echaron a huir.

Sir 5:14 Pero otros vendían cuanto les había quedado, y a una rogaban a Adonay que los librase del impío Nicanor, que aun antes de haberse acercado a ellos los tenía ya vendidos;

Sir 5:15 y que se dignase hacerlo, ya que no por amor de ellos, siquiera por la alianza que había hecho con sus padres, y por el honor que tenían de llamarse con el nombre santo y glorioso de pueblo de YHWH.

Sir 5:16 Habiendo, pues, convocado el Macabeo los seis o siete mil hombres que le seguían, los conjuró que no entrasen en componendas con los enemigos, y que no temiesen aquella muchedumbre que venía a atacarlos injustamente, sino que peleasen con esfuerzo,

Sir 5:17 teniendo siempre presente el ultraje que aquellos indignos habían cometido contra el lugar santo, y las injurias e insultos hechos a la ciudad, y además la abolición de las santas instituciones de sus mayores.

Sir 5:18 Estas gentes, añadió, confían sólo en sus armas y en su audacia; mas nosotros tenemos puesta nuestra confianza en Elohim Todopoderoso, que con una mirada puede trastornar, no sólo a los que vienen contra nosotros, sino también al mundo entero.

Sir 5:19 Les trajo asimismo a la memoria los socorros que había dado Elohim en otras ocasiones a sus padres, y los ciento ochenta y cinco mil que perecieron del ejército de Sennaquerib;

Sir 5:20 como también la batalla que ellos habían dado a los gálatas en Babilonia, en la cual, no habiendo osado entrar en la acción sus aliados los macedonios, ellos, que sólo eran seis mil, mataron ciento veinte mil, mediante el auxilio que les dio el cielo; y consiguieron en recompensa grandes bienes.

Sir 5:21 Este razonamiento del Macabeo los llenó de valor, de suerte que se hallaron dispuestos a morir por las leyes y por la patria.

Sir 5:22 En seguida dio el mando de una porción de tropas a sus hermanos Simón, José y Jonatás, poniendo a las órdenes de cada uno mil quinientos hombres.

Sir 5:23 Además de eso les leyó Esdras el libro santo; y habiéndoles dado Judas por señal o reseña Socorro de YHWH, se puso él mismo a la cabeza del ejército, y marchó contra Nicanor.

Sir 5:24 En efecto, declarándose el Todopoderoso a favor de ellos, mataron más de nueve mil hombres, y pusieron en fuga al ejército de Nicanor, que había quedado muy disminuido por razón de los muchos heridos.

Sir 5:25 Con esto cogieron el dinero de aquellos que habían acudido para comprarlos como esclavos; y fueron persiguiendo largo trecho al enemigo.

Sir 5:26 Pero estrechados del tiempo volvieron atrás, pues era la víspera del sábado; lo cual les impidió que continuaran persiguiéndole.

Sir 5:27 Recogidas, pues, las armas y despojos de los enemigos, celebraron el sábado bendiciendo a Adonay, que los había librado en aquel día, derramando sobre ellos las primeras gotas del rocío de su misericordia.

Sir 5:28 Pasada la festividad del sábado, dieron parte de los despojos a los enfermos, a los huérfanos y a las viudas, quedándose con el resto para sí y para sus familias.

Sir 5:29 Ejecutadas estas cosas, hicieron todos juntos oración, rogando a Adonay misericordioso que se dignara aplacarse ya para siempre con sus siervos.

Sir 5:30 Más adelante, habiendo sido acometidos del ejército de Timoteo y de Báquides, mataron a más de veinte mil hombres, se apoderaron de varias plazas fuertes, y recogieron un botín muy grande; del cual dieron igual porción a los enfermos, a los huérfanos y a las viudas, y también a los viejos.

Sir 5:31 Recogidas luego con diligencia todas las armas de los enemigos, las depositaron en lugares convenientes, llevando a Jerusalén los otros despojos.

Sir 5:32 Asimismo quitaron la vida a Filarco, hombre perverso, uno de los que acompañaban a Timoteo, y que había causado muchos males a los judíos.

Sir 5:33 Y cuando estaban en Jerusalén , dando gracias a YHWH por esta victoria, al saber que aquel Calístenes, que había incendiado las puertas sagradas, se había refugiado en cierta casa, lo abrasaron en ella, dándole así el justo pago de sus impiedades.

Sir 5:34 Entretanto el perversísimo Nicanor, aquel que había hecho venir a mil negociantes para venderles los judíos por esclavos,

Sir 5:35 humillado con la ayuda de Adonay por aquellos mismos a quienes él había considerado nada, dejando su brillante vestido de generalísimo, y huyendo por el mar Mediterráneo, llegó solo a Antioquía, y reducido al colmo de la infelicidad por la pérdida de su ejército;

Sir 5:36 y aquel mismo que antes había prometido pagar el tributo a los romanos con el producto de los cautivos de Jerusalén , iba publicando ahora que los judíos tenían por protector a Elohim , y que eran invulnerables, porque seguían la Torah que el mismo Adonay les había dado.

CAPITULO 6

Sir 6:1 A este tiempo volvía Antíoco ignominiosamente de la Persia;

Sir 6:2 pues habiendo entrado en la ciudad de Persépolis, llamada Elimaida, e intentado saquear el templo y oprimir la ciudad, corrió todo el pueblo a tomar las armas, y lo puso en fuga con todas sus tropas, por lo cual volvió atrás vergonzosamente.

Sir 6:3 Y llegado que hubo cerca de Ecbatana, recibió la noticia de lo que había sucedido a Nicanor y a Timoteo.

Sir 6:4 Con lo que montando en cólera, pensó en desfogarla en los judíos, y vengarse así del ultraje que le habían hecho los que le obligaron a huir. Por tanto mandó que anduviese más aprisa su carroza, caminando sin pararse, movido para ello del juicio o venganza del cielo por la insolencia con que había dicho que él iría a Jerusalén , y que la convertiría en un cementerio de cadáveres hacinados de judíos.

Sir 6:5 Mas Adonay Elohim de Israel, que ve todas las cosas, lo hirió con una llaga interior e incurable, pues apenas había acabado de pronunciar dichas palabras, le acometió un acerbo dolor de entrañas y un terrible cólico.

Sir 6:6 Y a la verdad que bien lo merecía, puesto que él había desgarrado las entrañas de otros con muchas y nuevas maneras de tormentos. Mas no por eso desistía de sus malvados designios.

Sir 6:7 De esta suerte, lleno de soberbia, respirando su corazón llamas contra los judíos, y mandando siempre acelerar el viaje, sucedió que, corriendo furiosamente, cayó de la carroza, y con el gran golpe que recibió, se le quebraron gravemente los miembros del cuerpo.

Sir 6:8 Y aquel que lleno de soberbia quería levantarse el hombre, y se lisonjeaba de poder mandar aun a las olas del mar, y de pesar en una balanza los montes más elevados, humillado ahora hasta el suelo, era conducido en una silla de manos, presentando él mismo un manifiesto testimonio del poder de Elohim ;

Sir 6:9 pues hervía de gusanos el cuerpo de este impío, y aún viviendo se le caían a pedazos las carnes en medio de los dolores, y ni sus tropas podían sufrir el mal olor y fetidez que de sí despedía.

Sir 6:10 Así el que poco antes se imaginaba que podía coger con la mano las estrellas del cielo, se había hecho insoportable a todos, por lo intolerable del hedor que despedía.

Sir 6:11 Derribado, pues, de este modo de su extremada soberbia, comenzó a entrar en un conocimiento de sí mismo, estimulado del azote de Elohim , pues crecían por momentos sus dolores.

Sir 6:12 Y como ni él mismo pudiese ya sufrir su olor, dijo así: Justo es que el hombre se sujete a Elohim , y que un mortal no pretenda apostárselas a YHWH.

Sir 6:13 Mas este malvado rogaba a Elohim , del cual no había de alcanzar misericordia.

Sir 6:14 Y siendo así que antes se apresuraba a ir a la ciudad de Jerusalén para arrasarla, y hacer de ella un cementerio de cadáveres amontonados, ahora deseaba hacerla libre;

Sir 6:15 prometiendo así mismo igualar con los atenienses a estos mismos judíos a quienes poco antes había juzgado indignos de sepultura, y les había dicho que los arrojaría a las aves de rapiña y a las fieras, para que los despedazasen, y que acabaría hasta con los niños más pequeños.

Sir 6:16 Ofrecía también adornar con preciosos dones aquel templo santo que antes había despojado, y aumentar el número de los vasos sagrados, y costear de sus rentas los gastos necesarios para los sacrificios;

Sir 6:17 y además de esto, hacerse él judío, e ir por todo el mundo ensalzando el poder de YHWH.

Sir 6:18 Mas como no cesasen sus dolores (porque al fin había caído sobre él la justa venganza de Elohim ), perdida toda esperanza, escribió a los judíos una carta, en forma de súplica del tenor siguiente:

Sir 6:19 A los judíos, excelentes ciudadanos, desea mucha salud y bienestar y toda prosperidad el rey y príncipe Antíoco.

Sir 6:20 Si gozáis de salud, tanto vosotros como vuestros hijos, y si os sucede todo según lo deseáis, nosotros damos por ello a YHWH muchas gracias.

Sir 6:21 Hallándome yo al presente enfermo, y acordándome benignamente de vosotros, he juzgado necesario, en esta grave enfermedad que me ha acometido a mi regreso de Persia, atender al bien común, dando algunas disposiciones;

Sir 6:22 no porque desespere de mi salud, antes confío mucho que saldré de esta enfermedad;

Sir 6:23 mas considerando que también mi padre, al tiempo que iba con su ejército por las provincias altas, declaró quién debía reinar después de su muerte,

Sir 6:24 con el fin de que si sobreviniese alguna desgracia, o corriese alguna mala noticia, no se turbasen los habitantes de las provincias, sabiendo ya quién era el sucesor en el mando;

Sir 6:25 y considerando además que cada uno de los reyes limítrofes y poderosos vecinos está acechando ocasión favorable, y aguardando coyuntura para sus planes, he designado por rey a mi hijo Antíoco, el mismo a quien yo muchas veces, al pasar a las provincias altas de mis reinos, recomendé a muchos de vosotros, y al cual he escrito lo que más abajo veréis.

Sir 6:26 Por tanto, os ruego y pido que acordándoos de los beneficios que habéis recibido de mí en común y en particular, me guardéis todos fidelidad a mí y a mi hijo;

Sir 6:27 pues confío que él se portará con moderación y dulzura, y que siguiendo mis intenciones será vuestro favorecedor.

Sir 6:28 En fin, herido mortalmente de YHWH , este homicida y blasfemo, tratado del mismo modo que él había tratado a otros, acabó su vida en los montes, lejos de su patria, con una muerte infeliz.

Sir 6:29 Filipo, su hermano de leche, hizo trasladar su cuerpo, y temiéndose del hijo de Antíoco, se fue para Egipto a Tolomeo Filométor.

CAPITULO 7

Sir 7:1 Entretanto, el Macabeo, y los que le seguían, protegidos de Adonay, recobraron el templo y la ciudad,

Sir 7:2 y demolieron los altares que los gentiles habían erigido en las plazas y asimismo los templos de los ídolos.

Sir 7:3 Y habiendo purificado el templo, construyeron un altar nuevo, y sacando fuego por medio de unos pedernales, ofrecieron sacrificios, a los dos años después que entró a mandar Judas, y pusieron el altar del incienso, las lámparas o candelero, y los panes de proposición.

Sir 7:4 Ejecutando esto, postrados por tierra, rogaban a Adonay que nunca más los dejase caer en semejantes desgracias; y, caso que llegasen a pecar, los castigase con más benignidad, y no los entregase en poder de hombres bárbaros y blasfemos de su santo Nombre.

Sir 7:5 Y es digno de notar que el templo fue purificado aquel mismo día en que había sido profanado por los extranjeros, es decir, el día veinticinco del mes de Casleu.

Sir 7:6 En efecto, celebraron esta fiesta con regocijo por espacio de ocho días, a manera de la de los Tabernáculos, acordándose que poco tiempo antes habían pasado esta solemnidad de los Tabernáculos en los montes y cuevas a manera de fieras.

Sir 7:7 Por este motivo llevaban en las manos tallos y ramos verdes, y palmas en honor de aquel Adonay que les había concedido la dicha de purificar su santo templo.

Sir 7:8 Y de común consejo y acuerdo decretaron que toda la nación judaica celebrase esta fiesta todos los años en aquellos mismos días.

Sir 7:9 Por lo que toca a la muerte de Antíoco, llamado Epífanes, fue del modo que hemos dicho.

Sir 7:10 Mas ahora referimos los hechos de Eupátor, hijo del impío Antíoco, recopilando los males que ocasionaron sus guerras.

Sir 7:11 Habiendo, pues, entrado éste a reinar, nombró para la dirección de los negocios del reino a Lisias, gobernador militar de Fenicia y Siria.

Sir 7:12 Porque Tolomeo, llamado Macer, o Macrón, había resuelto observar inviolablemente la justicia respecto de los judíos, y portarse pacíficamente con ellos, sobre todo a vista de las injusticias que se les había hecho sufrir.

Sir 7:13 Pero acusado por esto mismo ante Eupátor por los amigos, que a cada paso lo trataban de traidor por haber abandonado Chipre, cuyo gobierno le había confiado el rey Filométor, y porque después de haberse pasado al partido de Antíoco Epífanes, o el ilustre, había desertado también de él, acabó su vida con el veneno.

Sir 7:14 A este tiempo Gorgias, que tenía el gobierno de aquellas tierras de la Palestina, asalariando tropas extranjeras, molestaba frecuentemente a los judíos.

Sir 7:15 Y los judíos que ocupaban plazas fuertes en lugares ventajosos, acogían en ellas a los que huían de Jerusalén , y buscaban ocasiones de hacer guerra contra Judas.

Sir 7:16 Pero aquellos que seguían al Macabeo, hecha oración a Adonay para implorar su auxilio, asaltaron con valor las fortalezas de los idumeos;

Sir 7:17 y después de un crudo y porfiado combate, se apoderaron de ellas, mataron a cuantos se le pusieron delante, no siendo los pasados a cuchillo menos de veinte mil personas.

Sir 7:18 Mas como algunos se hubiesen refugiado en dos castillos sumamente fuertes y abastecidos de todo lo necesario para defenderse,

Sir 7:19 dejó el Macabeo para expugnarlos a Simón, y a José, y también a Zaqueo, con bastantes tropas que tenían bajo su mando, y él marchó con las suyas adonde las necesidades más urgentes de la guerra le llamaban.

Sir 7:20 Pero las tropas de Simón, llevadas de la avaricia, se dejaron sobornar con dinero por algunos de los que estaban en los castillos; y habiendo recibido hasta setenta mil monedas, dejaron escapar a varios de ellos.

Sir 7:21 Así que fue informado de esto el Macabeo, congregados los príncipes o cabezas del pueblo, acusó a aquéllos de haber vendido por dinero a sus hermanos, dejando escapar a sus enemigos.

Sir 7:22 Por lo cual hizo quitar la vida a dichos traidores, y al instante se apoderó de los dos castillos.

Sir 7:23 Y saliendo todo tan felizmente como correspondía al valor de sus armas, mató en las dos fortalezas más de veinte mil hombres.

Sir 7:24 Timoteo, que antes había sido vencido por los judíos, habiendo levantado de nuevo un ejército de tropas extranjeras, y reunido la caballería de Asia, vino a la Judea como para apoderarse de ella a fuerza de armas.

Sir 7:25 Mas al mismo tiempo que se iba acercando Timoteo, el Macabeo y su gente oraban a Adonay, cubiertas de polvo o ceniza sus cabezas, ceñidos con el cilicio sus lomos,

Sir 7:26 y postrados al pie del altar, a fin de que les fuese propicio, y se mostrase enemigo de sus enemigos, y contrario de sus contrarios, como dice la ley.

Sir 7:27 Y de este modo, acabada la oración, habiendo tomado las armas, y saliendo a una distancia considerable de la ciudad de Jerusalén , cercanos ya a los enemigos, hicieron alto.

Sir 7:28 Apenas empezó a salir el sol, principió la batalla entre los dos ejércitos; teniendo los unos, además de su valor, a Adonay mismo por garantía de la victoria y del éxito feliz de sus armas, cuando los otros solamente contaban con su esfuerzo en el combate.

Sir 7:29 Mas mientras se estaba en lo más recio de la batalla, vieron los enemigos aparecer del cielo varones montados en caballos adornados con frenos de oro, que servían de capitanes a los judíos;

Sir 7:30 dos de dichos varones, tomando en medio al Macabeo, lo cubrían con sus armas, guardándole de recibir daño; y lanzaban dardos y rayos contra los enemigos, quienes envueltos en oscuridad y confusión, y llenos de espanto, iban cayendo por tierra,

Sir 7:31 habiendo sido muertos veinte mil quinientos de a pie, y seiscientos de caballería.

Sir 7:32 Timoteo se refugió en Gázara, plaza fuerte, cuyo gobernador era Quereas.

Sir 7:33 Mas llenos de gozo el Macabeo y sus tropas, tuvieron sitiada la plaza cuatro días.

Sir 7:34 Entretanto los sitiados, confiados en la fortaleza de la plaza, insultaban a los judíos de mil maneras, y vomitaban expresiones abominables.

Sir 7:35 Pero así que amaneció el quinto día del sitio veinte jóvenes de los que estaban con el Macabeo, irritados por tales blasfemias, se acercaron valerosamente al muro, y con ánimo denodado subieron sobre él;

Sir 7:36 y haciendo lo mismo otros, empezaron a pegar fuego a las torres y a las puertas, y quemaron vivos a aquellos blasfemos.

Sir 7:37 Dos días continuos estuvieron devastando la fortaleza; y habiendo encontrado a Timoteo, que se había escondido en cierto lugar lo mataron, así como también a Quereas su hermano, y a Apolófanes.

Sir 7:38 Ejecutadas estas cosas, bendijeron con himnos y cánticos a Adonay, que había hecho tan grandes cosas en Israel, y les había concedido la victoria.

CAPITULO 8

Sir 8:1 Pero poco tiempo después Lisias, ayo del rey y su pariente, que tenía el manejo de los negocios del reino, sintiendo mucho pesar por lo que había acaecido,

Sir 8:2 juntó ochenta mil hombres de a pie, y toda la caballería, y se dirigió contra los judíos con el designio de tomar la ciudad de Jerusalén , y de darla a los gentiles para que la poblasen,

Sir 8:3 y de sacar del templo grandes sumas de dinero, como hacía de los otros templos de los paganos, y vender anualmente el sumo sacerdocio,

Sir 8:4 sin reflexionar en el poder de Elohim , sino confiando neciamente en su numerosa infantería, en los miles de caballos y en ochenta elefantes.

Sir 8:5 Y después de entrar en Judea, y acercarse a Betsura, situada a cinco estadios de Jerusalén , atacó esta plaza.

Sir 8:6 Pero luego que el Macabeo y su gente supieron que los enemigos habían comenzado a sitiar las fortalezas, rogaban a Adonay con lágrimas y suspiros, a una con todo el pueblo, que enviase un ángel bueno para que salvase a Israel.

Sir 8:7 Y el mismo Macabeo, tomando las armas el primero de todos, exhortó a los demás a exponerse como él a los peligros a fin de socorrer a sus hermanos.

Sir 8:8 Mientras, pues, que iban marchando todos con ánimo denodado, se les apareció, al salir de Jerusalén , un personaje a caballo, que iba vestido de blanco, con armas de oro, y blandiendo la lanza.

Sir 8:9 Entonces todos a una bendijeron a Adonay misericordioso, y cobraron nuevo aliento, hallándose dispuestos a pelear, no sólo contra los hombres, sino hasta contra las bestias más feroces, y a penetrar muros de hierro.

Sir 8:10 Caminaban con esto llenos de ardor, teniendo en su ayuda al Elohim de Israel, que desde el cielo hacía resplandecer sobre ellos su misericordia.

Sir 8:11 Así que, arrojándose impetuosamente como leones sobre el enemigo, mataron once mil de a pie, y mil seiscientos de a caballo;

Sir 8:12 y pusieron en fuga a todos los demás, la mayor parte de los cuales escaparon heridos y despojados de sus armas, salvándose el mismo Lisias por medio de una vergonzosa fuga.

Sir 8:13 Y como no le faltaba talento, meditando para consigo la pérdida que había tenido, y conociendo que los hebreos eran invencibles cuando se apoyaban en el socorro del Elohim Todopoderoso, les envió comisionados;

Sir 8:14 y les prometió condescender en todo aquello que fuese justo, y que persuadiría al rey a que hiciese alianza y amistad con ellos.

Sir 8:15 Asintió el Macabeo a la demanda de Lisias, atendiendo en todo a la utilidad pública; y en efecto, concedió el rey todo lo que había pedido Judas a favor de los judíos en la carta que escribió a Lisias.

Sir 8:16 La carta que Lisias escribió a los judíos era del tenor siguiente: Lisias al pueblo de los judíos, salud:

Sir 8:17 Juan y Abesalom, vuestros enviados, al entregarme vuestro escrito me pidieron que hiciese lo que ellos proponían.

Sir 8:18 Por tanto, expuse al rey todo lo que podía representársele, y ha otorgado cuanto le ha permitido el estado de los negocios.

Sir 8:19 Y si vosotros guardáis fidelidad en lo tratado, yo también procuraré en lo sucesivo proporcionaros el bien que pudiere.

Sir 8:20 Por lo que hace a los demás asuntos, he encargado a vuestros diputados y a los que yo envío, que a boca traten de cada uno de ellos con vosotros.

Sir 8:21 Pasadlo bien. A veinticuatro del mes de Dióscoro del año ciento cuarenta y ocho.

Sir 8:22 La carta del rey decía así: El rey Antíoco a Lisias su hermano, salud.

Sir 8:23 Después que el rey, nuestro padre, fue trasladado entre los dioses, deseando que nuestros súbditos vivan en paz, y puedan atender a sus negocios;

Sir 8:24 y habiendo sabido que los judíos no pudieron condescender a los deseos que tenía mi padre de que abrazasen los ritos de los griegos, sino que han querido conservar sus costumbres, y por esta razón nos piden que les concedamos vivir según sus leyes:

Sir 8:25 Por tanto, queriendo que esta nación goce también de paz, como las otras, hemos ordenado y decretado que se le restituya el libre uso del templo a fin de que vivan según la costumbre de sus mayores.

Sir 8:26 En esta conformidad harás bien en enviarles comisionados para hacer con ellos la paz, a fin de que enterados de nuestra voluntad cobren buen ánimo, y se apliquen a sus intereses particulares.

Sir 8:27 La carta del rey a los judíos era del tenor siguiente: El rey Antíoco al Senado de los judíos y a todos los demás judíos, salud:

Sir 8:28 Si estáis buenos, esto es lo que os deseamos; por lo que hace a nosotros, lo pasamos bien.

Sir 8:29 Menelao ha venido para hacernos presente que deseáis venir a tratar con los de vuestra nación que están acá con nosotros.

Sir 8:30 Por tanto, damos salvoconducto a aquellos que vengan hasta el día treinta del mes de Xántico.

Sir 8:31 Y permitimos a los judíos que usen de sus viandas como quieran y vivan según sus leyes como antes; sin que ninguno pueda ser molestado por razón de las cosas o faltas hechas por ignorancia.

Sir 8:32 Y finalmente, os hemos enviado a Menelao para que lo trate con vosotros.

Sir 8:33 Pasadlo bien. A quince del mes de Xántico del año ciento cuarenta y ocho.

Sir 8:34 Asimismo los romanos enviaron también una carta en estos términos: Quinto Memmio y Tito Manilio, legados de los romanos, al pueblo de los judíos, salud.

Sir 8:35 Las cosas que os ha concedido Lisias, pariente del rey, os las concedemos igualmente nosotros;

Sir 8:36 y por lo que hace a las otras, sobre las cuales juzgó Lisias deber consultar al rey, enviad cuanto antes alguno, después que hayáis conferenciado entre vosotros, a fin de que resolvamos lo que os sea más ventajoso; pues estamos para marchar hacia Antioquía.

Sir 8:37 Daos, pues, prisa a responder, para que sepamos de este modo lo que deseáis.

Sir 8:38 Pasadlo bien. A quince del mes de Xántico del año ciento cuarenta y ocho.

CAPITULO 9

Sir 9:1 Concluidos estos tratados, se volvió Lisias para el rey, y los judíos se dedicaron a cultivar sus tierras.

Sir 9:2 Pero los oficiales del rey, que residían en el país, a saber, Timoteo y Apolonio, hijo de Genneo, y también Jerónimo y Demofonte, y además de éstos, Nicanor, gobernador de Chipre, no los dejaban vivir en paz ni sosiego.

Sir 9:3 Los habitantes de Joppe cometieron el siguiente atentado: Convidaron a los judíos que habitaban en aquella ciudad a entrar con sus mujeres e hijos en unos barcos que habían prevenido, como que no existía ninguna enemistad entre unos y otros.

Sir 9:4 Y habiendo condescendido en ello, sin tener la menor sospecha, pues vivían en paz, y la ciudad tenía hecho un público acuerdo a favor de ellos, así que se hallaron en alta mar fueron arrojados al agua unos doscientos de ellos.

Sir 9:5 Luego que Judas tuvo noticia de esta crueldad contra los de su nación, mandó tomar las armas a su gente, y después de invocar a YHWH justo juez,

Sir 9:6 marchó contra aquellos asesinos de sus hermanos, y de noche pegó fuego al puerto, quemó sus barcos, e hizo pasar a cuchillo a todos los que se habían escapado de las llamas.

Sir 9:7 Hecho esto, partió de allí con ánimo de volver de nuevo para exterminar enteramente todos los vecinos de Joppe.

Sir 9:8 Pero habiendo entendido que también los de Jamnia meditaban hacer otro tanto con los judíos que moraban entre ellos,

Sir 9:9 los sorprendió igualmente de noche, y quemó el puerto con sus naves; de suerte que el resplandor de las llamas se veía de Jerusalén , que dista de allí doscientos cuarenta estadios.

Sir 9:10 Y cuando, partido que hubo de Jamnia, había ya andado nueve estadios, avanzando contra Timoteo, lo atacaron los árabes en número de cinco mil infantes y de quinientos caballos;

Sir 9:11 y trabándose un crudo combate, que con la protección de YHWH le salió felizmente, el resto del ejército de los árabes vencido pidió la paz a Judas, prometiendo cederle varios pastos, y asistirle en todo lo demás.

Sir 9:12 Y Judas, creyendo que verdaderamente podían serle útiles en muchas cosas, les concedió la paz; y hecho el tratado se volvieron los árabes a sus tiendas.

Sir 9:13 Después de esto atacó a una ciudad fuerte, llamada Casfín, o Casbón, rodeada de muros y de puentes levadizos en la cual habitaba una turba de diferentes naciones.

Sir 9:14 Pero confiados los de dentro en la firmeza de sus muros, y en que tenían provisión de víveres, se defendían con flojedad, y provocaban a Judas con dichos picantes, blasfemias y expresiones detestables.

Sir 9:15 Mas el Macabeo, habiendo invocado al gran rey del universo que en tiempo de Josué derribó de un golpe, sin arietes, ni máquinas de guerra los muros de Jericó , subió con gran denuedo sobre la muralla;

Sir 9:16 y tomada por voluntad de Adonay la ciudad, hizo en ella una horrorosa carnicería; de tal suerte que un estanque vecino, de dos estadios de anchura, apareció teñido de sangre de los muertos.

Sir 9:17 Partieron de allí, y después de andados setecientos cincuenta estadios, llegaron a Caraca, donde habitaban los judíos llamados turbianeos.

Sir 9:18 Mas tampoco pudieron venir allí a las manos con Timoteo, quien se había vuelto sin poder hacer nada, dejando en cierto lugar una guarnición muy fuerte.

Sir 9:19 Pero Dositeo y Sosípatro, que mandaba las tropas en compañía del Macabeo, pasaron a caudillo a diez mil hombres que Timoteo había dejado en aquella plaza.

Sir 9:20 Entretanto el Macabeo, tomando consigo seis mil hombres, y distribuyéndolos en batallones, marchó contra Timoteo que traía ciento veinte mil hombres de a pie, y dos mil quinientos de a caballo.

Sir 9:21 Luego que éste supo la llegada de Judas, envió delante las mujeres, los niños y el resto del bagaje a una fortaleza llamada Carnión, que era inexpugnable y de difícil entrada, a causa de los desfiladeros que era necesario pasar.

Sir 9:22 Mas al dejarse ver el primer batallón de Judas, se apoderó el terror de los enemigos a causa de la presencia de YHWH que todo lo ve, y se pusieron en fuga uno tras otro, de manera que el mayor daño lo recibían de su propia gente, y quedaban heridos por sus propias espadas.

Sir 9:23 Judas los perseguía, castigando a aquellos profanos; habiendo dejado tendidos a treinta mil de ellos.

Sir 9:24 El mismo Timoteo cayó en poder de los batallones de Dositeo y Sosípatro, a los cuales pidió con gran instancia que le salvasen la vida, porque tenía prisioneros muchos padres y hermanos de los judíos; los cuales, muerto él, quedarían sin esperanza de salvar la suya.

Sir 9:25 Y habiéndoles dado palabra de restituirles los prisioneros, según lo estipulado, le dejaron ir sin hacerle mal, con la mira de salvar así a sus hermanos.

Sir 9:26 Hecho esto, volvió Judas contra Carnión, en donde pasó a cuchillo veinticinco mil hombres.

Sir 9:27 Después de la derrota y mortandad de los enemigos, dirigió Judas su ejército contra Efrón, ciudad fuerte, habitada por una multitud de gentes de diversas naciones; cuyas murallas estaban coronadas de robustos jóvenes que las defendían con valor, y además había dentro de ella muchas máquinas de guerra y acopio de dardos.

Sir 9:28 Pero los judíos invocando el auxilio del Todopoderoso, que con su poder quebranta las fuerzas de los enemigos, tomaron la ciudad, y dejaron tendidos por el suelo a veinticinco mil hombres de los que en ella había.

Sir 9:29 Desde allí fueron a la ciudad de los escitas, distante seiscientos estadios de Jerusalén ;

Sir 9:30 pero asegurando los judíos que habitaban allí entre los escitopolitanos, que estas gentes los trataban bien, y que aun en el tiempo de sus desgracias se habían portado con ellos con toda humanidad,

Sir 9:31 les dio Judas las gracias; y habiéndolos exhortado a que en lo venidero mostrasen igual benevolencia a los de su nación, se volvió con los suyos a Jerusalén , por estar muy cerca el día solemne de las Semanas o Pentecostés.

Sir 9:32 Y pasada esta festividad marcharon contra Gorgias, gobernador de la Idumea.

Sir 9:33 Salió, pues, Judas con tres mil infantes y cuatrocientos caballos;

Sir 9:34 y habiéndose trabado el combate, quedaron tendidos algunos pocos judíos en el campo de batalla.

Sir 9:35 Mas un cierto Dositeo, soldado de caballería de los de Bacenor, hombre valiente, asió a Gorgias, y quería cogerlo vivo; pero se arrojó sobre él un soldado de a caballo de los de Tracia, y le cortó un hombro, lo cual dio lugar a que Gorgias huyese a Maresa.

Sir 9:36 Fatigados ya los soldados que mandaba Esdrín con tan larga pelea, invocó Judas a Adonay para que protegiese y dirigiese el combate;

Sir 9:37 y habiendo comenzado a cantar en alta voz himnos en su lengua nativa, puso en fuga a los soldados de Gorgias.

Sir 9:38 Reuniendo después Judas su ejército, pasó a la ciudad de Odollam, y llegando el día séptimo se purificaron según el rito, y celebraron allí el sábado.

Sir 9:39 Al día siguiente fue Judas con su gente para traer los cadáveres de los que habían muerto en el combate, y enterrarlos con sus parientes en las sepulturas de sus familias;

Sir 9:40 y encontraron debajo de la ropa de los que habían sido muertos algunas ofrendas de las consagradas a los ídolos que había en Jamnia, cosas prohibidas por la Torah a los judíos; con lo cual conocieron todos evidentemente que esto había sido la causa de su muerte.

Sir 9:41 Por tanto, bendijeron a una los justos juicios de Adonay , que había manifestado el mal que se quiso encubrir;

Sir 9:42 y en seguida poniéndose en oración rogaron a YHWH que echase en olvido el delito que habían cometido. Al mismo tiempo el esforzadísimo Judas exhortaba al pueblo a que se conservase sin pecado, viendo delante de sus mismos ojos lo sucedido por causa de las culpas de los que habían sido muertos.

Sir 9:43 Y habiendo recogido en una colecta que mandó hacer doce mil monedas de plata, las envió a Jerusalén , a fin de que se ofreciese un sacrificio por los pecados de estos difuntos, teniendo, como tenía, buenos y religiosos sentimientos acerca de la resurrección .

Sir 9:44 (Pues si no esperara que los que habían de resucitar, habría tenido por cosa superflua e inútil rogar por los difuntos),

Sir 9:45 y porque consideraba que a los que habían muerto después de una vida piadosa, les estaba reservada una gran misericordia.

Sir 9:46 Es, pues, un pensamiento santo y saludable rogar por los difuntos, a fin de que sean libres de las penas de sus pecados.

CAPITULO 10

Sir 10:1 El año ciento cuarenta y nueve supo Judas que Antíoco Eupátor venía con un gran ejército contra la Judea,

Sir 10:2 acompañado de Lisias, tutor y regente del reino; y que traía consigo ciento diez mil hombres de a pie, y cinco mil de a caballo, y veintidós elefantes y trescientos carros armados de cuchillos.

Sir 10:3 Se unió también a ellos Menelao; y con un gran artificio procuraba aplacar a Antíoco, no porque amase el bien de la patria, sino esperando ser puesto en posesión del principado.

Sir 10:4 Mas el rey de los reyes movió el corazón de Antíoco contra aquel malvado; y habiendo dicho Lisias que él era la causa de todos los males, mandó prenderlo, y que le quitasen la vida en aquel mismo lugar, según el uso de ellos.

Sir 10:5 Había, pues, en aquel sitio una torre de cincuenta codos de alto, rodeada por todas partes de un gran montón de cenizas, desde allí no se veía más que un precipicio.

Sir 10:6 Y mandó que desde la torre fuese arrojado en la ceniza aquel sacrílego, llevándolo todos a empellones a la muerte.

Sir 10:7 De este modo, pues, debió morir Menelao, prevaricador de la ley, sin que a su cuerpo se le diese sepultura.

Sir 10:8 Y a la verdad con mucha justicia; porque habiendo él cometido tantos delitos contra el altar de YHWH, cuyo fuego y ceniza son cosas santas, justamente fue condenado a morir sofocado por la ceniza.

Sir 10:9 El rey continuaba furibundo su marcha, con ánimo de mostrarse con los judíos más cruel que su padre.

Sir 10:10 Teniendo, pues, Judas noticia de ello, mandó al pueblo que invocase a Adonay día y noche, a fin de que les asistiese en aquella ocasión, como lo había hecho siempre;

Sir 10:11 pues temían verse privados de su ley, de su patria y de su santo templo; y para que no permitiese que su pueblo escogido, que poco antes había empezado a respirar algún tanto, se viese nuevamente subyugado por las naciones, que blasfeman su nombre Kadosh (santo)

Sir 10:12 En efecto, haciendo todos a una lo mandado por Judas, implorando la misericordia de Adonay con lágrimas y ayunos, postrados en tierra por espacio de tres días continuos, los exhortó Judas a que estuviesen apercibidos.

Sir 10:13 El luego, con el consejo de los ancianos, resolvió salir a campaña antes que el rey Antíoco entrase con su ejército en la Judea y se apoderase de la ciudad, y encomendar a YHWH el éxito de la empresa.

Sir 10:14 Entregándose, pues, enteramente a las disposiciones de Elohim , creador del universo, y habiendo exhortado a sus tropas a pelear varonilmente y hasta perder la vida en defensa de sus leyes, de su templo y de su ciudad, de su patria y de sus conciudadanos, hizo acampar el ejército en las cercanías de Modín.

Sir 10:15 Dio después a los suyos por señal La victoria de YHWH; y tomando consigo los jóvenes más valientes de sus tropas, asaltó de noche el cuartel del rey, y mató en su campamento cuatro mil hombres y al mayor de los elefantes, con toda la gente que llevaba encima.

Sir 10:16 Y llenando con esto de un gran terror y confusión el campo de los enemigos, concluida tan felizmente la empresa, se retiraron.

Sir 10:17 Se ejecutó todo esto al rayar el día, asistiendo Adonay al Macabeo con su protección.

Sir 10:18 Mas el rey, visto este ensayo de la audacia de los judíos, intentó apoderarse con arte de los lugares más fortificados.

Sir 10:19 Y se acercó con su ejército a Betsura, una de las plazas de los judíos más bien fortificadas; pero era rechazado, hallaba mil tropiezos, y perdía gente.

Sir 10:20 Entretanto Judas enviaba a los sitiados cuanto necesitaban.

Sir 10:21 En esto un tal Rodoco hacía de espía de los enemigos en el ejército de los judíos; pero siendo reconocido, fue preso y puesto en un encierro.

Sir 10:22 Entonces el rey parlamentó nuevamente con los habitantes de Betsura, les concedió la paz, aprobó la capitulación de los sitiados, y se marchó.

Sir 10:23 Pero antes había peleado con Judas, y quedado vencido. A esta sazón, teniendo aviso de que en Antioquía se le había rebelado Filipo, el cual había quedado con el gobierno de los negocios, consternado en gran manera su ánimo, suplicando y humillándose a los judíos, juró guardarles todo lo que pareció justo; y después de esta reconciliación ofreció un sacrificio, tributó honor al templo, y le hizo varios donativos;

Sir 10:24 y abrazó al Macabeo, declarándolo gobernador y príncipe de todo el país desde Tolemaida hasta los gerrenos o gerasenos.

Sir 10:25 Luego que Antíoco llegó a Tolemaida, dieron a conocer sus habitantes el grave disgusto que les había causado aquel tratado y amistad hecha con los judíos, temiendo que indignados no rompiesen la alianza.

Sir 10:26 Pero subiendo Lisias a la tribuna, expuso las razones que habían mediado para esta alianza, apaciguó al pueblo, y volvió después a Antioquía. Tal fue la expedición del rey y el fin que tuvo.

CAPITULO 11

Sir 11:1 Pero de allí a tres años Judas y su gente entendieron que Demetrio, hijo de Seleuco, habiendo llegado con muchas naves y un numeroso ejército al puerto de Trípoli, se había apoderado de los puestos más ventajosos,

Sir 11:2 y ocupado varios territorios, a despecho de Antíoco y de su general Lisias.

Sir 11:3 Entretanto un cierto Alcimo, que había sido sumo sacerdote, y que voluntariamente se había contaminado en los tiempos de la mezcla de los ritos judaicos y gentiles, considerando que no había ningún remedio para él, y que jamás podría acercarse al altar,

Sir 11:4 pasó a ver al rey Demetrio, en el año ciento cincuenta, presentándole una corona de oro y una palma de lo mismo, y además unos ramos que parecían ser el templo; y por entonces no le dijo nada.

Sir 11:5 Pero habiendo logrado una buena conyuntura para ejecutar su loco designio, por haberlo llamado Demetrio a su consejo, y preguntándole cuál era el sistema y máxima con que se regían los judíos,

Sir 11:6 respondió en esta forma: Aquellos judíos que se llaman asideos, cuyo caudillo es Judas Macabeo, son los que fomentan la guerra, y mueven las sediciones, y no dejan estar en quietud el reino.

Sir 11:7 Y yo mismo, despojado de la dignidad hereditaria de mi familia, quiero decir, del sumo sacerdocio, me vine acá;

Sir 11:8 primer por ser fiel a la causa del rey, y segundo para mirar por el bien de mis ciudadanos; pues toda nuestra nación padece grandes vejaciones por causa de la perversidad de aquellos hombres.

Sir 11:9 Así que, te suplico, ¡oh rey!, que informándote por menor de todas estas cosas, mires por nuestra tierra y nación, conforme a tu bondad a todos notoria.

Sir 11:10 Porque en tanto que viva Judas, es imposible que haya allí paz.

Sir 11:11 Habiéndose él explicado de esta suerte, todos sus amigos inflamaron también a Demetrio contra Judas, del cual eran enemigos declarados.

Sir 11:12 Así es que al punto envió el rey a la Judea por general a Nicanor, comandante de los elefantes,

Sir 11:13 con orden de que cogiese vivo a Judas, dispersase sus tropas, y pusiese a Alcimo en posesión del sumo sacerdocio del gran templo.

Sir 11:14 Entonces los gentiles que habían huido de la Judea por temor a Judas, vinieron en bandadas a juntarse con Nicanor, mirando como prosperidad propia las miserias y calamidades de los judíos.

Sir 11:15 Luego que éstos supieron la llegada de Nicanor y la reunión de los gentiles con él, esparciendo polvo sobre sus cabezas, dirigieron sus plegarias a aquel Adonay que se había formado un pueblo suyo para conservarlo eternamente, y que con evidentes milagros había protegido su herencia.

Sir 11:16 E inmediatamente por orden del comandante partieron de allí, y fueron a acampar junto al castillo de Desau.

Sir 11:17 Había ya Simón, hermano de Judas, venido a las manos con Nicanor; pero se llenó de sobresalto con la repentina llegada de otros enemigos.

Sir 11:18 Sin embargo, enterado Nicanor del denuedo de las tropas de Judas y de la grandeza de ánimo con que combatían por su patria, temió dejar su suerte a la decisión de una batalla.

Sir 11:19 Y así envió delante a Posidonio, a Teodocio y a Matías para presentar y admitir proposiciones de paz.

Sir 11:20 Y habiendo durado largo tiempo las conferencias sobre el asunto, y dando el mismo general parte de ellas al pueblo, todos unánimemente fueron de parecer que se aceptara la paz.

Sir 11:21 En virtud de lo cual los dos generales emplazaron un día para conferenciar entre sí secretamente; a este fin se llevó y puso una silla para cada uno de ellos.

Sir 11:22 Esto no obstante, mandó Judas apostar algunos soldados en lugares oportunos, no fuera que los enemigos intentasen de repente hacer alguna traición. Pero la conferencia se celebró como debía.

Sir 11:23 Por esto Nicanor fijó después su residencia en Jerusalén , sin hacer ningún mal a nadie, y despidió aquella multitud de tropas que se le habían juntado.

Sir 11:24 Amaba a Judas con un amor sincero, mostrando una particular inclinación hacia él.

Sir 11:25 Le rogó que se casase, y pensase en tener hijos. En efecto, se casó, vivía tranquilo, y los dos se trataban familiarmente.

Sir 11:26 Mas viendo Alcimo la amistad y buena armonía que reinaba entre ellos, fue a ver a Demetrio, y le dijo que Nicanor favorecía los intereses ajenos o de los enemigos, y que tenía destinado por sucesor suyo a Judas, que aspiraba al trono.

Sir 11:27 Exasperado e irritado el rey sobremanera con las atroces calumnias de este malvado, escribió a Nicanor diciéndole que llevaba muy a mal la amistad que había contraído con el Macabeo, y que le mandaba que luego al punto se lo enviase atado a Antioquía.

Sir 11:28 Enterado de esto Nicanor, quedó lleno de consternación, y sentía sobremanera tener que violar los tratados hechos con aquel varón, sin haber recibido de él ofensa alguna.

Sir 11:29 Mas no pudiendo desobedecer al rey, andaba buscando oportunidad para poner en ejecución la orden recibida.

Sir 11:30 Entretanto el Macabeo, observando que Nicanor lo trataba con aspereza y que en las visitas acostumbradas se le mostraba con cierto aire duro e imponente, consideró que aquella aspereza no podía nacer de nada bueno, y reuniendo algunos pocos de los suyos, se ocultó de Nicanor.

Sir 11:31 Luego que éste reconoció que Judas había tenido la destreza de prevenirlo, fue al augusto y santísimo templo, hallándose los sacerdotes ofreciendo los sacrificios acostumbrados, y les mandó que le entregasen al Macabeo.

Sir 11:32 Mas como ellos le asegurasen con juramento que no sabían dónde estaba el que él buscaba, Nicanor levantó la mano contra el templo,

Sir 11:33 y juró diciendo: Si no me entregáis atado a Judas, arrasaré este templo de Elohim , derribaré este altar, y consagraré aquí un templo a Baal y padre Baco;

Sir 11:34 y dicho esto, se marchó. Los sacerdotes, entonces, levantando sus manos al cielo, invocaban a aquel Adonay que había sido siempre el defensor de su nación, y oraban de este modo:

Sir 11:35 Adonay de todo el universo; tú que de nada necesitas, quisiste tener entre nosotros un templo para tu morada.

Sir 11:36 Conserva, pues, ¡oh Santo de los santos y Adonay de todas las cosas!, conserva ahora, y para siempre libre de profanación esta casa, que hace poco tiempo ha sido purificada.

Sir 11:37 En este tiempo fue acusado a Nicanor uno de los ancianos de Jerusalén , llamado Razías, varón amante de la patria, y de gran reputación, al cual se daba el nombre de padre de los judíos por el afecto con que los miraba a todos.

Sir 11:38 Este, pues, ya de mucho tiempo antes, llevaba constantemente una vida muy exacta en el judaísmo, pronto a dar su misma vida antes que faltar a su observancia.

Sir 11:39 Mas queriendo Nicanor manifestar el odio que tenía a los judíos, envió quinientos soldados para que lo prendiesen;

Sir 11:40 pues juzgaba que si lograba seducir a este hombre, haría un daño gravísimo a los judíos.

Sir 11:41 Pero al tiempo que los soldados hacían sus esfuerzos para entrar en la casa, rompiendo la puerta, y poniéndole fuego, así que estaban ya para prenderle, se hirió con su espada,

Sir 11:42 prefiriendo morir noblemente a verse esclavo de los idólatras, y a sufrir ultrajes indignos de su nacimiento .

Sir 11:43 Mas como por la precipitación con que se hirió no fuese mortal la herida, y entrasen ya en tropel los soldados en la casa, corrió animosamente al muro, y se precipitó denodadamente encima de las gentes;

Sir 11:44 las cuales retirándose al momento para que no les cayese encima, vino a dar de cabeza contra el suelo.

Sir 11:45 Pero como aún respirase, hizo un nuevo esfuerzo y se volvió a poner en pie; y aunque la sangre le salía a borbollones por sus heridas mortales, pasó corriendo por medio de la gente,

Sir 11:46 y subiéndose sobre una roca escarpada, desangrado ya como estaba, agarró con ambas manos sus propias entrañas, y las arrojó sobre las gentes, invocando a Adonay y dueño del alma y de la vida, a fin de que se las volviese a dar algún día; y de esta manera acabó de vivir.

CAPITULO 12

Sir 12:1 Luego que Nicanor tuvo noticia que Judas estaba en tierra de Samaria, resolvió acometerlo con todas sus fuerzas en un día de sábado,

Sir 12:2 y como los judíos que por necesidad lo seguían, le dijesen: No quieras hacer una acción tan feroz y bárbara como ésa; mas honra la santidad de este día, y respeta a aquel Adonay que ve todas las cosas,

Sir 12:3 les preguntó aquel infeliz si había en el cielo algún Elohim poderoso que hubiese mandado celebrar el Shabat (sabado).

Sir 12:4 Y contestándole ellos: Sí, Adonay Elohim vivo y Shaday que hay en el cielo, es el que mandó guardar el día séptimo.

Sir 12:5 Pues yo, les replicó él, soy poderoso sobre la tierra, y mando que se tomen las armas, y que se ejecuten las órdenes del rey. Mas a pesar de eso, no pudo Nicanor efectuar sus designios,

Sir 12:6 siendo así que había ideado ya, en el delirio de su soberbia, erigir un trofeo en memoria de la derrota de Judas y de su gente.

Sir 12:7 En medio de esto, el Macabeo esperaba siempre con firme confianza que Elohim le asistiría con su socorro;

Sir 12:8 y al mismo tiempo exhortaba a los suyos a que no temiesen el encuentro de las naciones, sino que antes bien trajesen a la memoria la asistencia que otras veces habían recibido del cielo, y que ahora esperasen también que el Todopoderoso les concedería la victoria.

Sir 12:9 Y dándoles igualmente instrucciones sacadas de la Torah y de los profetas, y acordándoles los combates que antes habían ellos sostenido, les infundió nuevo aliento.

Sir 12:10 Inflamados de esta manera sus ánimos, les ponía igualmente a la vista la perfidia de las naciones, y la violación de los juramentos.

Sir 12:11 Y armó a cada uno de ellos, no tanto con darle escudo y lanza, como con admirables discursos y exhortaciones, y con la narración de una visión muy fidedigna que había tenido en sueños, la cual llenó a todos de alegría.

Sir 12:12 Esta fue la visión que tuvo: Se le representó que estaba viendo a Onías, sumo sacerdote, que había sido hombre lleno de bondad y de dulzura, de aspecto venerado, modesto en sus costumbres y de gracia en sus discursos, y que desde niño se había ejercitado en la virtud; el cual, levantadas las manos, hacia tefila (oraba)por todo el pueblo judaico;

Sir 12:13 que después se le había aparecido otro varón, respetable por su ancianidad, lleno de gloria y rodeado por todos lados de magnificencia;

Sir 12:14 y que Onías, dirigiéndole la palabra, le había dicho: Este es el verdadero amante de sus hermanos y del pueblo de Israel; éste es Jeremías, profeta de YHWH, que ruega incesantemente por el pueblo y por toda la ciudad Kadosh;

Sir 12:15 que luego Jeremías extendió su derecha y entregó a Judas una espada de oro, diciéndole:

Sir 12:16 Toma esta santa espada, como don de Elohim , con la cual derribarás a los enemigos de mi pueblo de Israel.

Sir 12:17 Animados, pues, todos con estas palabras de Judas, las más eficaces para avivar el valor, e infundir nuevo aliento en la juventud, resolvieron atacar y combatir vigorosamente a los enemigos, de modo que su esfuerzo decidiese la causa, pues así el templo como la ciudad santa estaban en peligro.

Sir 12:18 Y a la verdad menos cuidado pasaban por sus mujeres, por sus hijos, por sus hermanos y por sus parientes, que por la santidad del templo, que era lo que les causaba el mayor y principal temor.

Sir 12:19 Asimismo los que se hallaban dentro de la ciudad, estaban en gran sobresalto por la suerte de aquellos que iban a entrar en batalla.

Sir 12:20 Y cuando ya todos estaban aguardando la decisión del combate, estando ya a la vista los enemigos, el ejército formado en batalla, y los elefantes y caballería colocados en los lugares oportunos;

Sir 12:21 considerando el Macabeo la multitud de hombres que venía a dejarse caer sobre ellos, y el aparato de armas, y la ferocidad de los elefantes, levantó las manos al cielo, invocando a aquel Elohim que obra los prodigios; a aquel que, no según la fuerza de los ejércitos, sino según su voluntad, concede la victoria a los que la merecen.

Sir 12:22 Y lo invocó de esta manera: ¡Oh Adonay ! Tú, que en el reino de Ezequías , rey de Judá, enviaste uno de tus malajim (angeles) , y quitaste la vida a ciento ochenta y cinco mil hombres del ejército de Sennaquerib,

Sir 12:23 envía también ahora, ¡oh Dominador de los cielos!, a tu ángel bueno que vaya delante de nosotros, y haga conocer la fuerza de tu terrible y tremendo brazo;

Sir 12:24 a fin de que queden llenos de espanto los que blasfemando del Nombre tuyo, vienen contra tu santo pueblo. Así terminó su tefila.

Sir 12:25 Entretanto venía Nicanor marchando con su ejército al son de trompetas y de canciones.

Sir 12:26 Mas Judas y su gente, habiendo invocado a YHWH por medio de sus oraciones, acometieron al enemigo;

Sir 12:27 y orando a Adonay en lo interior de sus corazones, al mismo tiempo que, espada en mano, cargaban sobre sus enemigos, mataron no menos de treinta y cinco mil, sintiéndose sumamente llenos de gozo y de vigor con la presencia de YHWH.

Sir 12:28 Concluido el combate, al tiempo que alegres se volvían ya, supieron que Nicanor con sus armas yacía tendido en el suelo.

Sir 12:29 Por lo que alzándose al instante una gran gritería y estrépito, bendecían al Shadday (Todopoderoso) en su nativo idioma.

Sir 12:30 Judas, que estaba siempre pronto a morir o dar su cuerpo y vida por sus conciudadanos, mandó que se cortase la cabeza y el brazo, junto con el hombro, a Nicanor, y que se llevasen a Jerusalén .

Sir 12:31 Así que llegó él a esta ciudad, convocó cerca del altar a sus conciudadanos y a los sacerdotes, e hizo llamar también a los del alcázar;

Sir 12:32 y habiéndoles mostrado la cabeza de Nicanor, y aquella su execrable mano, que con todo orgullo e insolencia había levantado contra la morada santa de Elohim Todopoderoso,

Sir 12:33 mandó luego que la lengua de este impío fuese cortada en menudos trozos, y arrojada después para pasto de las aves; y que se colgara enfrente del templo la mano de aquel insensato.

Sir 12:34 Con esto bendijeron todos a Adonay del cielo, diciendo: Bendito sea el que ha conservado exento de la profanación su santo templo.

Sir 12:35 Asimismo hizo colgar la cabeza de Nicanor en lo más alto del alcázar, para que fuese una señal visible y patente de la asistencia de YHWH.

Sir 12:36 Finalmente, todos unánimes resolvieron que de ningún modo se debía pasar este día sin hacer en él una fiesta particular;

Sir 12:37 y se dispuso que se celebrase esta solemnidad el día trece del mes llamado en lengua siríaca Adar, día anterior al día festivo de Mardoqueo.

Sir 12:38 Ejecutadas, pues, estas cosas en orden a Nicanor, y hechos dueños los hebreos desde entonces de la ciudad, acabaré yo también con esto mi narración.

Sir 12:39 Si ella ha salido bien, y cual conviene a una historia es ciertamente lo que yo deseaba; pero si, por el contrario, es menos digna del asunto que lo que debiera, se me debe disimular la falta.

40. Pues así como es cosa dañosa beber siempre vino, o siempre agua, al paso que es grato el usar ora de uno, ora de otra, así también un discurso gustaría poco a los lectores si el estilo fuese siempre muy peinado y uniforme. Y con esto doy fin.

CAPITULO 13

Sir 13:1 Amad la justicia, vosotros los que juzgáis o gobernáis la tierra. Sentid bien de Adonay, y buscadlo con sencillez de corazón;

Sir 13:2 porque los que no lo tientan con sus desconfianzas, ésos lo hallan, y se manifiesta a aquellos que en él confían.

Sir 13:3 Pues los pensamientos perversos apartan de YHWH, cuyo poder puesto a prueba contradice a los necios.

Sir 13:4 Así es que no entrará en alma maligna la sabiduría, ni habitará en el cuerpo sometido al pecado,

Sir 13:5 porque el Ruaj Ha Kodesh que la enseña, huye de las ficciones, y se aparta de los pensamientos desatinados, y se ofenderá de la iniquidad que sobrevenga.

Sir 13:6 Ciertamente que siendo como es el espíritu de la sabiduría todo bondad, no dejará sin castigo los labios del maldiciente, porque YHWH es testigo de sus afectos interiores, y escudriñador infalible de su corazón, y entendedor de su lenguaje.

Sir 13:7 Por cuanto el Ruaj de Elohim llena el mundo universo; y como comprende todas las cosas, tiene conocimiento de todo, hasta de una voz.

Sir 13:8 Por eso el que habla cosas malas no puede escondérsele, ni escapará del juicio vengador.

Sir 13:9 Pues se interrogará al impío hasta sobre sus pensamientos; y llegarán a los oídos de YHWH sus palabras y obras para castigo de sus maldades.

Sir 13:10 Porque la oreja celosa de Elohim todo lo oye; ni encubrírsele puede el ruido o susurro de las murmuraciones.

Sir 13:11 Guardaos, pues, de la murmuración, la cual de nada aprovecha, o daña mucho, y refrenad la lengua de toda detracción; porque ni una palabra dicha a escondidas se irá por el aire; y la boca mentirosa da muerte al alma.

Sir 13:12 No os afanéis en acarrearos la muerte con el descamino de vuestra vida; ni os granjeéis la perdición con las obras de vuestras manos.

Sir 13:13 Porque no es Elohim quien hizo la muerte, ni se complace en la perdición de los vivientes.

Sir 13:14 Lo creó todo a fin de que subsistiera eternamente en su presencia; saludables hizo él todas las cosas que nacen en el mundo; nada había en ellas de ponzoñoso ni nocivo; el infierno o la muerte no reinaba entonces en la tierra.

Sir 13:15 Puesto que la justicia es de suyo perpetua e inmortal.

Sir 13:16 Mas los impíos con sus hechos y palabras llamaron a la muerte; y considerándola su amiga, vinieron a corromperse hasta hacer con ella alianza, como dignos de tal sociedad.

CAPITULO 14

Sir 14:1 Dijeron, pues, los impíos entre sí, discurriendo sin juicio: Corto y lleno de tedio es el tiempo de nuestra vida; no hay consuelo en el fin del hombre o después de su muerte, ni se ha conocido nadie que haya vuelto de los infiernos o del otro mundo.

Sir 14:2 Pues nacido hemos de la nada, y pasado lo presente, seremos como si nunca hubiésemos sido. La respiración o resuello de nuestras narices es como un ligero humo; y el habla o el alma como una transitoria chispa, con la cual se mueve nuestro corazón.

Sir 14:3 Apagada que sea, quedará nuestro cuerpo reducido a ceniza; y el espíritu se disipará, cual sutil aire; se desvanecerá ha, como una nube que pasa, nuestra vida; y desaparecerá como niebla herida de los rayos del sol, y disuelta con su calor.

Sir 14:4 Caerá en olvido con el tiempo nuestro nombre, sin que quede memoria de nuestras obras.

Sir 14:5 Porque el tiempo de nuestra vida es una sombra que pasa, y no hay retorno después de la muerte; porque queda puesto el sello, y nadie vuelve atrás.

Sir 14:6 Venid, pues, y gocemos de los bienes presentes; y apresurémonos a disfrutar de las criaturas mientras somos jóvenes.

Sir 14:7 Llenémonos de vinos exquisitos, y de olorosos perfumes, y no dejemos pasar la flor de la edad.

Sir 14:8 Coronémonos de rosas antes que se marchiten; no haya prado donde no dejemos las huellas de nuestra intemperancia.

Sir 14:9 Ninguno de nosotros deje de tomar parte de nuestras diversiones; dejemos por todas partes vestigios de nuestro regocijo, ya que nuestra herencia es ésta, y así es nuestra suerte.

Sir 14:10 Oprimamos al justo desvalido, no perdonemos a la viuda, ni respetemos las canas del anciano de muchos días.

Sir 14:11 Sea nuestra fuerza la única ley de justicia; pues lo flaco, según se ve, de nada sirve.

Sir 14:12 Armemos, pues, lazos al justo, visto que no es de provecho para nosotros, y que es contrario a nuestras obras, y nos echa en cara los pecados contra la Torah(Ley), y nos desacredita divulgando nuestra depravada conducta.

Sir 14:13 Protesta tener la ciencia de Elohim , y se llama a sí mismo hijo de YHWH.

Sir 14:14 Se ha hecho el censor de nuestros pensamientos.

Sir 14:15 No podemos sufrir ni aun su vista; porque no se asemeja su vida a la de los otros, y sigue una conducta muy diferente.

Sir 14:16 Nos mira como a gente frívola y ridícula, se abstiene de nuestros usos como de inmundicias, prefiere lo que esperan los justos en la muerte; y se gloría de tener a Elohim por Ab(Padre).

Sir 14:17 Veamos ahora si sus palabras son verdaderas; experimentemos lo que le acontecerá, y veremos cuál será su paradero.

Sir 14:18 Que si es verdaderamente hijo de YHWH, YHWH lo tomará a su cargo, y lo librará de las manos de sus adversarios.

Sir 14:19 Examinémoslo a fuerza de afrentas y de tormentos, para conocer su resignación y probar su paciencia.

Sir 14:20 Condenémosle a la más infame muerte; pues según sus palabras será él atendido.

Sir 14:21 Estas cosas idearon los impíos, y tanto desatinaron, cegados de su propia malicia.

Sir 14:22 Y no entendieron los misterios de Elohim , ni creyeron que hubiese galardón para el justo, ni hicieron caso de la gloria reservada a las almas santas.

Sir 14:23 Porque Elohim creó inmortal al hombre, y lo formó a su imagen y semejanza;

Sir 14:24 mas por la envidia de Ha Satan , entró la muerte al mundo.

25. E imitan a Ha Satan los que son de su bando.

CAPITULO 15

Sir 15:1 Las almas de los justos están en la mano de YHWH; y no llegará a ellas el tormento de la muerte eterna.

Sir 15:2 A los ojos de los insensatos pareció que morían; y su tránsito, o salida del mundo, se miró como una desgracia,

Sir 15:3 y como un aniquilamiento su partida de entre nosotros; mas ellos, a la verdad, reposan en paz.

Sir 15:4 Y si delante de los hombres han padecido tormentos, su esperanza está llena o segura de la feliz inmortalidad.

Sir 15:5 Su tribulación ha sido ligera, y su galardón será grande; porque Elohim hizo prueba de ellos, y los halló dignos de sí.

Sir 15:6 Los probó como al oro en el crisol, y los aceptó como víctima de holocausto; y a su tiempo se les dará la recompensa.

Sir 15:7 Entonces brillarán los justos como el sol, y como centellas que discurren por un cañaveral así volarán de unas partes a otras.

Sir 15:8 Juzgarán a las naciones y señorearán a los pueblos, y Adonay reinará con ellos eternamente.

Sir 15:9 Los que confían en él entenderán la verdad; y los fieles a su amor estarán unidos con él; pues la gracia y la paz es para sus escogidos.

Sir 15:10 Mas los impíos serán castigados a medida de sus malvados pensamientos; ellos que no hicieron caso de la justicia, y apostataron de Adonay.

Sir 15:11 Porque desdichado es quien desecha la sabiduría y la instrucción, y vana es su esperanza, sin frutos sus trabajos, e inútiles sus obras.

Sir 15:12 Sus mujeres son unas locas y perversísimos sus hijos.

Sir 15:13 Maldita la raza de ellos. Más dichosa es la mujer estéril, y la sin mancilla que ha conservado inmaculado su lecho; porque ella recibirá la recompensa de su castidad, cuando Elohim visite a las almas kadosh.

Sir 15:14 Asimismo más feliz es el eunuco, cuyas manos no han obrado la iniquidad, ni ha pensado cosas criminales contrarias a YHWH; pues se le dará un don precioso por su fidelidad y un destino muy distinguido en el cielo, que es el templo de YHWH.

Sir 15:15 Porque glorioso es el fruto de las buenas obras; y nunca se seca la raíz de la sabiduría.

Sir 15:16 Mas los hijos de los adúlteros jamás llegarán a edad madura, y extirpada será la raza del tálamo impuro.

Sir 15:17 Y dado que tuvieren larga vida, para nada se contará con ellos, y su última vejez será sin honra.

Sir 15:18 Si murieren pronto, no tendrán esperanza, ni quien les consuele el día de la cuenta.

Sir 15:19 Porque la raza de los malvados tiene un fin muy desastrado.

CAPITULO 16

Sir 16:1 ¡Oh cuán bella es la generación casta con esclarecida virtud! Inmortal es su memoria, y en honor delante de YHWH y de los hombres.

Sir 16:2 Cuando está presente, la imitan, y cuando se ausenta, la echan de menos; y coronada triunfa eternamente ganando el premio en los combates por la castidad.

Sir 16:3 Pero la raza de los impíos, aunque multiplicada, de nada servirá; y no echarán hondas raíces los retoños bastardos, ni tendrán una estable consistencia.

Sir 16:4 Que si por algún tiempo brotan, como no tienen firmeza serán sacudidos por el viento, y desarraigados por la violencia del huracán.

Sir 16:5 Con lo que serán desgajadas sus ramas antes de acabar de formarse; inútiles y de áspero gusto sus frutos, y para nada buenos.

Sir 16:6 Porque los hijos nacidos de uniones ilícitas, al preguntárseles de quién son, vienen a ser testigos que deponen contra el crimen de sus padres.

Sir 16:7 Mas el sadik (justo), aunque sea arrebatado de muerte prematura, estará en lugar de refrigerio o reposo.

Sir 16:8 Porque no hacen venerable la vejez los muchos días, ni los muchos años; sino que la prudencia y juicio del hombre suplen por las canas,

Sir 16:9 y es edad anciana la vida inmaculada.

Sir 16:10 Porque el justo agradó a YHWH, fue amado de él; y como vivía entre los pecadores, fue trasladado a otra parte.

Sir 16:11 Fue trasladado para que la malicia no alterase su modo de pensar, ni sedujesen su alma las apariencias engañadoras del mundo.

Sir 16:12 Pues el hechizo de la vanidad del siglo oscurece el bien verdadero; y el inconstante ímpetu de la concupiscencia pervierte el ánimo inocente.

Sir 16:13 Con lo poco que vivió, llenó la carrera de una larga vida.

Sir 16:14 Porque su alma era grata a YHWH, por eso mismo se apresuró Adonay a sacarlo de en medio de los malvados. Viéndolo las gentes, no entendieron ni reflexionaron en su corazón

Sir 16:15 ser esto una gracia y misericordia de Elohim para con sus santos, y providencia particular con sus escogidos.

Sir 16:16 Mas el justo muerto condena a los impíos que viven; y su juventud pronto acabada, la larga vida del pecador.

Sir 16:17 Los impíos verán el fin del hombre prudente, y no comprenderán los designios de Elohim sobre él, ni cómo Adonay lo ha puesto a salvo.

Sir 16:18 Lo verán, y lo mirarán con desprecio; mas Adonay se burlará de ellos;

Sir 16:19 y al cabo vendrán a morir sin honor, y estarán con eterna infamia entre los muertos; porque YHWH hará que éstos hinchados de orgullo revienten de medio a medio, sin que osen abrir su boca, y los desquiciará desde los cimientos, y los reducirá a extrema desolación y quedarán gimiendo, y perecerá para siempre su memo-ria.

Sir 16:20 Comparecerán llenos de espanto por el remordimiento de sus pecados, y sus mismas iniquidades se levantarán contra ellos para acusarlos.

CAPITULO 17

Sir 17:1 Entonces los SADIQUIM (justos) se presentarán con gran valor contra aquellos que los angustiaron y robaron el fruto de sus fatigas.

Sir 17:2 A cuyo aspecto se apoderará de éstos la turbación y un temor horrendo; y se asombrarán de la repentina salvación de los sadiquim , que ellos no esperaban ni creían;

Sir 17:3 y arrepentidos, y arrojando gemidos de su angustiado corazón, dirán dentro de sí: Estos son los que en otro tiempo fueron el blanco de nuestros escarnios, y a quienes proponíamos como un ejemplar de oprobio.

Sir 17:4 ¡Insensatos de nosotros! Su tenor de vida nos parecía una necedad, y su muerte una ignominia.

Sir 17:5 Mirad cómo son contados en el número de los hijos de YHWH, y cómo su suerte es estar con los apartados.

Sir 17:6 Luego descarriados hemos ido del camino de la verdad; no nos ha alumbrado la luz de la justicia, ni para nosotros ha nacido el sol de la inteligencia.

Sir 17:7 Nos hemos fatigado en seguir la carrera de la iniquidad y de la perdición; hemos andado por senderos fragosos, sin conocer el camino Adonay

Sir 17:8 ¿De qué nos ha servido la soberbia? ¿O qué provecho nos ha traído la vana ostentación de nuestras riquezas?

Sir 17:9 Pasaron como sombra todas aquellas cosas; y como mensajero que va en posta;

Sir 17:10 o cual nave que surca las olas del mar, de cuyo tránsito no hay que buscar vestigio, ni la vereda de su quilla en las olas;

Sir 17:11 o como ave que vuela a través del aire, de cuyo vuelo no queda rastro ninguno, y solamente se oye el sacudimiento de las alas con que azota al ligero viento, y corta con fuerza el ambiente, por la cual se abre camino; ella bate sus alas y vuela sin dejar detrás de sí señal alguna de su rumbo;

Sir 17:12 o como una saeta disparada contra el blanco corta el aire, y luego éste se reúne, sin que se conozca por dónde aquélla pasó.

Sir 17:13 Así también nosotros, apenas nacidos dejemos de ser; y ciertamente ninguna señal de virtud pudimos mostrar, y nos consumimos en nuestra maldad.

Sir 17:14 Así discurren en el infierno los pecadores.

Sir 17:15 Porque la esperanza del impío es como la pelusa o polvo que arrebata el viento; o cual espuma ligera que la tempestad deshace; o como humo que disipa el viento; o como la memoria del huésped que va de paso y sólo se detiene un día.

Sir 17:16 Al contrario, los justos vivirán eternamente, y su galardón está en el Elohim de Israel, y el Altísimo tiene cuidado de ellos.

Sir 17:17 Por tanto recibirán de la mano de Adonay el reino de la gloria y una brillante diadema; los protegerá con su diestra, y con su kadosh brazo los defenderá.

Sir 17:18 Se armará de todo su celo, y armará también las criaturas para vengarse de sus enemigos.

Sir 17:19 Tomará la justicia por coraza, y por casco el juicio infalible.

Sir 17:20 Alzará por escudo impenetrable la rectitud.

Sir 17:21 De su inflexible ira se hará una aguda lanza; y todo el universo peleará con él contra los insensatos.

Sir 17:22 Irán derechamente a ellos los tiros de los rayos, los cuales serán lanzados de las nubes como de un arco bien apuntado, y herirán a un punto fijo;

Sir 17:23 y de la cólera de YHWH, como de un pedrero lloverán densos granizos. Se embravecerán contra ellos las olas del mar; y los ríos todos inundarán impetuosamente la tierra.

24. Se levantará contra ellos un furioso huracán, y en torbellino de viento serán destrozados. Por su iniquidad quedará convertida en un desierto toda la tierra; y por la maldad, los tronos de los potentados serán derrocados.

CAPITULO 18

Sir 18:1 Más vale la sabiduría que las fuerzas; y el varón prudente más que el valeroso.

Sir 18:2 Escuchad, pues, oh reyes, y estad atentos; aprended vosotros, oh jueces todos de la tierra:

Sir 18:3 Dad oídos a mis palabras, vosotros que tenéis el gobierno de los pueblos, y os gloriáis del vasallaje de muchas naciones.

Sir 18:4 Porque la potestad os la ha dado Adonay; del Altísimo tenéis esa fuerza, el cual examinará vuestras obras, y escudriñará hasta los pensamientos.

Sir 18:5 Porque siendo vosotros unos ministros de su reino universal, no juzgasteis con rectitud, ni observasteis la Torah de la justicia, ni procedisteis conforme a la voluntad de YHWH.

Sir 18:6 El se dejará ver, o caerá sobre vosotros espantosa y repentinamente; pues aquellos que ejercen potestad sobre otros, serán juzgados con extremo rigor.

Sir 18:7 Porque con los pequeños se usará de compasión, mas los grandes sufrirán grandes tormentos.

Sir 18:8 Que no exceptuará Elohim persona alguna, ni respetará la grandeza de nadie; pues al pequeño y al grande él mismo los hizo y de todos cuida igualmente,

Sir 18:9 si bien a los más grandes amenaza mayor suplicio.

Sir 18:10 Por tanto a vosotros, oh reyes, se dirigen estas mis palabras; a fin de que aprendáis la sabiduría y no vengáis a resbalar.

Sir 18:11 Porque los que hayan hecho rectamente obras justas, serán justificados; y los que hayan aprendido estas cosas que enseño, hallarán con qué defenderse.

Sir 18:12 Por consiguiente, codiciad mis mitzvot(estatutos,mandamientos,preceptos), amadlos y seréis instruidos.

Sir 18:13 Porque luminosa e inmarcesible es la sabiduría; y se deja ver fácilmente de los que la aman, y hallar de los que la buscan.

Sir 18:14 Se anticipa a aquellos que la codician, poniéndoseles delante ella misma.

Sir 18:15 Quien madrugare en busca de ella, no tendrá que fatigarse; pues la hallará sentada en su misma puerta.

Sir 18:16 El tener, pues, el pensamiento ocupado en la sabiduría es prudencia consumada; y el que por amor de ella velare, bien pronto estará en reposo.

Sir 18:17 Porque ella misma va por todas partes buscando a los que son dignos de poseerla; y por los caminos se les presenta con agrado, y en todas ocasiones y asuntos la tienen al lado.

Sir 18:18 El principio de la sabiduría es un deseo sincerísimo de la instrucción.

Sir 18:19 Procurar instruirse es amar la sabiduría; amarla es guardar su Torah; y la guarda de estas leyes es la perfecta pureza del alma;

Sir 18:20 la perfecta pureza une con Elohim;

Sir 18:21 luego el deseo de la sabiduría conduce al reino eterno.

Sir 18:22 Ahora bien, ¡oh reyes de los pueblos!, si os complacéis en los tronos y cetros, amad la sabiduría a fin de reinar perpetuamente.

Sir 18:23 Amad la luz de la sabiduría todos los que estáis al frente de los pueblos,

Sir 18:24 que yo os declararé qué cosa es la sabiduría, y cómo fue -engendrada; y no os ocultaré los misterios de Elohim; sino que subiré investigando hasta su primer origen, y pondré en claro su conocimiento, sin ocultar un ápice de la verdad.

Sir 18:25 No me acompañaré por cierto con el que se pudre de envidia; pues el envidioso no será jamás participante de la sabiduría.

26. Los varones sabios son la felicidad del mundo; y un rey sabio es firme sostén del pueblo.

27. Recibid, pues, la instrucción por medio de mis palabras, porque os será provechosa.

CAPITULO 19

Sir 19:1 A la verdad que soy también yo un hombre mortal, semejante a los demás, y del linaje de aquel que siendo el primero fue formado de la tierra; y en el vientre de la madre recibí la humana figura de carne.

Sir 19:2 En el espacio de diez meses fui formado de una sangre cuajada y de la sustancia del hombre, concurriendo lo apacible del sueño.

Sir 19:3 Y luego que nací, respiré en común aire, y casi sobre la misma tierra que todos; y mi primera voz, como la de todos los demás niños, fue de llanto.

Sir 19:4 Fui criado entre pañales y con grandes cuidados o desvelos.

Sir 19:5 Porque no ha tenido otra manera de nacer que ésta ninguno de los reyes.

Sir 19:6 Una misma, pues, es para todos la entrada a la vida, y semejante es la salida.

Sir 19:7 Por esto deseé yo la inteligencia, y me fue concedida; e invoqué de Adonay el Ruaj (espiritu) de sabiduría, y se me dio,

Sir 19:8 y la preferí a los reinos y tronos, y en su comparación tuve por nada las riquezas,

Sir 19:9 y no parangoné con ellas las piedras preciosas; porque todo el oro, respecto de ella, no es más que una menuda arena, y a su vista la plata será tenida por lodo.

Sir 19:10 La amé más que la salud y la hermosura; y propuse tenerla por luz y norte porque su resplandor es inextinguible.

Sir 19:11 Todos los bienes me vinieron con ella, y he recibido por su medio innumerables riquezas.

Sir 19:12 Y me gozaba en todas estas cosas, porque me guiaba esta sabiduría; e ignoraba yo que ella fuese madre de todos estos bienes.

Sir 19:13 La aprendí sin ficción, y la comunico sin envidia, ni encubro su valor;

Sir 19:14 pues es un tesoro infinito para los hombres, que a cuantos se han valido de él, los ha hecho partícipes de la amistad de YHWH y recomendables por los dones de la doctrina que han enseñado.

Sir 19:15 A mí me ha concedido YHWH expresar con claridad lo que siento; y tener pensamientos dignos de los dones recibidos de Adonay , porque él es la guía de la sabiduría y el que corrige a los sabios;

Sir 19:16 puesto que estamos en sus manos nosotros, y nuestros discursos, y toda la sabiduría, y la ciencia del obrar, y la disciplina.

Sir 19:17 El mismo me dio la verdadera ciencia de las cosas existentes; para que yo conozca la constitución del mundo, y las virtudes de los elementos;

Sir 19:18 el principio y el fin y el medio de los tiempos, y las mudanzas de las estaciones, y las vicisitudes o variaciones de los tiempos;

Sir 19:19 el curso del año, y las situaciones de las estrellas;

Sir 19:20 las naturalezas de los animales, y la bravura de las fieras; la violencia de los vientos, y las inclinaciones de los hombres; la variedad de las plantas, y las virtudes de las raíces.

Sir 19:21 En suma, aprendí cuantas cosas hay ocultas y nunca vistas; pues la sabiduría, que es el artífice de todas, me instruyó.

Sir 19:22 Porque en ella tiene su morada el espíritu de inteligencia, Ruaj ha Kodesh(Espiritu Santo), único, multiforme, sutil, elocuente, ágil, inmaculado, infalible, suave, amante del bien, perspicaz, irresistible, benéfico,

Sir 19:23 amador de los hombres, benigno, estable, constante, seguro, el cual lo puede todo, todo lo prevé y que abarca en sí todos los espíritus, inteligente, puro y sutil.

Sir 19:24 Pues la sabiduría es más ágil que todas las cosas que se mueven, y alcanza a todas partes, a causa de su pureza o espiritualidad,

Sir 19:25 siendo como es una exhalación de la virtud de Elohim , o como una pura emanación de la Shekinah (gloria) de YHWH, omnipotente; por lo que no tiene lugar en ella misma cosa manchada;

Sir 19:26 como que es el resplandor de la luz eterna, y un espejo sin mancilla de la majestad de Elohim , y una imagen de su bondad.

Sir 19:27 Y con ser una sola lo puede todo; y siendo en sí inmutable, todo lo renueva, y se derrama por todas las naciones entre las almas santas, formando amigos de Elohim y profetas.

Sir 19:28 Porque YHWH solamente ama al que mora con la sabiduría.

Sir 19:29 La cual es más hermosa que el sol, y sobrepuja a todo el orden de las estrellas, y si se compara con la luz, le hace muchas ventajas,

Sir 19:30 visto que a la luz la alcanza la noche; pero la malicia jamás prevalece contra la sabiduría.

CAPITULO 20

Sir 20:1 Ella, pues, abarca fuertemente de un cabo a otro todas las cosas, y las ordena todas con suavidad.

Sir 20:2 A ésta amé yo, y busqué desde mi juventud, y procuré tomarla por esposa mía, y quedé enamorado de su hermosura.

Sir 20:3 Realza su nobleza la estrecha unión que tiene con YHWH; y además, el mismo Adonay de todas las cosas ha declarado que la ama;

Sir 20:4 siendo, como es, la maestra de la ciencia de YHWH y la directora de sus obras.

Sir 20:5 Y si en esta vida se codician las riquezas, ¿qué cosa más rica que la sabiduría, creadora de todas las cosas?

Sir 20:6 Y si la industria es la que produce las obras, ¿qué mejor que la sabiduría mostró el arte o ingenio en estas cosas existentes?

Sir 20:7 Y si alguno ama la justicia o santidad de vida, frutos son de los trabajos u obras de esta sabiduría las grandes virtudes; por ser ella la que enseña la templanza, la prudencia, y la justicia, y la fortaleza, que son las cosas más útiles a los hombres en esta vida.

Sir 20:8 Y si alguno desea mucho saber, ella es la que sabe todo lo pasado, y forma juicio de lo futuro; conoce los artificios maliciosos de los discursos, y las soluciones de los argumentos; adivina los prodigios y maravillas antes que sucedan, y los acontecimientos de los tiempos y de los siglos.

Sir 20:9 Propuse, pues, traérmela para que viviera en compañía mía, sabiendo que comunicará conmigo sus bienes, y será el consuelo mío en mis cuidados y penas.

Sir 20:10 Por ella seré ilustre entre las gentes; y aunque joven seré honrado de los ancianos.

Sir 20:11 Y me reconocerán por agudo en juzgar, y seré admirable a los ojos de los grandes, y los príncipes manifestarán en sus semblantes la admiración que les causo.

Sir 20:12 Si callo estarán en expectación, y si hablo me escucharán atentos; y cuando me extendiere en mi discurso, pondrán el dedo en sus labios.

Sir 20:13 Además de esto, por ella adquiriré yo la inmortalidad, y dejaré memoria eterna de mí a los venideros.

Sir 20:14 Gobernaré los pueblos, y se sujetarán a mí las naciones.

Sir 20:15 Temblarán al oír mi nombre los reyes feroces; con el pueblo me mostraré benigno y valiente en la guerra.

Sir 20:16 Entrando en mi casa hallaré en ella mi reposo; porque ni en su conversación tiene rastro de amargura, ni causa tedio su trato, sino antes bien consuelo y alegría.

Sir 20:17 Considerando yo esto para conmigo y revolviendo en mi corazón cómo en la unión con la sabiduría se halla la inmortalidad,

Sir 20:18 y un santo placer en su amistad, e inagotables tesoros en las obras de sus manos, y la prudencia en el ejercicio de conversar con ella, y gran gloria en participar de sus razonamientos, andaba por todas partes buscando cómo apropiármela.

Sir 20:19 Ya de niño era yo de buen ingenio, y me cupo por suerte una buena alma.

Sir 20:20 Y creciendo en la bondad pude conservar inmaculado mi cuerpo.

Sir 20:21 Y luego que llegué a entender que no podría ser continente, si YHWH no me lo otorgaba (y era ya efecto de la sabiduría saber de quién venía este don), acudí a Adonay , y se lo pedí con fervor, diciendo de todo mi corazón:

CAPITULO 21

Sir 21:1 Oh Elohim de mis Abot (Padres) y Adonay de misericordia, que hiciste todas cosas por medio de tu palabra,

Sir 21:2 y con tu sabiduría formaste al hombre, para que se enseñoree de las criaturas que tú hiciste,

Sir 21:3 a fin de que gobernase la tierra con equidad y justicia, y ejerciese el juicio con rectitud de corazón;

Sir 21:4 dame aquella sabiduría que asiste a tu trono, y no quieras excluirme del número de tus hijos;

Sir 21:5 ya que yo soy siervo tuyo e hijo de tu esclava, hombre flaco, y de corta edad, y poco idóneo aun para entender el derecho y las leyes.

Sir 21:6 Porque aun cuando alguno de entre los hijos de los hombres fuese un varón consumado, si se ausentare de él tu sabiduría, no valdría nada.

Sir 21:7 Tú, ¡oh Adonay !, me escogiste por rey de tu pueblo, y por juez de tus hijos e hijas;

Sir 21:8 y me mandaste edificar el templo en tu monte Kadosh, y un altar en la ciudad de tu morada a semejanza de tu apartado Tabernáculo, que dispusiste desde el principio ,

Sir 21:9 estando contigo tu sabiduría, que conoce tus obras; la cual se hallaba también contigo entonces cuando creabas al mundo, y sabía lo que era grato a tus ojos, y qué cosa era conforme a tus decretos.

Sir 21:10 Envíala de tus santos cielos y del solio de tu grandeza, para que esté conmigo, y conmigo trabaje, a fin de que sepa yo lo que te place;

Sir 21:11 puesto que sabe ella todas las cosas y todo lo entiende, y me guiará con acierto en mis empresas, y me protegerá con su poder.

Sir 21:12 Con lo cual mis obras serán gratas, y gobernaré con justicia a tu pueblo, y seré digno del trono de mi padre.

Sir 21:13 Porque ¿quién de los hombres podrá saber los consejos de YHWH?; ¿o quién podrá averiguar qué es lo que YHWH quiere?

Sir 21:14 Porque tímidos son los pensamientos de los mortales, e inciertas o falaces nuestras providencias;

Sir 21:15 pues el cuerpo corruptible le pesa al alma, y este vaso de barro deprime la mente, ocupada que está en muchas cosas.

Sir 21:16 Difícilmente llegamos a formar concepto de las cosas de la tierra; y a duras penas entendemos las que tenemos delante de los ojos. ¿Quién podrá, pues, investigar aquellas que están en los cielos?

Sir 21:17 Y sobre todo, ¿quién podrá conocer tus designios o tu voluntad, si tú no le das sabiduría, y no envías desde lo más alto de los cielos tu Ruaj Ha Kodesh

Sir 21:18 con que sean enderezados los caminos de los moradores de la tierra, y aprendan los hombres las cosas que a ti placen?

19. Visto que por la sabiduría fueron salvados, ¡oh Adonay!, cuantos desde el principio del mundo te fueron gratos.

CAPITULO 22

Sir 22:1 Ella guardó al que fue por el mismo Elohim formado, al primer padre del mundo, habiendo sido criado él solo;

Sir 22:2 y ella lo sacó de su pecado, y le dio potestad para gobernar todas las cosas.

Sir 22:3 Luego que apostató de esta sabiduría, arrebatado de la ira, el impío Caín se halló perdido por la furia del homicidio fraterno.

Sir 22:4 Y cuando después por causa de él las aguas anegaron la tierra, la sabiduría puso nuevamente remedio, conduciendo al justo Noé en un leño despreciable.

Sir 22:5 Ella igualmente cuando las gentes conspirando a una para obrar mal, distinguió al justo Abrahán, y lo conservó irreprensible delante de YHWH , y lo mantuvo firme en obedecer su mandato a pesar de su natural compasión al hijo.

Sir 22:6 La sabiduría es la que libró al justo Lot, que huía de entre los impíos que perecieron, cuando cayó fuego sobre Pentápolis;

Sir 22:7 cuya tierra, en testimonio de las maldades de ella, persevera desierta, humeando, y los árboles dando frutos sin sazón, y fija la estatua de sal, por padrón de un alma incrédula.

Sir 22:8 Así es que aquellos que dieron de mano a la sabiduría, no solamente vinieron a desconocer la virtud, sino que dejaron a los hombres memoria de su necedad, de manera que no pudieron encubrir los pecados que cometieron.

Sir 22:9 Al contrario, la sabiduría libró de los dolores a los que la respetaban.

Sir 22:10 Ella condujo por caminos seguros al sadiq Jacob , cuando huía de la ira de su hermano Esaú, y le mostró el reino de Elohim , y le dio la ciencia de Ha Kodesh; lo enriqueció en medio de las fatigas, y recompensó abundantemente sus trabajos.

Sir 22:11 Cuando Labán y sus hijos querían sorprenderlo con sus fraudes, ella lo asistió y lo hizo rico.

Sir 22:12 Lo guardó de los enemigos, y lo defendió de los seductores, y lo hizo salir vencedor en la gran lucha, a fin de que conociese que de todas las cosas la más poderosa es la sabiduría.

Sir 22:13 Esta misma no desamparó al justo José, vendido por sus hermanos, antes le libró de los pecadores, y descendió con él al hoyo o mazmorra,

Sir 22:14 y no lo desamparó en las prisiones, sino que le dio el bastón o gobierno del reino, y el poder contra aquellos que lo habían deprimido; y convenció de mentirosos a los que lo habían infamado, y le procuró una gloria eterna.

Sir 22:15 Esta libró a Israel, al pueblo justo y al linaje irreprensible, de las naciones que lo oprimían,

Sir 22:16 entrándose en el alma del siervo de Elohim , Moisés; el cual hizo frente a reyes formidables a fuerza de portentos y prodigios.

Sir 22:17 Y ésta les dio a los justos el galardón de sus trabajos, y los condujo por sendas maravillosas, y les sirvió de todo durante el calor del día, y suplió de noche la luz de las estrellas.

Sir 22:18 Los pasó por el mar Rojo a la otra orilla, y los fue guiando entre montañas de aguas.

Sir 22:19 Pero a sus enemigos los sumergió en el mar; y después los hizo salir muertos del profundo abismo. Así es que los justos se llevaron los despojos de los impíos;

Sir 22:20 y celebraron con cánticos, ¡oh Adonay !, tu Nombre Kedosh , alabando todos a una tu diestra vencedora.

Sir 22:21 Porque la sabiduría abrió la boca de los mudos, e hizo elocuentes las lenguas de los infantes.

CAPITULO 23

Sir 23:1 La misma dirigió sus pasos bajo el gobierno del profeta Moisés.

Sir 23:2 Viajaron por desiertos inhabitados, y acamparon en lugares desiertos.

Sir 23:3 Hicieron frente a sus enemigos, y se vengaron de sus contrarios.

Sir 23:4 Tuvieron sed, y te invocaron, y les fue dada agua de una altísima peña, y refrigerio a su sed de una dura piedra.

Sir 23:5 Por tanto en lo mismo que fueron castigados sus enemigos cuando les faltó el agua para beber, los hijos de Israel se gozaban por tenerla en abundancia;

Sir 23:6 y por eso cuando a aquéllos les faltó, recibieron éstos tan singular beneficio.

Sir 23:7 Porque realmente a los malvados egipcios les diste a beber sangre humana, en vez de las aguas del perenne río Nilo.

Sir 23:8 Y cuando perecían éstos en pena de haber hecho morir a los infantes hebreos, diste a los tuyos agua en abundancia contra toda esperanza,

Sir 23:9 demostrando, por la sed que hubo entonces, cómo ensalzabas a los tuyos, y hacías perecer a sus contrarios.

Sir 23:10 Pues viéndose los hebreos puestos a prueba y afligidos, aunque con misericordia, echaron de ver cuáles tormentos padecieron los impíos, castigados con indignación.

Sir 23:11 Verdaderamente que a los unos los probaste como padre que amonesta; mas a los otros los pusiste en juicio, como rey inexorable para condenarlos,

Sir 23:12 siendo atormentados igualmente en ausencia y en presencia de los hebreos.

Sir 23:13 Porque eran castigados con doble pesar y llanto, con la memoria de las cosas pasadas;

Sir 23:14 pues al oír que era bien para los otros lo que para ellos había sido tormento, conocieron la mano de Adonay, asombrados del éxito de los sucesos.

Sir 23:15 Así fue que a aquel pueblo y caudillo, de quien se mofaban, como de gente echada a la aventura en aquella inhumana exposición de los niños, al fin de los sucesos lo miraban con admiración; habiendo ellos padecido una sed, bien diferente de la de los justos, que luego fue remediada.

Sir 23:16 Y en castigo de las ideas locas de su idolatría, según las cuales algunos, desvariando, adoraban irracionales o mudas serpientes, y viles bestias, tú enviaste contra ellos para vengarte una multitud de mudas sabandijas;

Sir 23:17 a fin de que conociesen cómo por aquellas cosas en que uno peca, por ésas mismas es atormentado.

Sir 23:18 No porque tu mano omnipotente que creó al mundo de una materia nunca vista no pudiera enviar contra ellos multitud de osos y de feroces leones,

Sir 23:19 o fieras de una nueva especie desconocida, llenas de furor, que respirasen llamas de fuego, o despidiesen una negra humareda, o arrojasen por los ojos espantosas centellas;

Sir 23:20 que no solamente con sus mordeduras hubieran podido exterminarlos, sino aun con la sola vista hacerlos morir de espanto.

Sir 23:21 Pero aun sin nada de todo esto, con un solo aliento de tu ira podían ser muertos perseguidos del remordimiento de sus propios crímenes, y disipados por un soplo de tu potencia; mas tú dispones todas las cosas con justa medida, número y peso;

Sir 23:22 porque tú solo tienes siempre a la mano el sumo poder; y ¿quién puede resistir a la fuerza de tu brazo?

Sir 23:23 El mundo todo es delante de ti como un granito en la balanza, y como una gota de rocío que por la mañana desciende sobre la tierra.

Sir 23:24 Pero tú tienes misericordia de todos, por lo mismo que todo lo puedes, y disimulas los pecados de los hombres, a fin de que hagan penitencia.

Sir 23:25 Porque tú amas todo cuanto tiene ser, y nada aborreces de todo lo que has hecho; que si alguna cosa aborrecieras, nunca la hubieras ordenado ni hecho.

Sir 23:26 ¿Y cómo pudiera durar alguna cosa, si tú no quisieses?; ¿ni cómo conservarse nada sin orden tuya?

27. Pero tú eres indulgente para con todos; porque tuyas son todas las cosas, ¡oh Adonay! amador de las almas.

CAPITULO 24

Sir 24:1 ¡Oh cuán benigno y suave es, oh Adonay , tu Ruaj (espiritu) en todas las cosas!

Sir 24:2 De aquí es que a los que andan perdidos, tú los castigas poco a poco; y los amonestas y les hablas de las faltas que cometen, para que dejada la malicia crean en ti, ¡oh Adonay!

Sir 24:3 Porque tú miraste con horror a los antiguos moradores de tu Eretz Israel;

Sir 24:4 pues hacían obras detestables a tus ojos con hechiceras y sacrificios impíos,

Sir 24:5 matando sin piedad a sus propios hijos, y comiendo las entrañas humanas, y bebiendo la sangre en medio de tu sagrada tierra contra tu Torah ha kodesh.

Sir 24:6 A éstos, que eran a un mismo tiempo padres y parricidas de aquellas criaturas abandonadas, los quisiste hacer perecer por medio de nuestros Abbot;

Sir 24:7 a fin de que la tierra, de ti la más amada de todas, recibiese la digna colonia de hijos de Elohim.

Sir 24:8 Mas aún a estos malvados, por ser hombres, les tuviste alguna compasión, y les enviaste avispas, a manera de batidores de tu ejército, para que los exterminasen poco a poco.

Sir 24:9 No porque no pudieses someter a mano armada a los impíos a los justos, o exterminarlos de una vez por medio de bestias feroces, o con solo una severa palabra tuya;

Sir 24:10 sino que castigándolos poco a poco, dabas lugar a la penitencia; aunque no ignorabas cuán malvada es su casta y congénita su malicia y que no se mudarían jamás sus corrompidas ideas.

Sir 24:11 Pues venían ellos de una raza maldita ya desde el principio ; y sin que fuese por temer tú a nadie, les dabas treguas en sus pecados.

Sir 24:12 Porque quién te dirá a ti: ¿Por qué has hecho eso?, ¿o quién se opondrá a tus juicios?, ¿o quién se presentará ante ti para defender a hombres malvados?, ¿o quién te hará cargos por haber exterminado las naciones que tú creaste?

Sir 24:13 Porque no hay otro Elohim sino tú; que de todas las cosas tienes cuidado, para demostrar que no hay injusticia alguna en tus juicios o disposiciones.

Sir 24:14 No hay ni rey, ni príncipe que pueda pedirte cuenta de aquellos que tú has hecho perecer.

Sir 24:15 Siendo como eres justo, dispones, ¡oh Adonay !, todas las cosas justamente; y crees ajeno de tu poder condenar a aquel que no merece ser castigado.

Sir 24:16 Pues tu poder es el principio o fuente de la justicia; y por lo mismo que eres Adonay de todas las cosas, eres con todos indulgente.

Sir 24:17 Muestras tu infinito poder cuando no te creen soberanamente poderoso, y entonces confundes la audacia de aquellos que no te reconocen.

Sir 24:18 Pero como tú eres el soberano Adonay de todo, juzgas sin pasión, y nos gobiernas con moderación suma; teniendo siempre en tu mano usar el poder cuando quisieres.

Sir 24:19 Por esta tu conducta has enseñado a tu pueblo que el justo debe también ser humano, y has dado a tus hijos buenas esperanzas, viendo que cuando los juzgas por sus pecados dejas lugar a la penitencia.

Sir 24:20 Pues si a los enemigos de tus siervos, ya reos de muerte, los castigaste con tanto miramiento, dándoles tiempo y comodidad para que se arrepintiesen de su malicia,

Sir 24:21 ¿con cuánto cuidado juzgarás a tus hijos, a cuyos padres hiciste con juramentos y pactos grandes promesas?

Sir 24:22 Así es que cuando a nosotros nos das alguna corrección, a nuestros enemigos los castigas de mil maneras; para que reflexionando consideremos tu bondad, y cuando nos haces experimentar tu justicia, esperemos en tu misericordia.

Sir 24:23 Por la misma razón a esos otros, que vivieron como insensatos e injustos, les hiciste sufrir horribles tormentos por medio de aquellas mismas cosas que adoraban.

Sir 24:24 Ello es que anduvieron largo tiempo extraviados por la senda del error, creyendo dioses a las criaturas más viles entre los animales, y viviendo como niños, sin ningun juicio.

Sir 24:25 Por lo mismo les diste tú un castigo a manera de escarnio, como a muchachos irreflexivos.

Sir 24:26 Mas los que no se corrigieron con estos escarnios y reprensiones, vinieron a experimentar un castigo digno del poder de YHWH.

Sir 24:27 Porque irritados de lo que padecían, y viéndose atormentados por las mismas cosas que creían dioses, y que ellas eran su ruina, reconocieron ser el verdadero Elohim aquel a quien en otro tiempo negaban conocer; pero no dejaron la impiedad. Por lo cual descargó al cabo sobre ellos la condenación final.

CAPITULO 25

Sir 25:1 Vanidad, y no más, son ciertamente todos los hombres en quienes no se halla la ciencia de YHWH; y que por los bienes visibles no llegaron a entender al Ser Supremo, ni considerando las obras reconocieron al artífice de ellas;

Sir 25:2 sino que se figuraron ser el fuego, o el viento, o el aire ligero, o las constelaciones de los astros, o la gran mole de las aguas, o el sol y la luna los dioses gobernadores del mundo.

Sir 25:3 Que si encantados de la belleza de estas cosas las imaginaron dioses, debieran conocer cuánto más hermoso es el dueño de ellas; pues el que creó todas estas cosas es el autor de la hermosura.

Sir 25:4 O si se maravillaron de la virtud e influencia de estas criaturas, entender debían por ellas que aquel que las creó las sobrepuja en poder.

Sir 25:5 Pues la grandeza y hermosura de estas criaturas se puede a las claras venir en conocimiento de su Creador.

Sir 25:6 Mas ellos son menos reprensibles; porque si caen en el error puede decirse que es buscando a YHWH, y esforzándose por encontrarlo.

Sir 25:7 Por cuanto lo buscan discurriendo sobre sus obras, de las cuales quedan como encantados por la belleza que ven en ellas.

Sir 25:8 Aunque tampoco a éstos se les debe perdonar,

Sir 25:9 porque si pudieron llegar por su sabiduría a formar idea o a penetrar las cosas del mundo, ¿cómo no echaron de ver más fácilmente al Elohim del mundo?

Sir 25:10 Pero malaventurados son y fundan en cosas muertas sus esperanzas aquellos que llamaron dioses a las obras de la mano de los hombres, al oro y a la plata, labrados con arte, o a las figuras de los animales o a una piedra inútil, obra de mano antigua.

Sir 25:11 Como cuando un artífice o escultor hábil corta del bosque un árbol derecho, y diestramente le quita toda la corteza y valiéndose de su arte fabrica mañosamente un mueble a propósito para el servicio de la vida,

Sir 25:12 y los restos los recoge para cocer la comida;

Sir 25:13 y a uno de estos restos, que para nada sirve, por estar torcido y lleno de nudos, lo va puliendo a ratos desocupado, y con la pericia de su arte va dándole figura, hasta hacer de él la imagen de un hombre,

Sir 25:14 o darle la semejanza de un animal, pintándolo de rojo, y poniéndole la encarnadura y cubriéndole todos los agujeros y hendiduras que hay en él;

Sir 25:15 y haciendo después para la estatua un nicho conveniente, la coloca en la pared, y la afirma con clavos,

Sir 25:16 para que no caiga al suelo usando con ella de esta precaución porque sabe que no puede valerse a sí misma, puesto que es una mera imagen la cual necesita ayuda para sostenerse.

Sir 25:17 Y sin embargo, ofreciéndole votos, la consulta sobre su hacienda, sobre sus hijos y sobre sus matrimonios. Ni se corre de hablar con aquello que carece de vida;

Sir 25:18 antes bien suplica por la salud a un inválido, y ruega por la vida a un muerto, e invoca en su ayuda a un estafermo;

Sir 25:19 y para hacer un viaje se encomienda a quien no puede moverse; y para sus ganancias y labores y el buen éxito de todas las cosas hace oración al que es inútil para todo.

CAPITULO 26

Sir 26:1 Asimismo piensa otro en navegar, y estando para surcar las encrespadas olas, invoca un leño más endeble que aquel en que va.

Sir 26:2 A este leño lo inventó la codicia de ganar y lo construyó el artífice con su saber.

Sir 26:3 Mas tu providencia, ¡oh Abbot !, lleva el timón; por cuanto aun en medio del mar abriste camino a tu pueblo que huía de Egipto, y le diste paso segurísimo por entre las olas;

Sir 26:4 demostrando que eres poderoso para salvar a todo riesgo, aun cuando alguno se meta en el mar sin uso del arte.

Sir 26:5 Pero a fin de que no quedasen inútiles las obras de tu sabiduría, por eso es que los hombres fían sus vidas a un débil leño, y atravesando el mar sobre un barco llegan a salvamento.

Sir 26:6 De esta suerte también al principio , cuando perecieron en el diluvio los soberbios gigantes, una barca fue el refugio de la esperanza de toda la tierra: barca que siendo gobernada por tu mano, conservó la semilla de que había de renacer el mundo.

Sir 26:7 Porque bendito es el leño que sirve a la justicia;

Sir 26:8 pero maldito es el leño de un ídolo hecho de mano, tanto él como su artífice; éste, porque lo fabricó, y aquél, porque no siendo más que una cosa frágil recibió el nombre de dios.

Sir 26:9 Puesto que a YHWH le son igualmente aborrecibles el impío y su impiedad.

Sir 26:10 Por donde así la obra hecha como el hacedor serán castigados.

Sir 26:11 Y por eso no se perdonará a los mismos ídolos de las naciones; por cuanto a las criaturas de Elohim se las hizo servir a la abominación, y de tentación para las almas de los hombres, y de lazo para los pies de los insensatos.

Sir 26:12 Pues la invención de los ídolos fue el origen de la idolatría, y su hallazgo la corrupción de la vida,

Sir 26:13 porque ni los había al principio , ni los habrá siempre.

Sir 26:14 Sobrevino en la tierra la vanidad de los hombres; y con esto se tuvo por muy pronta la muerte de ellos.

Sir 26:15 Un padre transpasado de acerbo dolor por la prematura y súbita muerte de su hijo, formó de él un retrato; y al que como hombre acababa de morir, comenzó luego a honrarlo como a dios, y estableció entre sus criados ceremonias y sacrificios para darle culto.

Sir 26:16 Después con el discurso del tiempo tomando cuerpo aquella impía costumbre, el error vino a ser observado como ley, y se adoraban los simulacros por mandato de los tiranos.

Sir 26:17 Y así hacían traer desde lejos los retratos de aquellos a quienes podían los hombres honrar personalmente por estar distantes; y expo-nían a la vista de todos la imagen del rey a quien querían tributar honores, a fin de reverenciarle con su culto, como si estuviera presente.

Sir 26:18 La extremada habilidad del artífice atrajo también a los ignorantes a este culto;

Sir 26:19 porque deseando complacer al que lo hacía trabajar, empleó todos los esfuerzos del arte, para sacar más al vivo la imagen.

Sir 26:20 Con esto embelesado el vulgo, con la belleza de la obra, comenzó a calificar por un dios al que poco antes era honrado como un hombre.

Sir 26:21 Y he aquí cómo se precipitó en el error el género humano; pues los hombres, o por satisfacer a un particular afecto suyo o por congraciarse con los reyes, dieron a las piedras y leños el nombre incomunicable de YHWH.

Sir 26:22 Y no se contentaron con errar en orden al conocimiento de Elohim; sino que viviendo sumamente combatidos de su ignorancia, a un sinnúmero de muy grandes males les dan el nombre de paz o de bienes.

Sir 26:23 Pues ya sacrificando sus propios hijos, ya ofreciendo sacrificios entre tinieblas, o celebrando vigilias llenas de brutales delirios,

Sir 26:24 no respetan las vidas, ni la pureza de los matrimonios, sino que unos a otros se matan por celos, o con sus adulterios se entristecen.

Sir 26:25 Por todas partes se ve efusión de sangre, homicidios, hurtos y engaños, corrupción, infidelidad, alborotos, perjurios, vejación de los buenos;

Sir 26:26 olvido de Elohim , contaminación de las almas, incertidumbre de los partos, inconstancia de los matrimonios, desórdenes de adulterio y de libertinaje;

Sir 26:27 siendo el abominable culto de los ídolos la causa y el principio y fin de todos los males;

Sir 26:28 porque o hacen locuras en sus fiestas, o al menos fingen oráculos falsos, o viven en la injusticia, o perjuran con suma facilidad;

Sir 26:29 como que confiados en sus ídolos, que son criaturas inanimadas, no temen que por jurar en falso les venga ningún daño.

Sir 26:30 Mas por ambas cosas tendrán su justo castigo; porque entregados a sus ídolos sintieron mal de Elohim , y porque juraron injustamente y con dolo, menospreciando la justicia.

Sir 26:31 Que no es el poder de aquellos ídolos por quienes juran, sino la divina venganza contra los pecadores la que persigue siempre la prevaricación de los hombres injustos.

CAPITULO 27

Sir 27:1 Tú, oh Elohim nuestro, tú eres benigno y veraz, y justo, y todo lo gobiernas con misericordia.

Sir 27:2 Porque si pecáremos, tuyos somos, sabiendo, como sabemos, tu poder y grandeza; y si no pecamos, sabemos que nos cuentas en el número de los tuyos o de tus amigos.

Sir 27:3 Porque conocerte a ti con Emunah (fe) viva es la perfección de la justicia, y conocer o confesar tu justicia y poder es la raíz de la inmortalidad.

Sir 27:4 Y así no nos ha inducido a error la humana invención de un arte mal empleado, ni el vano artificio de las sombras de una pintura, ni la efigie tallada y de varios colores,

Sir 27:5 cuya vista excita la concupiscencia en el insensato, que ama la compostura de un retrato muerto e inanimado.

Sir 27:6 Dignos son de poner su esperanza en semejantes cosas o en esas deidades aquellos que aman el mal; como también los que las hacen, los que las aman, y los que les dan culto.

Sir 27:7 Así es que un alfarero, manejando la blanda greda, forma de ella, a costa de su trabajo, toda suerte de vasijas para nuestros usos; y de un mismo barro hace vasos que sirven para cosas limpias, e igualmente otros para cosas que no lo son; siendo el alfarero el árbitro del destino que han de tener los vasos.

Sir 27:8 Y con vana fatiga forma del mismo barro un dios el hombre mortal que poco antes fue formado de la tierra, y que muy en breve volverá a reducirse a ella, obligado a restituir la deuda del alma que ha recibido.

Sir 27:9 Pero él no se cura del trabajo que le ha de costar, ni de la brevedad de su vida; sino que va a competencia con los artífices de oro y de plata, e imita también a los broncistas, y pone su gloria en formar cosas inútiles;

Sir 27:10 pues su corazón es ceniza o polvo, y vil tierra su esperanza, y su vida más despreciable que el barro;

Sir 27:11 como que no conoce al que lo ha creado e infundido el alma con que trabaja, e inspirándole el espíritu de vida.

Sir 27:12 Y aun han creído éstos ser nuestra vida un juego, y que toda nuestra ocupación debe reducirse a amontonar riquezas, y que convie-ne ganar por cualquier medio, aunque sea ma-lo.

Sir 27:13 Porque aquel artífice que de la frágil materia de la tierra forma vasijas y simulacros, bien conoce que peca más que todos.

Sir 27:14 Son, pues, necios desgraciados y soberbios, más que alma nacida, todos los que son enemigos de tu pueblo, y que lo tienen avasallado.

Sir 27:15 Porque creen dioses todos los ídolos de las naciones; los cuales ni pueden usar de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de las orejas para oír, ni de los dedos de las manos para palpar, ni aún sus pies son capaces de caminar.

Sir 27:16 Que un hombre mortal fue quien los hizo y recibió prestado el espíritu el que los formó; y jamás podrá hombre alguno fabricar un dios semejante a sí.

Sir 27:17 Porque siendo, como es, mortal, forma con manos sacrílegas una cosa muerta; siendo él mejor que aquellos a quienes adora, pues él, aunque mortal, ha obtenido la vida, pero aquéllos nunca vivirán.

Sir 27:18 Y aún adoran a los más viles animales, que comparados con las demás bestias irracionales son de peor condición que éstas.

Sir 27:19 Y no hay quien pueda observar cosa buena en el aspecto de éstas sabandijas o animales; pues ahuyentaron de sí la aprobación y bendición de YHWH.

CAPITULO 28

Sir 28:1 Por eso fueron justamente atormentados por medio de aquellas mismas o semejantes cosas que adoraban, y exterminados por una turba de animales soeces.

Sir 28:2 Mas a tu pueblo, en lugar de estos tormentos, le hiciste favores concediéndole los apetecidos deleites con traerle por manjar de exquisito sabor gordas codornices;

Sir 28:3 de manera que cuando los otros, aunque hambrientos perdían las ganas aun del necesario sustento, por el asco de las sabandijas que se les ponían delante de los ojos, éstos, padeciendo necesidad por un poco de tiempo, lograron después un exquisito manjar.

Sir 28:4 Porque convenía que a los que se portaban como tiranos, les sobreviniese irremediable ruina, y a éstos otros se les mostrase solamente, con una breve hambre o mortandad, de qué manera eran exterminados sus enemigos.

Sir 28:5 Así que cuando contra ellos se enfurecieron las bestias crueles, perecían de las mordeduras de venenosas serpientes.

Sir 28:6 Mas no duró siempre tu enojo, sino que fueron aterrados por un breve tiempo para escarmiento, recibiendo luego en la serpiente de metal una señal de salud, para recuerdo de los mandamientos de tu Torah(Ley).

Sir 28:7 Y esta insignia quien miraba, quedaba sano; no por virtud del objeto que veía sino por ti, ¡oh Salvador de todos los hombres!

Sir 28:8 Con lo que demostraste a nuestros enemigos que tú eres el que libra de todo mal.

Sir 28:9 Pues aquéllos perecieron mordidos de las langostas y moscas, sin que hallase remedio para su vida; porque merecían ser consumidos de semejantes insectos.

Sir 28:10 Mas contra tus hijos ni aun los dientes de dragones venenosos pudieron prevalecer, porque acudió a curarlos tu misericordia.

Sir 28:11 Y sólo eran puestos a prueba a fin de que se acordasen de tus preceptos; pronto quedaban curados, para que no sucediese que cayendo en un profundo olvido de tu Torah no pudiesen gozar tu socorro.

Sir 28:12 Porque no fue hierba, ni ningún emplasto suave lo que los sanó, sino que fue tu palabra, ¡oh Adonay!, la cual sana todas las cosas.

Sir 28:13 Pues tú eres, ¡oh Adonay!, el dueño de la vida y de la muerte, y tú nos conduces hasta las puertas de la muerte, y nos haces volver atrás desde ellas.

Sir 28:14 Un hombre bien puede matar a otro por malicia; pero salido que haya el espíritu no puede hacerlo volver, ni hará tornar el alma de allí donde ha sido recibida.

Sir 28:15 Mas huir de tu mano, es cosa imposible.

Sir 28:16 Así los impíos negaban conocerte, fueron azotados por tu fuerte brazo, siendo perseguidos de extrañas lluvias, de pedriscos y de tempestades, y consumidos por el fuego.

Sir 28:17 Y lo más maravilloso era que el fuego en la misma agua que lo apaga todo, tenía mayor actividad; porque todas las criaturas se arman para vengar a los justos.

Sir 28:18 A veces, pues, se amansaba el fuego para no quemar a los animales enviados de YHWH contra los impíos; a fin de que viéndolo ellos mismos, acabasen de conocer que por juicio de Elohim eran perseguidos.

Sir 28:19 Otras veces el fuego, contra o sobre su natural virtud, ardía en el agua para consumir las producciones de aquella tierra maldita.

Sir 28:20 Al contrario, alimentaste a tu pueblo con manjar de ángeles, y le suministraste del cielo un pan aparejado sin fatiga suya, que contenía en sí todo deleite y la suavidad de todos los sabores.

Sir 28:21 Y así este tu sustento demostraba cuán dulce eres para con tus hijos y acomodándose al gusto de cada uno, se cambiaba en lo que cada cual quería.

Sir 28:22 Por otra parte, la niebla y el hielo resistían a la fuerza del fuego, y no se derretían; para que viesen los tuyos cómo arrasaba las cosechas de los enemigos aquel fuego que ardía y relampagueaba en medio del granizo y de la lluvia.

Sir 28:23 Pero aquí, al contrario, se olvidó el fuego de su misma actividad; para que tuviesen los justos de qué alimentarse.

Sir 28:24 Porque la criatura sirviéndote a ti, Hacedor suyo, redobla los ardores para atormentar a los injustos, y los mitiga en beneficio de aquellos que en ti confían.

Sir 28:25 Por eso entonces también el maná, criatura tuya, tomando el gusto de todos los manjares, servía a tu benéfica voluntad sustentadora de todos, acomodándose al deseo de aquellos que a ti recurrían;

Sir 28:26 a fin de que tus hijos, ¡oh Adonay!, de ti tan amados, reconociesen que no tanto son los frutos naturales los que alimentan a los hombres; sino que tu palabra es la que sustenta a los que creen en ti.

Sir 28:27 Y en verdad que aquel maná que no podía ser consumido del fuego, calentado al más leve rayo del sol, luego se deshacía;

Sir 28:28 para que supiesen todos que era necesario adelantarse al sol para recoger tu bendición, y adorarte así que amanece.

Sir 28:29 Porque la esperanza del ingrato, como la escarcha del invierno, se deshará, y desaparecerá como agua perdida.

CAPITULO 29

Sir 29:1 Grandes son, ¡oh Adonay!, tus juicios, e inefables tus obras. Por eso las almas privadas de la ciencia o luz celestial, cayeron en el error.

Sir 29:2 Pues cuando los inicuos egipcios se persuadieron poder oprimir al pueblo Kadosh(santo), fueron ligados con cadenas de tinieblas y de una larga noche, encerrados dentro de sus casas, y yaciendo en ellas como excluidos de la eterna providencia;

Sir 29:3 y mientras creían poder quedar escondidos con sus negras maldades, fueron separados unos de otros con el velo tenebroso del olvido, llenos de horrendo pavor, y perturbados con grandísimo asombro.

Sir 29:4 Porque ni las cavernas en que se habían metido los libraban del miedo; sino que un horrible estruendo, que se sentía los aterraba y se les aparecían horrorosos fantasmas, que los llenaban de espanto.

Sir 29:5 No había ya fuego, por grande que fuese, que pudiese alumbrarlos; ni el claro resplandor de las estrellas podía esclarecer aquella horrenda noche.

Sir 29:6 Al mismo tiempo de repente les daban en los ojos terribles fuegos o relámpagos; y aturdidos por el temor de aquellos fantasmas, que veían confusamente, se imaginaban más terribles todos los objetos.

Sir 29:7 Allí fueron escarnecidas las ilusiones del arte mágico, y afrentosamente castigada la jactancia de su sabiduría.

Sir 29:8 Pues los que prometían desterrar de los ánimos abatidos los temores y las perturbaciones, ésos mismos, llenos de terror, estaban con vergüenza suya desmayados.

Sir 29:9 Porque aunque nada de monstruoso solía espantarlos, aquí despavoridos con el pesar continuo de las bestias, y los silbidos de las serpientes, se morían de miedo, y hubieran elegido no percibir el aire, lo que nadie puede evitar de ningún modo.

Sir 29:10 Porque la maldad siendo como es medrosa, trae consigo el testimonio de su propia condenación; pues una conciencia agitada presagia siempre cosas atroces.

Sir 29:11 Ni es otra cosa el temor, sino pensar que está uno destituido de todo auxilio.

Sir 29:12 Y cuanto menos dentro de sí espera socorro el hombre, tanto más grande le parece aquella causa desconocida que lo atormenta.

Sir 29:13 Lo cierto es que los que aquella noche, verdaderamente intolerable y salida de lo más inferior y profundo del infierno, dormían el mismo sueño,

Sir 29:14 unas veces eran agitados por el temor de los espectros, otras desfallecían sus almas de abatimiento, sobresaltados de un terror repentino e inesperado.

Sir 29:15 Y si alguno de ellos llegaba a caer, allí quedaba como preso y encerrado en una cárcel, sin necesidad de cadenas de hierro.

Sir 29:16 Pues, o bien fuese algún labrador, o un pastor, o jornalero que trabajase en el campo, se hallaba sorprendido y envuelto en aquella insuperable angustia;

Sir 29:17 porque todos quedaban aprisionados con una misma cadena de tinieblas donde ya el susurro de los vientos, ya el canto suave de las aves entre las frondosas ramas de los árboles, ya el ímpetu de corrientes caudalosas de agua,

Sir 29:18 ya el recio estruendo de peñascos que se desgajaban, ya el correr de los animales, que andaban retozando, y a los cuales no divisaban, ya el fuerte alarido de las bestias que aullaban, ya el eco resonante en las concavidades de montes altísimos, los hacía desfallecer de espanto.

Sir 29:19 Y entretanto todo el resto del mundo estaba iluminado de clarísima luz, y se ocupaba sin embarazo alguno en sus labores ordinarias.

Sir 29:20 Solamente sobre ellos reinaba una profunda noche, imagen de aquellas eternas tinieblas, que después les aguardaban, por cuyo motivo se hacían ellos más insoportables a sí mismos que las tinieblas.

CAPITULO 30

Sir 30:1 Entretanto, Adonay, gozaban tus santos, o escogidos, de una grandísima luz; y oían las voces de los egipcios, pero sin verlos. Y te daban a ti la gloria de que no padecían las mismas angustias,

Sir 30:2 tributándote gracias porque no eran maltratados de ellos, como antes lo habían sido; y te pedían la merced de que subsistiese esta diferencia.

Sir 30:3 Por lo cual al ir por un camino desconocido tuvieron por guía una luminosa columna de fuego haciendo tú que brillara sobre ellos un sol que no les incomodaba en el descanso de sus mansiones.

Sir 30:4 A la verdad bien merecían los otros quedar privados de las luz y padecer una cárcel de tinieblas, ya que tenían encarcelados a tus hijos, por cuyo medio se comenzaba a comunicar al mundo la luz inmaculada de la Torah.

Sir 30:5 Y cuando resolvieron el quitar la vida a los infantes de los justos, y libraste para castigo suyo a Moisés, uno de ellos que había sido expuesto sobre las aguas, tú les quitaste muchísimos de sus hijos; y a ellos mismos los ahogaste en los abismos de las aguas.

Sir 30:6 Fue aquella noche previamente anunciada a nuestros padres para que conociendo por este suceso la verdad de las promesas juradas por ti, a que habían dado crédito, estuviesen más confiados.

Sir 30:7 Y con esto vio tu pueblo a un mismo tiempo las salvación de los justos y el exterminio de los malvados.

Sir 30:8 Que así como castigaste a los enemigos, así a nosotros nos ensalzaste llamándonos a tu servicio.

Sir 30:9 Porque los justos israelitas, hijos de los santos patriarcas, te ofrecían en secreto el sacrificio del cordero, y de común acuerdo establecieron esta ley de justicia, que los justos se ofrecían recibir igualmente los bienes como los males, cantando ya los himnos de los patriarcas.

Sir 30:10 Mientras tanto resonaban los desentonados gritos de los enemigos, y se oía el llanto de los que se lamentaban por la muerte de los niños,

Sir 30:11 estando afligidos con la misma pena el esclavo y el amo, y padeciendo el mismo castigo el hombre plebeyo que el rey.

Sir 30:12 Todos, pues, igualmente tenían el dolor de ver innumerables muertos, que habían perecido con el mismo género de muerte; y no ya bastaban los vivos para enterrarlos; pues en un momento fue extirpada la más noble porción de su prole.

Sir 30:13 Entonces los que antes a ninguna cosa creían (por engaño de los hechiceros), luego que acaeció el exterminio de los primogénitos reconocieron que aquel era el pueblo de YHWH.

Sir 30:14 Y cuando un tranquilo silencio ocupaba todas las cosas, y la noche, siguiendo su curso, se hallaba en la mitad del camino,

Sir 30:15 tu omnipotente palabra, ¡oh Adonay!, desde el cielo, desde tu real solio, cual terrible campeón, saltó de repente en medio de la tierra condenada al exterminio;

Sir 30:16 y con una aguda espada que traía tu irresistible decreto, a su llegada derramó por todas partes la muerte; y estando sobre la tierra alcanzaba hasta el cielo.

Sir 30:17 Entonces visiones de sueños funestos los llenaron de turbación, y los sobrecogieron imprevistos temores.

Sir 30:18 Y arrojados medio muertos unos en una parte, otros en otra, mostraban la causa de su muerte;

Sir 30:19 porque los mismos fantasmas que los habían turbado, los habían antes advertido de esto, a fin de que no muriesen sin saber la causa del castigo que padecían.

Sir 30:20 También los justos o israelitas estuvieron un tiempo en peligro de muerte; y la muchedumbre experimentó calamidades en el desierto; pero no duró mucho tu enojo.

Sir 30:21 Porque acudió a toda prisa un varón irreprensible a interceder por el pueblo; levantó Aarón el escudo de su sagrado ministerio, la oración, y presentando con el incienso la súplica, contrastó a la ira, y puso fin al azote, mostrando ser siervo tuyo.

Sir 30:22 Calmó luego el desorden y no con las fuerzas del cuerpo, ni con el poder de las armas, sino con la sola palabra desarmó al ángel exterminador que lo afligía, haciendo presente a YHWH los juramentos y alianza hecha con los patriarcas;

Sir 30:23 porque cuando ya los israelitas caían muertos a montones unos sobre otros, se puso Aarón de por medio, y cortó la cólera y le impidió pasar hacia los vivos.

Sir 30:24 Por cuanto en la vestidura talar que llevaba estaba simbolizado todo el mundo; como también los gloriosos nombres de los patriarcas estaban esculpidos en los cuatro órdenes de piedras, y grabado en la tiara de su cabeza tu gran e inefable Nombre.

Sir 30:25 A estas cosas, pues, cedió el exterminador, y las respetó; pues bastaba ya esta sola muestra del enojo de YHWH.

CAPITULO 31

Sir 31:1 Mas sobre los impíos egipcios descargó la ira sin misericordia hasta el fin; pues Adonay estaba previendo lo que les había de acontecer.

Sir 31:2 Porque después de haber ellos permitido a los hebreos que se marchasen, y aun habiéndoles dado mucha prisa para que se saliesen, arrepentidos luego los persiguieron.

Sir 31:3 De modo que estando todavía cubiertos de luto, derramando lágrimas sobre los sepulcros de los muertos, tomaron otra resolución, propia de su locura, y se pusieron a perseguir como a fugitivos a los mismos que habían hecho marchar a fuerza de ruegos.

Sir 31:4 A este fin o fatal paradero los conducía una bien merecida necesidad; y llegaron a perder la memoria de las cosas que les habían acaecido, para que el inminente castigo pusiese el colmo al resto de sus tormentos;

Sir 31:5 y así tu pueblo pasase milagrosamente el mar, en el cual hallasen ellos un nuevo género de muerte.

Sir 31:6 Porque las criaturas todas, cada una en su género, obedeciendo a tus preceptos, tomaban una nueva forma, a fin de que tus hijos se conservasen ilesos.

Sir 31:7 Así es que una nube hacía sombra a su campamento; y donde antes había agua, apareció tierra enjuta, y un camino sin tropiezo en medio del mar Rojo, y en el profundo abismo una verde pradera,

Sir 31:8 por la cual atravesó todo el pueblo de Israel, protegido de tu poderosa mano, viendo tus maravillas y portentos.

Sir 31:9 Por lo que, a manera de caballos, bien pacidos, y como corderillos, daban brincos de alegría, engrandeciéndote a ti, ¡oh Adonay!, que los libraste.

Sir 31:10 Pues se acordaban todavía de aquellas cosas que habían sucedido allá donde moraron como forasteros; cuando en vez de crías de animales produjo la tierra moscas, y en lugar de peces echó fuera el río un sinnúmero de ranas.

Sir 31:11 Y aún después vieron una nueva creación de aves, cuando llevados del antojo pidieron viandas delicadas.

Sir 31:12 Porque para contentar su apetito vinieron volando del mar grandes codornices; pero sobre los egipcios pecadores habían llovido venganzas, precediendo los mismos fenómenos que antes, esto es, tempestades de rayos; pues justamente eran castigados a medida de sus maldades;

Sir 31:13 puesto que su inhospitalidad fue mucho más inhumana que la de los de Sodoma. Porque si éstos no acogieron a unos forasteros desconocidos, los egipcios, a huéspedes sus bienhechores los reducían a la esclavitud.

Sir 31:14 Y no es de considerar solamente esto, sino que hay otra diferencia en aquellos de Sodoma, y es que ya hospedaban de mala gana a unos extraños;

Sir 31:15 mas éstos afligían con cruelísimos trabajos a los mismos que habían acogido con alegría, y que vivían bajo las mismas leyes.

Sir 31:16 Por lo que fueron castigados con la ceguera; al modo que lo fueron aquellos otros delante de la puerta del justo Lot, cuando, envueltos en repentinas tinieblas, andaban buscando cada uno la puerta de su casa.

Sir 31:17 Porque cuando los elementos cambian entre sí sus propias funciones, o se transtornan, sucede lo que en un salterio que varía sus conciertos, aunque cada cuerda retenga el propio sonido; como se puede conocer evidentemente por la misma experiencia.

Sir 31:18 A este modo las criaturas terrestres se hacían acuáticas, y las que nadaban se pasaban a la tierra.

Sir 31:19 El fuego, excediendo su condición, conservaba su actividad en medio del agua, y el agua se olvidaba de su natural virtud de apagar.

Sir 31:20 Al contrario, las llamas no dañaban los cuerpos de los animales, de suyo combustibles, que andaban dentro de ellas, ni derretían el maná, aquel delicioso manjar, que se deshacía tan fácilmente como la escarcha. Así que, ¡oh Adonay!, en todo y por todo engrandeciste a tu pueblo, y lo honraste, y no te desdeñaste de asistirle en todo tiempo y en todo lugar.

CAPITULO 32

Sir 32:1 Toda sabiduría viene deAdonay nuestro Elohim , y con él estuvo siempre y existe antes de los siglos.

Sir 32:2 ¿Quién ha contado las arenas del mar, y las gotas de la lluvia, y los días de los siglos que durará el mundo? ¿La altura del cielo, y la extensión de la tierra, y la profundidad del abismo quién la ha medido?

Sir 32:3 Pues y la sabiduría de YHWH, la cual precede a todas las cosas, ¿quién es el que la ha comprendido?

Sir 32:4 La sabiduría fue creada o engendrada ante todas las cosas y la luz de la inteligencia existe desde la eternidad.

Sir 32:5 La Palabra de YHWH en las alturas es la fuente de la sabiduría, y sus corrientes las Mitzvot eternas.

Sir 32:6 ¿El origen de la sabiduría a quién ha sido revelado?; ¿y quién conoce sus secretos?

Sir 32:7 ¿El arte con que obra la sabiduría, a quién ha sido jamás descubierto y manifestado?; ¿y quién pudo entender la multiplicidad de sus designios?

Sir 32:8 Sólo el Creador, Altísimo, Omnipotente, y Rey grande, y sumamente terrible que está sentado sobre su trono, y es Adonay nuestro Elohim

Sir 32:9 éste es el que le dio el ser en el Ruaj Ha Kodesh, y la comprendió, y numeró y midió.

Sir 32:10 Y la derramó sobre todas sus obras y sobre toda carne según su libertad y bondad, y la comunicó a los que le aman.

Sir 32:11 El temor de YHWH es gloria y justo motivo de gloriarse; y es alegría y corona de triunfo.

Sir 32:12 El temor de YHWH recreará el corazón y dará contento, y gozo, y larga vida.

Sir 32:13 Al que teme a Adonay le irá felizmente en sus postrimerías, y será bendito el día de su muerte.

Sir 32:14 El amor de Elohim es gloriosa sabiduría.

Sir 32:15 Aquellos a quienes ella se manifiesta, la aman luego que la ven y que reconocen sus grandes obras.

Sir 32:16 El principio de la sabiduría es el temor a YHWH, el cual es creado con los fieles en el seno materno, y acompaña siempre a las santas y escogidas mujeres, y se da a conocer en la conducta de los justos y fieles.

Sir 32:17 El temor de YHWH es la santificación de la ciencia.

Sir 32:18 La religión guarda y justifica el corazón, ella da gozo y alegría al alma.

Sir 32:19 Quien teme a Adonay será feliz, y bendito será el día de su fallecimiento.

Sir 32:20 El colmo de la sabiduría consiste en temer a YHWH, y sus frutos sacian al hombre.

Sir 32:21 Llenará toda su casa de bienes, y de sus tesoros todas las recámaras.

Sir 32:22 Corona de la sabiduría es el temor a Adonay, el cual da paz cumplida y frutos de salud.

Sir 32:23 El conoce la sabiduría, y la calcula; mas lo uno y lo otro son dones de YHWH.

Sir 32:24 La sabiduría reparte la ciencia y la prudente inteligencia, y acrecienta la gloria de aquellos que la poseen.

Sir 32:25 La raíz de la sabiduría es el temor a YHWH, y sus ramos son de larga vida.

Sir 32:26 En los tesoros de la sabiduría se halla la inteligencia y la ciencia religiosa; mas para los pecadores la sabiduría es abominación.

27. El temor de Elohim destierra el pecado.

28. Quien no tiene este temor no podrá ser justo; porque su cólera exaltada es su ruina.

29. Por algún tiempo tendrá que sufrir el que padece tribulaciones; mas después será consolado.

30. El hombre sensato retendrá en el pecho, hasta cierto tiempo, sus palabras; y los labios de muchos celebrarán su prudencia.

31. En los tesoros de la sabiduría están las máximas de la buena conducta de vida;

32. pero el pecador detesta la piedad o servicio de YHWH.

33. Hijo, si deseas la sabiduría guarda los mitzvot y YHWH(mandamientos) te la concederá.

34. Pues la sabiduría y la disciplina vienen del temor de YHWH, y lo que le agrada

35. es la fe o confianza en él, y la mansedumbre; al que tiene estas virtudes lo colmará de tesoros.

36. No seas rebelde al temor de YHWH; ni acudas a él con corazón doble.

37. No seas hipócrita delante de los hombres, ni ocasiones con tus labios tu propia ruina.

38. Ten cuidado de ellos, a fin de que no caigas, y acarrees sobre ti la infamia,

39. descubriendo Elohim tus secretos, y abatiéndote en medio de la comunidad,

40. por haberte acercado a Adonay con malignidad, estando tu corazón lleno de doblez y engaño.

CAPITULO 33

Sir 33:1 Hijo, entrando en el servicio de YHWH, persevera firme en la justicia y en el temor, y prepara tu alma para la tentación.

Sir 33:2 Humilla tu corazón y ten paciencia; inclina tus oídos y recibe los consejos prudentes, y no agites tu espíritu en tiempo de la oscuridad o tribulación.

Sir 33:3 Aguarda con paciencia lo que esperas de YHWH, estréchate con Elohim, y ten paciencia, a fin de que en adelante sea más próspera tu vida.

Sir 33:4 Acepta gustoso todo cuanto te enviare, y en medio de los dolores sufre con constancia, y lleva con paciencia tu abatimiento.

Sir 33:5 Pues al modo que en el fuego se prueba el oro y la plata, así los hombres gratos a YHWH se prueban en la fragua de la tribulación.

Sir 33:6 Confía en YHWH, y él te sacará a salvo; y endereza tu camino, y espera en él; conserva tu temor hasta el fin de tus días.

Sir 33:7 Vosotros los temerosos de Adonay aguardad con paciencia su misericordia; y nunca os desviéis de él, para que no caigáis.

Sir 33:8 Los que teméis a Adonay creed o confiad en él; pues no se malogrará vuestro galardón.

Sir 33:9 Los que teméis a YHWH, esperad en él; que su misericordia vendrá a consolaros.

Sir 33:10 Los que teméis a YHWH, amadlo; y serán iluminados vuestros corazones.

Sir 33:11 Contemplad, hijos, las generaciones de los hombres; y veréis cómo ninguno que confió en YHWH quedó burlado.

Sir 33:12 Porque ¿quién perseveró en sus mandamientos que fuese desamparado? ¿O quién lo invocó que haya sido despreciado?

Sir 33:13 Pues YHWH es benigno y misericordioso, y el día de la tribulación perdonará los pecados; y es el protector de todos los que de veras le buscan.

Sir 33:14 ¡Ay del que es de corazón doble, y de labios malvados, y de manos facinerosas; y del pecador que anda sobre la tierra por dos senderos!

Sir 33:15 ¡Ay de los hombres de corazón flojo y tibio que no confían en YHWH!, que por lo mismo, no serán de él protegidos.

Sir 33:16 ¡Ay de los que pierden el sufrimiento, y abandonan los caminos rectos, y se van por sendas torcidas!

Sir 33:17 ¿Qué harán cuando comience Elohim su juicio?

Sir 33:18 Los que temen a YHWH no serán desobedientes a su palabra; y los que le aman seguirán constantemente el camino de Elohim.

19. Los que temen a YHWH inquirirán las cosas que les sean agradables; y aquellos que lo aman estarán penetrados de su Ha Kodesh Torah

20. Los que temen a Adonay prepararán sus corazones; y en la presencia de él sacrificarán sus almas.

21. Los que temen a YHWH guardan sus mandamientos; y conservan la paciencia hasta el día que los visite,

22. diciendo entre sí: Si no hacemos penitencia, caeremos en las manos de Adonay y no en manos de los hombres.

23. Porque cuando él es grande, otro tanto es misericordioso.

CAPITULO 34

Sir 34:1 Los hijos o discípulos de la sabiduría forman la congregación de los justos; y la estirpe o índole de ellos, no es otra cosa que obediencia y amor.

Sir 34:2 Escuchad, hijos, los preceptos de vuestro padre, y hacedlo así si queréis salvaros.

Sir 34:3 Porque Elohim quiso que el padre sea honrado de los hijos, y vindica y confirma la autoridad de la madre sobre ellos.

Sir 34:4 Quien ama a YHWH alcanzará el perdón de los pecados y se abstendrá de ellos; y será oído siempre que lo ruegue.

Sir 34:5 Como quien acumula tesoros, así es el que tributa honor a su madre.

Sir 34:6 Quien honra a su padre, tendrá consuelo en sus hijos, y al tiempo de su oración será oído.

Sir 34:7 El que honra a su padre, vivirá larga vida; y da consuelo a la madre quien al padre obedece.

Sir 34:8 Quien teme a Adonay, honra a los padres; y sirve, como a sus señores, a los que le dieron el ser.

Sir 34:9 Honra a tu padre con obras y con palabras, y con toda paciencia;

Sir 34:10 para que venga sobre ti su bendición, la cual te acompañe hasta el fin.

Sir 34:11 La bendición del padre afirma las casas de los hijos; pero la maldición de la madre las arruina hasta los cimientos.

Sir 34:12 No te alabes de aquello que es la afrenta de tu padre, porque no es gloria tuya su ignominia;

Sir 34:13 puesto que la buena reputación del padre resulta gloria al hombre, y es desdoro del hijo un padre sin honra.

Sir 34:14 Hijo, alivia la vejez de tu padre, y no le des pesadumbre en su vida;

Sir 34:15 y si llegare a volverse como un niño, compadécelo, y jamás lo desprecies por tener tú más vigor que él; porque la beneficencia o caridad con el padre no quedará en olvido.

Sir 34:16 Por sobrellevar los defectos de la madre en su decrepitud recibirás tu recompensa.

Sir 34:17 Así la justicia será el fundamento de tu casa o edificio; y el día de la tribulación habrá quien se acuerde de ti; y como en un día sereno se deshace el hielo, así se disolverán tus pecados.

Sir 34:18 ¡Oh cuán infame es el que a su padre desampara! ¡Y cómo es maldito de YHWH aquel que exaspera a su madre!

Sir 34:19 Hijo, has tus cosas con mansedumbre; y sobre ser alabado, serás amado de los hombres.

Sir 34:20 Cuanto más grande fueres, tanto más debes humillarte en todas las cosas, y hallarás gracia en el acatamiento de YHWH.

Sir 34:21 Porque YHWH es el solo grande en poder, y él es honrado de los humildes.

Sir 34:22 No te metas a inquirir lo que es sobre tu capacidad, ni en escudriñar aquellas cosas que exceden tus fuerzas; piensa siempre en lo que te tiene mandado YHWH, y no seas curioso escudriñador de sus muchas obras.

Sir 34:23 Porque no te es necesario ver por tus ojos los ocultos arcanos de YHWH.

Sir 34:24 No quieras escudriñar con ansia las cosas superfluas, ni indagar curiosamente las muchas obras de Elohim.

Sir 34:25 Porque muchas cosas se te han enseñado que sobrepujan la humana inteligencia.

Sir 34:26 A muchos sedujo la falsa opinión que formaron de ellas; y sus conjeturas sobre dichas cosas los han tenido en el error.

Sir 34:27 El corazón duro lo pasará mal al fin de la vida; y quien ama el peligro perecerá en él.

Sir 34:28 El corazón que sigue dos caminos no tendrá buen suceso, y el hombre de corazón depravado hallará en ellos su ruina.

Sir 34:29 El corazón perverso u obstinado se irá cargado de dolores; y el pecador añadirá pecados a pecados.

30. La reunión de los soberbios es incorregible; porque la planta del pecado se arraigará en ellos, sin que lo adviertan.

31. El corazón del sabio se deja conocer en la adquisición de la sabiduría, y el oído bien dispuesto escuchará a ésta con sumo anhelo,

32. El hombre de corazón sabio y prudente se guardará de pecar; y por las obras buenas será prosperado.

33. El agua apaga el fuego ardiente, y la limosna resiste o expía los pecados.

34. Y YHWH es el proveedor y el remunerador del que hace bien al prójimo, y se acuerda de él, para lo venidero; y al tiempo de su caída hallará apoyo.

CAPITULO 35

Sir 35:1 Hijo, no defraudes al pobre de su limosna; y no vuelvas a otra parte tus ojos por no verlo.

Sir 35:2 No desprecies al que padece hambre, ni exasperes al pobre en su necesidad.

Sir 35:3 No aflijas al corazón del desvalido, ni dilates el socorro al que se halla angustiado.

Sir 35:4 No deseches el ruego del atribulado ni tuerzas tu rostro al menesteroso.

Sir 35:5 No apartes desdeñosamente tus ojos del mendigo, irritándolo; ni des ocasión a los que te piden de que maldigan por detrás.

Sir 35:6 Porque escuchada será de YHWH la imprecación del que te maldijere en la amargura de su alma; y lo oirá su creador.

Sir 35:7 Muéstrate afable a la turba de los pobres, y humilla tu corazón al anciano, y baja tu cabeza delante de los grandes.

Sir 35:8 Inclina sin desdén tu oído al pobre, y paga tu deuda, y respóndele con benignidad y mansedumbre.

Sir 35:9 Libra de la mano del soberano al que sufre de injuria y no se te haga esto gravoso.

Sir 35:10 En juzgar sé misericordioso con los huérfanos, portándote como padre y como esposo de su pobre madre.

Sir 35:11 Y serás tú como un hijo obediente al altísimo, y este Adonay será para contigo más compasivo que una madre.

Sir 35:12 La sabiduría infunde vida a sus hijos, y acoge a los que buscan y va delante de ellos en el camino de la justicia;

Sir 35:13 y así quien la ama ama la vida; y los que solícitos la buscaren, gozarán su suavidad.

Sir 35:14 Los que la poseyeren, heredarán la vida eterna; y donde ella entrare, allí echará YHWH su bendición.

Sir 35:15 Los que la sirven, rinden obsequio al Santo por esencia y YHWH ama a los que la aman.

Sir 35:16 Quien la escucha, juzgará las naciones; y quien tiene fijos en ella los ojos reposará seguro.

Sir 35:17 Si en ella pone su confianza, la tendrá por herencia, cuya posesión está confirmada en sus hijos.

Sir 35:18 Porque la sabiduría anda con él, y lo prueba desde el principio , en medio de las tentaciones.

Sir 35:19 Para probarlo lo conduce entre temores y sustos y no lo pone en prensa con el rigor de su enseñanza, hasta explorar todos sus pensamientos, y fiarse ya del corazón de él.

Sir 35:20 Entonces lo afirmará en la virtud, le allanará el camino, lo llenará de alegría,

Sir 35:21 le descubrirá sus arcanos, y lo enriquecerá con un tesoro de ciencia y de conocimiento de la justicia.

Sir 35:22 Mas si se desviare, lo desamparará, y lo entregará en poder del pecado, su enemigo.

Sir 35:23 Hijo mío, ten cuenta del tiempo, empléalo bien y huye del mal.

Sir 35:24 No te avergüences de decir la verdad, cuando se trata de tu alma,

Sir 35:25 porque hay vergüenzas que conducen al pecado y hay también vergüenza que acarrea la gloria y la gracia de YHWH.

Sir 35:26 No tengas, pues, miramiento a nadie, si ha de ser un daño tuyo; ni mientas a costa de tu alma.

Sir 35:27 No respetes a tu prójimo cuando cae o peca;

Sir 35:28 repréndelo, y no reprimas tu palabra o aviso, cuando puede ser saludable; no encubras tu sabiduría en ocasión en que debes ostentarla.

Sir 35:29 Porque la lengua es la que hace conocer la sabiduría; y la prudencia, y la discreción y la ciencia se echan de ver en las palabras del hombre sensato; mas su fuerza consiste en las obras buenas.

Sir 35:30 Por ningún caso contradigas a la palabra de verdad, y avergüénzate de la mentira en que haz caído por tu ignorancia o temeridad.

Sir 35:31 No tengas vergüenza de confesar tus pecados; mas no te rindas a nadie para pecar.

32. No quieras resistir en su cara al poderoso; no intentes detener el ímpetu de una riada;

33. pero por la justicia, pugna hasta el último aliento para bien de tu alma; combate por la justicia hasta la muerte, porque YHWH peleará por ti contra tus enemigos, y los arrollará.

34. No seas precipitado en hablar, y remiso y negligente en tus obras.

35. No seas en tu casa como un león, aterrando a tus domésticos, y oprimiendo a tus súbditos.

36. No esté tu mano extendida para recibir y encogida para dar.

CAPITULO 36

Sir 36:1 No pongas tu confianza en las riquezas inicuas, y no digas: Tengo lo bastante para vivir; porque de nada te servirá eso al tiempo de la divina venganza y de la oscuridad de la muerte.

Sir 36:2 Cuando seas poderoso, no sigas los depravados deseos de tu corazón;

Sir 36:3 ni andes diciendo: ¡Gran poder es el mío! ¿Quién podrá hacerme dar razón de mis acciones?, pues YHWH segurísimamente tomará de ti terrible venganza.

Sir 36:4 Tampoco digas: Yo pequé; ¿y qué mal me ha venido por eso? Porque el Altísimo, aunque paciente y misericordioso, da el pago merecido.

Sir 36:5 Del pecado perdonado no quieras estar sin temor ni añadas pecados a pecados.

Sir 36:6 No digas: ¡Oh, la misericordia de Adonay es grande!; él me perdonará mis muchos pecados.

Sir 36:7 Porque tan pronto como ejerce su misericordia, ejerce su indignación, y con ésta tiene fijos sus ojos sobre el pecador.

Sir 36:8 No tardes en convertirte al Elohim de Israel, ni lo difieras de un día para otro;

Sir 36:9 porque de repente sobreviene su ira, y el día de la venganza acabará contigo.

Sir 36:10 No tengas, pues, ansia de adquirir riquezas injustas; porque de nada te aprovecharán el día de la obscuridad y de la venganza.

Sir 36:11 No te vuelvas a todos vientos, ni quieras ir por cualquier camino; porque de eso se convence reo todo pecador que usa doble lenguaje.

Sir 36:12 Manténte firme en el camino de Adonay, y en la verdad de tus sentimientos, y en tu saber o ciencia; y vaya siempre contigo la palabra de paz y de justicia.

Sir 36:13 Escucha con cachaza o sosiego lo que te dicen; a fin de que lo entiendas, y puedas dar con prudencia una cabal respuesta.

Sir 36:14 Si tienes inteligencia, responde al prójimo; pero si no, ponte la mano sobre la boca para que no te cojan en alguna palabra indiscreta, y quedes avergonzado.

Sir 36:15 El honor y la gloria acompañan al discurso del hombre sensato; mas la lengua del imprudente viene a ser la ruina de éste.

16. Guárdate de ser chismoso o detractor, y de que tu lengua sea para ti un lazo y motivo de confusión.

17. Porque el ladrón cae en la confusión y arrepentimiento al verse sorprendido; y el hombre de doble lenguaje, en una infamia grandísima; pero el chismoso o detractor se acarrea el odio, la enemistad y el oprobio.

18. Haz igualmente justicia a los pequeños y a los grandes.

CAPITULO 37

Sir 37:1 No quieras hacerte en vez de amigo, enemigo del prójimo; porque el hombre malvado tendrá por herencia oprobio y la ignomimia, particularmente todo pecador envidioso y de lengua doble o falsa.

Sir 37:2 No te dejes llevar de pensamientos altivos, a modo de toro soberbio que a todo embiste; no sea que tu animosidad se estrelle por causa de tu locura;

Sir 37:3 y coma ésta tus hojas, y eche a perder tus frutos, y vengas a quedar como un árbol seco en medio del desierto.

Sir 37:4 Porque el alma maligna arruinará a aquel en quien reside, y le hará objeto de complacencia para sus enemigos, y le conducirá a la suerte o paradero de los impíos.

Sir 37:5 La palabra dulce multiplica los amigos, aplaca a los enemigos; y la lengua graciosa vale mucho en un hombre virtuoso.

Sir 37:6 Vive en amistad con muchos; pero toma a uno entre mil para consejero tuyo.

Sir 37:7 Si quieres hacerte con un amigo, sea después de haberlo experimentado, y no te entregues a él con ligereza.

Sir 37:8 Porque hay amigo que sólo lo es cuando le tiene cuenta, y no persevera tal en el tiempo de la tribulación.

Sir 37:9 Y amigo hay que se trueca en enemigo; y hay tal amigo que descubrirá el odio, las contiendas y los insultos.

Sir 37:10 Hay también algún amigo, compañero en la mesa; el cual el día de la necesidad ya no se dejará ver.

Sir 37:11 El amigo, si es constante, será para ti como un igual, e intervendrá con confianza en las cosas de tu casa.

Sir 37:12 Si por modestia se humilla delante de ti, y se retira alguna vez de tu presencia, has hallado en él una amistad buena y constante.

Sir 37:13 Aléjate de tus enemigos; y está alerta en orden a tus amigos.

Sir 37:14 El amigo fiel es una defensa poderosa; quien lo halla ha hallado un tesoro.

Sir 37:15 Nada hay comparable con el amigo fiel; ni hay peso de oro ni de plata que sea digno de ponerse en la balanza con la sinceridad de su fe.

16. Bálsamo de vida y de inmortalidad es un fiel amigo; y aquellos que temen a Adonay lo encontrarán.

17. Quien teme a YHWH logrará igualmente tener buenos amigos; porque éstos serán semejantes a él.

18. Hijo, desde tu mocedad abraza la buena doctrina, y adquirirás una sabiduría que durará hasta el fin de tu vida.

19. Como el que ara y siembra, aplícate a ella, y espera sus buenos frutos;

20. porque te costará mucho trabajo su cultivo; mas luego comerás sus frutos.

21. ¡Oh cuán sumamente áspera es la sabiduría para los hombres necios! No permanecerá en su estudio el insensato.

22. Para éstos será como una pesada piedra de prueba, que no tardarán en lanzarla de sus hombros.

23. Porque la sabiduría que adoctrina es cosa oculta, conforme indica su nombre, y no es conocida de muchos; mas con los que la conocen persevera hasta que los conduce a la presencia de YHWH.

24. Escucha, hijo mío, y abraza una sabia advertencia, y no deseches mi consejo.

25. Mete tus pies en sus grillos, y tu cuello en su argolla: Hazte siervo de la sabiduría.

26. Inclina tus hombros y llévala a cuestas y no te sean desabridas sus cadenas.

27. Arrímate a ella de todo corazón y con todas tus fuerzas sigue sus caminos.

28. Búscala, que ella se te manifestará; y poseyéndola, no la abandones.

29. Porque en las postrimerías hallarás en ella reposo, y se te convertirá en dulzura.

30. Y sus grillos serán para ti fuerte defensa y firme base, y sus argollas un vestido de gloria;

31. pues la sabiduría es el esplendor de la vida, y sus ataduras una venda saludable.

32. De ella te revestirás como de un glorioso ropaje, y te la pondrás sobre la cabeza como corona de regocijo.

33. Hijo, si tú me estuvieras atento, adquirirás la buena doctrina; y si aplicas tu mente; serás sabio.

34. Si me oyes, recibirás la enseñanza; y serás sabio si amas el escuchar.

35. Frecuenta la reunión de los ancianos prudentes, y abraza de corazón su sabiduría; a fin de poder oír todas las cosas que cuenten de YHWH, y no ignorar los proverbios tan celebrados.

36. Que si vieres algún hombre sensato, madruga para oírlo, y trillen tus pies las escaleras de su casa.

37. Fija tu atención en los preceptos de Elohim , y medita continuamente sus mandamientos; y él te dará un corazón firme en el bien, y te cumplirá el deseo de la sabiduría.

CAPITULO 38

Sir 38:1 No hagas mal, y el mal no caerá sobre ti.

Sir 38:2 Apártate del hombre perverso, y estarás lejos de obrar el mal.

Sir 38:3 Hijo, no siembres maldades en surcos de injusticia y no tendrás que segarlas multiplicadas.

Sir 38:4 No pidas a Adonay guiar o conducir a los demás, ni al rey puesto honorífico.

Sir 38:5 No te tengas por justo en presencia de YHWH, pues él está viendo los corazones; y delante del rey no afectes parecer sabio.

Sir 38:6 No pretendas ser juez, si no te hallas con valor para hacer frente a las injusticias; no sea que por temor de la cara del poderoso te expongas a obrar contra equidad.

Sir 38:7 Guárdate de ofender a la muchedumbre de una ciudad, y no te metas en el tumulto del pueblo.

Sir 38:8 No añadas pecados a pecados; porque ni aún por uno solo has de quedar sin castigo.

Sir 38:9 No seas de corazón pusilánime;

Sir 38:10 ni descuides hacer oración, y dar limos-na.

Sir 38:11 No digas: Tendrá YHWH miramientos a mis muchas ofrendas; y cuando yo ofrezca mis dones al Elohim Altísimo, él los aceptará.

Sir 38:12 No te burles del hombre que tiene angustiado su corazón; porque aquel que humilla y exalta, es YHWH que todo lo ve.

Sir 38:13 No inventes mentiras contra tu hermano; ni lo hagas tampoco contra tu amigo.

Sir 38:14 Guárdate de proferir mentira alguna; porque acostumbrarse a eso es muy malo.

Sir 38:15 No seas hablador en el concurso de los ancianos; ni repitas en tu Tefila (oracion) o amontones las palabras.

Sir 38:16 No aborrezcas el trabajo aunque sea penoso, ni la labranza del campo instituida por el Altísimo.

Sir 38:17 No te alistes en la turba de los hombres indisciplinados o pecadores.

Sir 38:18 Acuérdate de la ira y venganza de YHWH, la cual no tardará.

Sir 38:19 Humilla cuanto puedas tu espíritu; porque el fuego y el gusano castigarán la carne del impío.

Sir 38:20 No quieras romper con el amigo porque tarde en volverte el dinero; y no desprecies a tu carísimo hermano por causa del oro.

Sir 38:21 No te separes de la mujer sensata y buena, que por el temor a Adonay te cupo en suerte; porque la gracia de su modestia vale más que todo el oro.

Sir 38:22 No trates mal al siervo que trabaja con fidelidad, ni al jornalero que por ti consume su vida.

Sir 38:23 Al esclavo juicioso ámale como a tu misma alma; no le niegues su libertad, ni lo despidas dejándolo en miseria.

Sir 38:24 ¿Tienes ganados? Cuida bien de ellos; y si te dan ganancia; consérvalos.

Sir 38:25 ¿Tienes hijos? Adoctrínalos, y dómalos desde su niñez.

Sir 38:26 ¿Tienes hijas? Cela la honestidad de su cuerpo, y no les muestres demasiado complaciente tu rostro.

Sir 38:27 Casa la hija, y dala a un hombre sensato, y habrás hecho un gran negocio.

Sir 38:28 Si tienes una mujer conforme a tu corazón, no la deseches; y no te entregues o cases con una que sea aborrecible.

Sir 38:29 Honra a tu padre con todo tu corazón; y no te olvides de los gemidos de tu madre.

Sir 38:30 Acuérdate que si no por ellos no hubieras nacido, y correspóndeles según lo mucho que han hecho por ti.

Sir 38:31 Con toda tu alma teme a Adonay; y reverencia a sus Cohen (sacerdotes).

Sir 38:32 Ama a tu Creador con todas tus fuerzas; y no desampares a sus ministros.

Sir 38:33 Honra a Elohim con toda tu alma, y respeta a los sacerdotes, y purifícate ofreciendo las espaldas de las víctimas.

Sir 38:34 Dale su parte, como te está mandado, así de las primicias como de las hostias de expiación, y purifícate de tus negligencias con lo poco.

Sir 38:35 Ofrecerás como don a Adonay las espaldas de tus víctimas y el sacrificio de santificación, y las primicias de las cosas santas,

Sir 38:36 y alarga tu mano al pobre, a fin de que sea perfecto el sacrificio de tu propiciación, y tu bendición u oblación.

37. La beneficencia parece bien a todo viviente; y ni a los muertos se la debes negar.

38. No dejes de consolar a los que lloran y haz compañía a los afligidos.

39. No se te haga pesado visitar al enfermo, pues con tales medios se afirmará en ti la caridad.

40. En todas tus acciones acuérdate de tus postrimerías, y nunca jamás pecarás.

CAPITULO 39

Sir 39:1 No te pongas a pleitear con un hombre poderoso, no sea que caigas en sus manos.

Sir 39:2 No contiendas con un hombre rico, no sea que te mueva una querella.

Sir 39:3 Porque a muchos ha corrompido el oro y la plata; y hasta los reyes han llegado a pervertir estos metales.

Sir 39:4 No porfíes con hombre chismoso, y así no echarás leña en su fuego atizando su locuacidad.

Sir 39:5 No tengas trato con hombre ignorante y grosero, a fin de que no diga mal de tu linaje.

Sir 39:6 No mires con de precio al hombre que se arrepiente del pecado, y no se lo eches en cara; acuérdate que todos somos dignos de reprensión.

Sir 39:7 No pierdas el respeto al hombre en su vejez, pues de nosotros, jóvenes, se hacen los viejos.

Sir 39:8 No te alegres en la muerte de tu enemigo, sabiendo que todos morimos, y no queremos ser entonces objeto de gozo.

Sir 39:9 No menosprecies lo que contaren los ancianos sabios, antes bien hazte familiares sus máximas;

Sir 39:10 porque de ellos aprenderás sabiduría y documentos de prudencia, y el modo de servir a los príncipes de una manera irreprensible.

Sir 39:11 No dejes de oír lo que cuentan los ancianos, porque ellos lo aprendieron de sus padres.

Sir 39:12 Pues así aprenderás tú de los mismos discreción y saber dar una respuesta cuando fuere menester.

Sir 39:13 No enciendas la ira de los pecadores, con hacerles reconvenciones indiscretamente; de otra suerte serás abrasado con la llama del fuego de sus pecados.

Sir 39:14 No te opongas de frente a persona de mala lengua, a fin de que no esté en acecho para cogerte en alguna palabra.

Sir 39:15 No prestes al que puede más que tú; que si algo le prestaste, haz cuenta que lo has perdido.

Sir 39:16 No hagas fianza sobre tus fuerzas; que si la has hecho, piensa cómo pagarla.

Sir 39:17 No te metas a juzgar de tu juez; porque él juzga lo que cree justo.

Sir 39:18 En viaje no te acompañes con un hombre temerario; no sea que te cojan también a ti sus desastres, porque él va siguiendo su caprichosa voluntad y su locura te perderá a ti con él.

Sir 39:19 Con colérico no trabes ninguna riña; ni camines por lugar solitario con el atrevido; porque para él la sangre no importa nada, y cuando no haya quien te socorra te hará pedazos.

20. No te aconsejes con tontos; porque éstos no pueden amar sino aquello que a ellos les place.

21. No consultes en presencia de un extraño o desconocido; porque no sabes lo que él maquina dentro de sí.

22. Ni descubras tu corazón a cualquier hombre; no sea que te muestre una falsa amistad, y te afrente.

CAPITULO 40

Sir 40:1 No seas celoso de tu querida esposa; para que no se valga contra ti de las malas ideas que tú le sugieres.

Sir 40:2 No dejes que la mujer tenga dominio sobre tu espíritu, para que no se levante contra tu autoridad y quedes avergonzado.

Sir 40:3 No pongas los ojos en mujer que quiere a muchos, no sea que caigas en sus lazos.

Sir 40:4 No frecuentes el trato con la bailarina, ni la escuches, si no quieres perecer a la fuerza de su atractivo.

Sir 40:5 No pongas tus ojos en la doncella; para que su belleza no sea ocasión de tu ruina.

Sir 40:6 De ningún modo des entrada en tu alma a las meretrices; para que no te pierdas tú y tu patrimonio.

Sir 40:7 No andes derramando tu vista por las calles de la ciudad, ni vagando de plaza en pla-za.

Sir 40:8 Aparta tus ojos de la mujer lujosamente ataviada, y no mires estudiosamente una hermosura ajena.

Sir 40:9 Por la hermosura de la mujer muchos se han perdido; y por ella se enciende cual fuego la concupiscencia.

Sir 40:10 Cualquiera mujer pública es pisoteada de todos, como el estiércol en el camino.

Sir 40:11 Muchos embelezados de la belleza de la mujer ajena se hicieron réprobos; porque su conversación quema como fuego.

Sir 40:12 Con la mujer de otro no estés jamás de asiento, ni en la mesa te arrimes a ella recostado sobre el codo,

Sir 40:13 ni la desafíes con brindis a quién de los dos bebe más vino; no sea que tu corazón se incline hacia ella, y a costa de tu vida caigas en la perdición.

Sir 40:14 No dejes el amigo antiguo; porque no será como él el nuevo.

Sir 40:15 El amigo nuevo es un vino nuevo; se hará añejo y entonces lo beberás con gusto.

Sir 40:16 No envidies la gloria y las riquezas del pecador; pues no sabes tú cuál ha de ser su catástrofe.

Sir 40:17 No te agraden las violencias que cometen los hombres injustos; tú sabes que jamás en toda su vida puede agradar el impío.

Sir 40:18 Vive lejos de aquel que tiene potestad para hacerte morir, y no andarás asustado con el temor de la muerte.

19. Que si alguna vez te acercas a él, guárdate de hacer ninguna cosa, por la cual te quite la vida.

20. Sábete que conversas con la muerte; porque tú caminas en medio de lazos, y andas entre las armas de gente resentida.

21. Procede con cuanta cautela puedas con las personas que trates, y conversa con los sabios y prudentes.

22. Sean tus convidados los varones justos, y la gloria consista en temer a YHWH.

23. El pensamiento de YHWH esté fijo en tu alma, y sea toda tu conversación de los preceptos del Altísimo.

24. Las obras de los artífices son alabadas por su industria o labor de manos; y el príncipe del pueblo por la sabiduría de sus discursos, y las palabras de los ancianos por su prudencia.

25. Temible es en su ciudad el hombre charlatán, y será aborrecido el temerario por sus palabras.

CAPITULO 41

Sir 41:1 El juez o rey sabio hará justicia a su pueblo, y será estable el principado del varón sensato.

Sir 41:2 Cual es el juez o jefe del pueblo tales son sus ministros; y cual es el gobernador de la ciudad, tales son sus habitantes.

Sir 41:3 El rey imprudente será la ruina de su pueblo; y la prudencia de los poderosos que gobiernan, poblará las ciudades.

Sir 41:4 La potestad de la tierra está en manos de YHWH; y él a su tiempo suscitará quien la gobierne últimamente.

Sir 41:5 En manos de YHWH está la prosperidad del hombre; y Adonay hace participar de su gloria al que enseña a los otros su Torah.

Sir 41:6 Echa en olvido todas las injurias recibidas del prójimo; y nada hagas en daño de otro.

Sir 41:7 La soberbia es aborrecida de YHWH y de los hombres; y execrable toda iniquidad de las gentes.

Sir 41:8 Un reino es trasladado de una nación a otra por causa de las injusticias, y violencias, y ultrajes y de muchas maneras de fraudes.

Sir 41:9 No hay cosa más detestable que un avaro. ¿De qué se ensoberbece el que no es más que tierra y ceniza?

Sir 41:10 No hay cosa más inicua que el que codicia el dinero; porque él a su alma misma pone en venta, y aun viviendo se arranca sus propias entrañas.

Sir 41:11 Breve es la vida de todo violento potentado. La enfermedad prolija es pesada para el médico;

Sir 41:12 el cual la acorta, atajándola o acabando con la vida. Así el que hoy es rey, mañana morirá.

Sir 41:13 Cuando muera el hombre, serpientes, sabandijas y gusanos eso será lo que herede.

Sir 41:14 El principio de la soberbia del hombre es, y fue, apostatar de YHWH, o no querer obedecerlo;

Sir 41:15 Apartándose su corazón de aquel Adonay que lo creó. Así, pues, el primer origen de todo pecado es la soberbia, y quien es gobernado por ella rebosará en abominaciones, y ella al fin será su ruina.

Sir 41:16 Por eso Adonay cargó de ignominia la raza de los malvados, y les destruyó hasta exterminarlos.

Sir 41:17 Derribó YHWH los tronos de los príncipes soberbios y colocó en su lugar a los humildes.

Sir 41:18 Arrancó de raíz las naciones soberbias, y plantó en su lugar aquellos que eran despreciables entre las mismas gentes.

Sir 41:19 Asoló las tierras de las naciones, y las arrasó hasta los cimientos.

Sir 41:20 A algunas de ellas las desoló, y acabó con sus moradores, y extirpó del mundo su memoria.

Sir 41:21 Aniquiló YHWH la memoria de los soberbios; y conservó la memoria de los humildes de corazón.

Sir 41:22 No fue creada por YHWH, ni es natural a los hombres la soberbia, ni la cólera al que es hijo de la débil mujer.

Sir 41:23 Honrada será la descendencia del que teme a YHWH; mas será deshonrada la del que traspasa los mandamientos de Elohim.

Sir 41:24 Entre los hermanos el superior o primogénito es honrado de todos; así sucederá en la presencia de Adonay a aquellos que le temen.

Sir 41:25 La gloria de los ricos, la de los hombres constituidos en dignidad y la de los pobres es el temor de YHWH.

Sir 41:26 Guárdate de menospreciar al justo porque es pobre; guárdate de hacer gran aprecio del pecador porque es rico.

Sir 41:27 Los grandes, los magistrados y los poderosos gozan de honor; pero ninguno tiene mayor que aquel que teme a YHWH.

Sir 41:28 Al siervo prudente y sabio se le sujetarán sin pena los hombres libres; y el varón cuerdo y bien enseñado no murmurará de que sea corregido; mas al siervo necio no se le hará semejante honra.

Sir 41:29 No te engrías cuando tu obra te salga bien; ni estés sin hacer nada en tiempo de necesidad.

Sir 41:30 Es más digno de estima aquel que trabaja y abunda de todo, que el jactancioso que no tiene pan que comer.

31. Hijo, conserva en la mansedumbre tu alma, y hónrala como ella merece.

32. ¿Quién justificará al que peca contra su alma?, ¿y quién honrará al que a su propia alma deshonra?

33. El pobre es honrado por sus buenas costumbres y santo temor de Elohim; y el rico es respetado por las riquezas que tiene.

34. Mas aquel que en medio de la pobreza es honrado, ¿cuánto más lo sería si llegase a ser rico? Pero el que funda su honor en sus riquezas, tiene que temer mucho la pobreza.

CAPITULO 42

Sir 42:1 La sabiduría ensalzará al humilde, y le dará asiento en medio de los magnates.

Sir 42:2 No alabes al hombre por su bello aspecto, ni desprecies a nadie por su sola presencia exterior.

Sir 42:3 Pequeña es la abeja entre los volátiles; mas su fruto es el primero en la dulzura.

Sir 42:4 No te gloríes jamás por el traje de distinción que llevas, y no te engrías cuando te veas ensalzado en alto puesto; porque sólo las obras del Altísimo son las admirables, y gloriosas son ellas y ocultas, y nunca bien conocidas.

Sir 42:5 Se sentaron en el trono muchos tiranos; y un hombre, en quien nadie pensaba, se ciñó la diadema.

Sir 42:6 Al contrario, cayeron en gran ignominia muchos potentados; y los magnates fueron entregados como esclavos en poder de otros.

Sir 42:7 A nadie reprendas antes de informarte; y habiéndote informado, reprenderás con justicia.

Sir 42:8 Antes de haber escuchado no respondas palabra; y mientras otro habla, no lo interrumpas.

Sir 42:9 No porfíes sobre cosa que no te importa nada; ni te unas con los pecadores para juzgar o censurar vidas ajenas.

Sir 42:10 Hijo, no quieras abarcar muchos negocios; porque si te hicieras rico, no serás exento de culpa. Yendo tras muchas cosas, no llegarás a alcanzar ninguna; y por más diligencias que hagas, no podrás dar salida a todas.

Sir 42:11 Hay hombre que, estando falto de piedad, trabaja y se afana, y se duele de no ser rico, y tanto menos se enriquece.

Sir 42:12 Al contrario, hay otro lánguido y necesitado de amparo, muy falto de fuerzas y abundante de miseria, pero piadoso;

Sir 42:13 y a éste YHWH lo mira con ojos benignos, y lo alza de su abatimiento, y le hace levantar cabeza; de lo cual quedan muchos maravillados, y glorifican a YHWH.

Sir 42:14 De Dios vienen los bienes y los males, la vida y la muerte, la pobreza y la riqueza.

Sir 42:15 De YHWH son la sabiduría, y la disciplina, y la ciencia de la Torah; y del mismo son la caridad, y las obras que hacen los buenos.

Sir 42:16 El error y las tinieblas son connaturales a los pecadores: y los que se glorían en el mal, envejecen en la malicia.

Sir 42:17 El don o la gracia de Elohim permanece en los justos; e irá creciendo continuamente con feliz suceso.

Sir 42:18 Hay quien se hace rico viviendo con escasez; y el único fruto que tiene por recompensa

Sir 42:19 es decir: Yo he hallado mi reposo, y ahora comeré de mis bienes yo solo.

Sir 42:20 Mas él no sabe cuánto tiempo le resta; y no piensa que se le acerca la muerte, y que todo lo ha de dejar a otros, y que él se morirá.

Sir 42:21 Persiste constante en tu pacto, y de éste trata, y acaba tus días cumpliendo con aquello que te está mandado.

Sir 42:22 No fijes tu consideración en las obras de los pecadores en su prosperidad; confía en YHWH, y manténte en tu puesto,

Sir 42:23 que fácil es a Elohim enriquecer en un momento al pobre.

Sir 42:24 La bendición de YHWH apresura a recompensar al justo, y en breve tiempo lo hace crecer y fructificar.

Sir 42:25 No digas: ¿Qué me queda ya que hacer?, ¿y qué bienes me vendrán en lo venidero?

Sir 42:26 Tampoco digas: Me basto yo a mí mismo: ¿y qué mal puedo temer para en adelante?

Sir 42:27 En los días buenos no te olvides de los días malos, y en el día malo acuérdate del día bueno.

Sir 42:28 Porque fácil es a YHWH el dar a cada uno en el día de la muerte el pago según sus obras.

Sir 42:29 Una hora de mal hace olvidar los mayores deleites; y en el fin del hombre se manifiestan sus obras.

Sir 42:30 No alabes a nadie antes de su muerte; porque al hombre se le ha de conocer en sus hijos.

Sir 42:31 No introduzcas en tu casa toda suerte de personas; pues son muchas las asechanzas de los maliciosos.

Sir 42:32 Porque así como un estómago fétido arroja regüeldos, y como la perdiz, por medio del reclamo, es conducida a la trampa, y la corza al lazo, así sucede con respecto al corazón del soberbio; el cual como de una atalaya está acechando la caída de su prójimo;

33. y convirtiendo el bien en mal, está poniendo asechanzas; y pondrá tacha aun en los mismos varones escogidos.

34. Por una chispa se levanta un incendio, y por un hombre doloso se vierte mucha sangre; porque el pecador pone asechanzas a la vida de sus hermanos.

35. Guárdate del hombre corrompido, pues está fraguando males, no sea que te cubra de perpetua infamia.

36. Si admites en tu casa al extranjero, idólatra y vicioso, te trastornará como torbellino, y te despojará aun de lo tuyo.

CAPITULO 43

Sir 43:1 Si quieres hacer algún bien, mira a quién lo haces; y tendrás mucho mérito en ello.

Sir 43:2 Haz bien al justo, y lograrás una gran recompensa, si no de él, al menos de Adonay.

Sir 43:3 No lo pasará bien el que de continuo hace mal y no da limosnas; porque el Altísimo aborrece a los pecadores, y usa de misericordia con los que se arrepienten.

Sir 43:4 Sé tú generoso con el hombre misericordioso y justo, y no patrocines al pecador; porque YHWH ha de dar su merecido a los impíos y a los pecadores, reservándolos para el día de la venganza.

Sir 43:5 Sé generoso con el hombre de bien, y no apoyes al pecador.

Sir 43:6 Haz bien al humilde, y no concedas dones al impío; impide que se le dé de comer en abundancia; para que no se alce sobre ti con lo mismo que le das.

Sir 43:7 Porque será doble el mal que reportarás por todo el bien que le hicieres; pues odia el Altísimo a los pecadores, y tomará venganza de los impíos.

Sir 43:8 No se conoce el amigo en la prosperidad; y en la adversidad no quedará oculto el enemigo.

Sir 43:9 En la prosperidad del hombre sus enemigos andan tristes; y en adversidad se conoce quién es su amigo.

Sir 43:10 Nunca te fíes de tu enemigo; porque como un vaso de cobre así cría cardenillo su malicia.

Sir 43:11 Aunque haciendo del humilde ande cabizbajo, tú está sobre aviso, y recátate de él.

Sir 43:12 No te lo pongas a tu lado ni se siente a tu diestra, no sea que volviéndose contra ti, tire a usurparte el puesto; por donde al fin caigas en la cuenta de lo que te digo, y te traspasen el corazón mis advertencias.

Sir 43:13 ¿Quién será el que tenga compasión del encantador mordido de la serpiente que maneja, y de todos aquellos que se acercan a las fieras? Así será del que se acompaña con un hombre inicuo, y se haya envuelto en sus pecados.

Sir 43:14 Algún tiempo estará contigo; mas si declinase tu fortuna, no te dará la mano.

Sir 43:15 El enemigo tiene la miel en sus labios; mas en su corazón está tramando cómo dar contigo en la fosa.

Sir 43:16 Derrama lágrimas de sus ojos el enemigo; pero si halla ocasión, no se hartará de sangre.

Sir 43:17 Y si te sobreviene algún mal, hallarás que él es su primer origen.

Sir 43:18 Llorando están los ojos del enemigo; mas en ademán de ayudarte te dará un traspié.

19. Meneará su cabeza, y dará palmadas, y hablando mucho entre dientes, hará mil visajes.

CAPITULO 44

Sir 44:1 El que tocare la pez, se ensuciará con ella; y al que trata con el soberbio, se le pegará la soberbia.

Sir 44:2 Una buena carga se echa encima quien tiene trato con otro más poderoso que él. Y así no te acompañes con quien es más rico que tú.

Sir 44:3 ¿Qué sacará la olla de barro de estar junto al caldero? Cuando chocare contra éste, quedará hecha pedazos.

Sir 44:4 El rico hará un agravio, y prorrumpirá en fieros o bravatas; mas el pobre, agraviado, habrá de callar.

Sir 44:5 Si le haces regalos, te recibirá en su amistad; cuando nada tengas que ofrecerle, te abandonará.

Sir 44:6 Mientras tuvieres algo, se sentará a tu mesa, hasta que te haya consumido tu hacienda; y después no se compadecerá de ti.

Sir 44:7 Si te necesita, te engañará con palabras halagüeñas, y con semblante risueño te dará esperanzas, prometiéndote mil bienes, y te dirá: ¿Qué es lo que has de necesitar?

Sir 44:8 Y te confundirá con sus convites suntuosos; hasta tanto que en dos o tres veces que tú le convides te haga gastar cuanto tienes, y a la postre se burlará de ti; y después, al verte, te volverá las espaldas, y meneará su cabeza mofándose de ti.

Sir 44:9 Humíllate a YHWH, y espera de su mano el amparo.

Sir 44:10 Mira que seducido no te humilles neciamente ante el rico.

Sir 44:11 Guárdate de abatirte en tu sabiduría, no sea que humillado que estés, te seduzcan a hacer cosas de necio.

Sir 44:12 Cuando te llame algún poderoso, excúsate; que por lo mismo serás llamado con mayor empeño.

Sir 44:13 No seas inoportuno, para que no te eche de sí; ni te alejes tanto de él, que vengas a ser olvidado.

Sir 44:14 No te entretengas para hablar con él como con un igual, ni te fíes de las muchas palabras suyas; porque con hacerte hablar mucho hará prueba de ti, y como pasatiempo te sonsacará tus secretos.

Sir 44:15 Su corazón fiero observará tus palabras, y no te escaseará después el mal trato y las prisiones.

Sir 44:16 Vete con cuidado y está alerta a lo que oyes, pues andas por el borde de tu precipicio.

Sir 44:17 Mas al oír estas cosas tenlas presentes, aun durmiendo; y está alerta.

Sir 44:18 Ama a YHWH toda tu vida, e invócale para que te salve con su gracia.

Sir 44:19 Todo animal ama a su semejante; así también todo hombre debe amar a su prójimo.

Sir 44:20 Todas las bestias se asocian con sus semejantes; y con su semejante se ha de acompañar todo hombre.

Sir 44:21 Cuando el lobo trabe amistad con el cordero, entonces la tendrá el pecador con el justo.

Sir 44:22 ¿Qué comunicación puede haber entre un hombre santo y un perro? ¿O cuál unión entre un rico y un pobre?

Sir 44:23 Presa del león es el asno montés en el desierto; así también los pobres son pasto de los ricos.

Sir 44:24 Así como el soberbio detesta la humildad, así también el rico tiene aversión al pobre.

Sir 44:25 Si bambolea el rico, sus amigos lo sostienen; mas cayendo el pobre, aun sus familiares lo echan a empellones.

26. El rico que ha resbalado tiene muchos que le sostienen; ha hablado con arrogancia, y aquéllos lo justifican.

27. Mas el pobre que se desliza, tras eso es maltratado; habla cuerdamente, y no se hace caso de él.

28. Habla el rico, y todos callan, y ensalzan su dicho hasta las nubes.

29. Habla el pobre, y dicen aquéllos: ¿Quién es ése? Y si da un paso falso, lo empujan hasta dar con él en tierra.

30. Buenas son las riquezas en manos del que no tiene pecado en su conciencia; mas la pobreza es malísima a juicio del impío.

31. El corazón o interior del hombre le hace demudar el semblante o en bien o en mal.

32. La señal del buen corazón, que es un semblante siempre bueno y tranquilo, lo hallarás difícilmente y a duras penas.

CAPITULO 45

Sir 45:1 Bienaventurado el hombre que no deslizó en palabra que haya salido de su boca; y no es punzado por el remordimiento del pecado.

Sir 45:2 Feliz el que no tiene en su ánimo la tristeza que viene de la culpa, y no ha decaído de su esperanza en YHWH.

Sir 45:3 Al hombre codicioso o avaro y agarrado de nada le sirven las riquezas; ¿y qué le aprovecha el oro al hombre mezquino?

Sir 45:4 El que amontona, cercenándoselo injustamente a sí mismo, para otros amontona, y un extraño se regalará con sus bienes.

Sir 45:5 ¿Para quién será bueno el que para sí mismo es mezquino, y no sabe gozar de sus bienes?

Sir 45:6 Quien es avaro contra sí mismo, es el hombre más ruin del mundo, y ya recibe el pago de su pasión perversa.

Sir 45:7 Que si algún bien hace, sin pensar ni querer lo hace; y al cabo viene a descubrir su malicia.

Sir 45:8 Maligno es el ojo del envidioso o avaro; él vuelve su cara al otro lado para no ver al pobre, y desprecia su misma alma.

Sir 45:9 No se sacia el ojo del avaro con una porción injusta de bienes; no se saciará hasta tanto que haya consumido y secado su vida.

Sir 45:10 El ojo maligno del avaro está siempre fijo en el mal; no se saciará de pan; se estará, sí, famélico y melancólico en la mesa.

Sir 45:11 Tú, hijo mío, disfruta aquello que tienes, y haz de ello ofrendas dignas a YHWH.

Sir 45:12 Acuérdate de la muerte, la cual no tarda en llegar, y de la ley que se ha manifestado de ir al sepulcro; porque el morir es una ley de que nadie está exento.

Sir 45:13 Antes de morir haz bien a tu amigo, y alarga tu mano generoso hacia el pobre según tu posibilidad.

Sir 45:14 No te prives de las ventajas de un buen día que YHWH te concede; y del buen don o bien que te da Adonay no dejes perder ninguna parte.

Sir 45:15 ¿No ves que has de dejar a otros el fruto de tus sudores y fatigas, y que por suerte se lo repartirán entre sí?

Sir 45:16 Da a los pobres, y toma para ti lo necesario, y santifica así tu alma.

Sir 45:17 Practica la justicia antes que mueras; porque en el sepulcro no hay que buscar sustento.

Sir 45:18 Se pudrirá ha toda la carne como el he-no, y como las hojas que brotan en la verde planta.

Sir 45:19 Una hojas nacen y otras se caen; así de las generaciones de carne y sangre, una fenece y otra nace.

Sir 45:20 Toda obra corruptible ha de perecer finalmente, y su artífice tendrá el mismo paradero que ella.

Sir 45:21 Mas todas las obras escogidas o justas serán aprobadas, y el que las hace, será por ellos glorificado.

Sir 45:22 Bienaventurado el hombre que es constante en la sabiduría y ejerce la misericordia, y considera en su mente a YHWH que ve todas las cosas;

Sir 45:23 que va estudiando en su corazón los caminos de la sabiduría y entiende sus secretos, yendo en pos de ella como quien sigue su rastro, pisando siempre sus huellas;

Sir 45:24 que anhelando verla y oírla se pone a mirar por sus ventanas, y está escuchando en su puerta;

Sir 45:25 y reposa junto a la casa de ella, e hincando en sus paredes una estaca, asienta al lado su pequeño pabellón, dentro del cual tendrán perpetua morada todos los bienes;

Sir 45:26 bajo la protección de la sabiduría colocará a sus hijos, y morará debajo de sus ramas.

Sir 45:27 A la sombra de ella estará defendido del calor, y en su gloria reposará tranquilo.

CAPITULO 46

Sir 46:1 El que teme a YHWH hará buenas obras; y quien observa exactamente la justicia, poseerá la sabiduría;

Sir 46:2 porque ella le saldrá al encuentro cual madre respetable, y cual virgen desposada lo recibirá.

Sir 46:3 Lo alimentará con pan de vida y de inteligencia, y le dará a beber el agua de ciencia saludable, y fijará en él su morada, y él le será constante.

Sir 46:4 Y la sabiduría será su sostén, y no se verá jamás confundido, sino que será ensalzado entre sus hermanos,

Sir 46:5 y en medio de la comunidad le abrirá la boca, llenándolo del espíritu de sabiduría y de inteligencia, y revistiéndole de un manto que lo cubrirá de gloria.

Sir 46:6 Le colmará de consuelo y alegría, y le dará en herencia un eterno renombre.

Sir 46:7 Los hombres necios nunca la lograrán; mas los prudentes saldrán a su encuentro. No la verán los necios, porque está lejos de la soberbia y de la mentira.

Sir 46:8 Los hombres mentirosos no se acordarán de ella; mas los veraces conversarán con ella, y andarán de bien en mejor hasta que vean la cara de Elohim.

Sir 46:9 No está bien la alabanza de ella en la boca del pecador,

Sir 46:10 porque YHWH es la sabiduría, y con la sabiduría anda acompañada la alabanza de YHWH; y rebosará en los labios del hombre fiel, y el Poderoso soberano se la infundirá.

Sir 46:11 No digas: En YHWH consiste que la sabiduría se esté lejos de mí; no hagas tú lo que él aborrece, y la tendrás.

Sir 46:12 Tampoco digas: El me ha inducido al error; pues no necesita él que haya hombres impíos.

Sir 46:13 Aborrece Adonay toda maldad, la cual no puede ser amada de aquellos que lo temen.

Sir 46:14 Creó Elohim desde el principio al hombre, y le dejó en manos de su consejo.

Sir 46:15 Le dio además sus mandamientos y preceptos.

Sir 46:16 Si guardando constantemente la fidelidad que le agrada, quisieres cumplir los mandamientos, ellos serán tu salvación.

Sir 46:17 Ha puesto delante de ti el agua y el fuego; extiende tu mano a lo que más te agrade.

Sir 46:18 Delante del hombre están la vida y la muerte, el bien y el mal; lo que escogiere le será dado.

Sir 46:19 Porque la sabiduría de YHWH es grande, y su poder fuerte e irresistible; y está mirando a todos sin cesar.

Sir 46:20 Tiene puestos Adonay sus ojos sobre los que le temen, y él observa todas las acciones de los hombres.

21. A nadie ha mandado obrar impíamente, y a nadie ha dado un tiempo o permiso para pecar.

22. Porque no le es grato a él el tener muchos hijos desleales e inútiles.

CAPITULO 47

Sir 47:1 No te alegres de que tus hijos se multipliquen, si son malos; ni te complazcas en ellos, si no tienen temor de YHWH.

Sir 47:2 No fíes en su vida, ni cuentes para tu vejez con sus labores, o puestos y dignidades;

Sir 47:3 porque mejor es tener un solo hijo temeroso de YHWH, que mil hijos malos;

Sir 47:4 y más cuenta tiene morir sin hijos que dejar hijos malos.

Sir 47:5 Un solo hombre cuerdo hará que sea poblada la patria o el país; despoblada será la nación o tribu de los impíos.

Sir 47:6 Muchas cosas semejantes han visto mis ojos, y más graves que éstas las han oído mis oídos.

Sir 47:7 Arderán llamas en la reunión de los pecadores; y la ira de Elohim reventará sobre la nación de los incrédulos.

Sir 47:8 Implacable se mostró YHWH a los pecados de los antiguos gigantes; los cuales vanamente confiados en sus fuerzas fueron aniquilados con el diluvio.

Sir 47:9 Ni perdonó YHWH al lugar donde estaba hospedado Lot; antes bien maldijo a sus habitantes por la soberbia de sus palabras.

Sir 47:10 No tuvo lástima de ellos y destruyó a toda aquella nación que hacía gala de sus delitos.

Sir 47:11 Y lo mismo a los seiscientos mil hombres que, obstinados de corazón, se amotinaron cuando iban por el desierto. Por donde se ve que aunque uno solo fuese contumaz, sería cosa maravillosa que quedase sin castigo.

Sir 47:12 Porque la misericordia y la ira están con Adonay; puede aplacarse, y puede descargar su enojo.

Sir 47:13 Así como usa de misericordia, así también castiga; él juzga al hombre según sus obras.

Sir 47:14 No evitará el pecador el castigo de su pecado; y no se retardará al hombre misericordioso el premio que espera.

Sir 47:15 Todo acto de misericordia prepara el lugar a cada uno según el mérito de sus obras, y según su prudente conducta durante la peregrinación en esta vida.

Sir 47:16 No digas: Yo me esconderé de YHWH; ¿y desde allá arriba quién pensará en mí?

Sir 47:17 Nadie me reconocerá en medio de tan gran muchedumbre porque ¿qué es mi persona entre tanta infinidad de criaturas?

Sir 47:18 He aquí que el cielo, y los altísimos cielos, y el profundo mar, y la tierra toda, y cuanto en ellos se contiene temblarán a una mirada suya.

Sir 47:19 Los montes también, y los collados y los cimientos de la tierra sólo con que los mire YHWH se estremecerán de terror.

Sir 47:20 Y en medio de todo esto, es insensato el corazón del hombre, pero Elohim está viendo todos los corazones;

Sir 47:21 ¿y quién es el que entiende sus caminos?; ¿y aquella espantosa tormenta del Juicio Final , que jamás habrán visto igual ojos humanos?

Sir 47:22 Así es que escondidas son e inteligibles muchísimas de sus obras; mas las obras de su justicia vengadora ¿quién será capaz de explicarlas?, ¿o quién las podrá sufrir? Porque los decretos de YHWH están muy distantes de las ideas que se forman algunos; pero a todos se ha de tomar residencia al fin del mundo.

Sir 47:23 El hombre mentecato piensa en cosas vanas; y el insensato y descarriado sólo se ocupa en sandeces.

Sir 47:24 Escúchame, hijo mío, y aprende documentos de prudencia, y medita en tu corazón las palabras que voy a decirte;

Sir 47:25 pues yo te daré instrucciones muy acertadas, y te manifestaré la escondida sabiduría; aplícate de corazón a atender a mis palabras, que yo con ánimo sincero te diré las maravillas que esparce YHWH en sus obras desde el principio , y te mostraré con toda verdad su divina ciencia.

Sir 47:26 Formó YHWH sabiamente desde el principio sus obras, y desde su primera creación las distinguió en partes; y colocó a las principales de ellas, según su naturaleza.

Sir 47:27 Dio a sus operaciones virtud perenne; sin que hayan tenido necesidad de ser restauradas, ni se hayan fatigado, ni cesado nunca de obrar.

Sir 47:28 Jamás ninguna de ellas chocará a la otra.

29. No seas tú desobediente a su palabra.

30. Después de esto miró Elohim la tierra, y la colmó de bienes.

31. Eso están demostrando todos los animales vivientes, que están sobre su superficie, y vuelven otra vez a ser tierra.

CAPITULO 48

Sir 48:1 YHWH creó de la tierra al hombre, y lo formó a imagen suya.

Sir 48:2 Y porque pecó lo hizo volver a ser tierra. Y le revistió de virtud conforme a su ser.

Sir 48:3 Le señaló determinado tiempo y número de días; y le dio potestad sobre las cosas que hay en la tierra.

Sir 48:4 Lo hizo temible a todos los animales por lo cual tiene él dominio sobre las bestias y sobre las aves.

Sir 48:5 De la sustancia del mismo formó Elohim una ayuda semejante a él; les dio a ambos razón y lengua, y ojos, y orejas, e ingenio para inventar, y los llenó de las luces del entendimiento.

Sir 48:6 Creó en ellos la ciencia del espíritu; les llenó el corazón de discernimiento, y les hizo conocer los bienes y los males.

Sir 48:7 Acercó la luz de sus divinos ojos a sus corazones, para hacerles conocer la magnificencia de sus obras,

Sir 48:8 a fin de que alaben a una su santo Nombre, y ensalcen sus maravillas, y publiquen la grandeza de sus obras.

Sir 48:9 Añadió en bien de ellos las reglas de costumbres, y les dio por herencia la Torah de vida.

Sir 48:10 Asentó con ellos una alianza eterna, y les hizo conocer su justicia y sus preceptos.

Sir 48:11 Vieron con los propios ojos la grandeza de su gloria, y la majestad de su voz les hirió los oídos y les dijo: Guardaos de toda suerte de iniquidad.

Sir 48:12 Y mandó a cada uno de ellos el amor de su prójimo.

Sir 48:13 Están siempre a su vista los procederes de ellos; no pueden encubrirse a sus divinos ojos.

Sir 48:14 A todas las naciones señaló quien las gobernase;

Sir 48:15 mas Israel fue visiblemente reservado para herencia de YHWH.

Sir 48:16 Todas las obras de ellos están patentes como el sol en la presencia de Elohim, cuyos ojos están siempre fijos sobre sus procederes.

Sir 48:17 Ni por sus maldades quedó oscurecida o derogada la alianza divina, y todas sus iniquidades están a la vista de YHWH.

Sir 48:18 La limosna del hombre la guarda YHWH como un sello, y tendrá cuidado de las buenas obras del hombre como de las niñas de sus ojos.

Sir 48:19 Después se levantará a juicio y dará a los malos el pago, a cada uno en particular, y los enviará a lo profundo de la tierra.

Sir 48:20 Pero a los que se arrepienten les concede el volver a la senda de la justicia, y les da fuerzas cuando les faltan, para ir adelante, y ha destinado para ellos la porción o premio debido a la verdad o fidelidad.

Sir 48:21 Conviértete, pues, a Adonay, y abandona tus vicios.

Sir 48:22 Haz Tefila (oracion) ante la presencia de Adonay y remueve las ocasiones de caer.

Sir 48:23 Conviértete a Adonay , y vuelve las espaldas a tu iniquidad, y aborrece sumamente todo lo que es abominable a YHWH;

Sir 48:24 y estudia los mandamientos y juicios de YHWH, y sé constante en el estado feliz de la virtud que se te ha propuesto y en la oración al Altísimo Elohim.

Sir 48:25 Entra en la compañía del siglo santo de la eternidad o con aquellos que viven por la gracia, y dan alabanza a YHWH.

Sir 48:26 No te pares en el camino errado de los malos. Alaba a YHWH antes de morir. El muerto (como si nada fuese) no puede ya alabarle y merecer la vida eterna.

Sir 48:27 Vivo, vivo lo has de alabar, y estando sano has de confesar y alabar a YHWH, y gloriarte en sus misericordias.

28. ¡Oh cuán grande es la misericordia de Adonay, y cuánta su clemencia para con los que a él se convierten!

29. Porque no puede el hombre tener todas las cosas; puesto que no hay ningún hijo del hombre que sea inmortal, y que no se complazca en la vanidad y malicia.

30. ¿Qué cosa más resplandeciente que el sol? Pues éste también se eclipsa. O ¿qué cosa más torpe que los pensamientos de carne y sangre? Pero no han de quedar ellos sin castigo.

31. Aquel ve en torno de sí las virtudes del altísimo cielo; mas todos los hombres son polvo y ceniza

CAPITULO 49

Sir 49:1 El que vive eternamente creó todas las cosas sin excepción. Sólo YHWH será siempre hallado justo, y él es el rey invencible que subsiste eternamente.

Sir 49:2 ¿Quién es capaz de referir todas sus obras?

Sir 49:3 ¿O quién puede investigar sus maravillas?

Sir 49:4 Pues su omnipotente grandeza ¿quién podrá jamás explicarla?, ¿o quién emprenderá contar sus misericordias?

Sir 49:5 No hay que quitar ni que añadir en las admirables obras de Adonay, ni hay quien pueda comprenderlas.

Sir 49:6 Cuando el hombre hubiere acabado, entonces estará al principio ; y cuando cesare, quedará absorto.

Sir 49:7 ¿Qué es el hombre?, ¿y en qué puede ser útil a YHWH? ¿Qué le importa a YHWH su bien o su mal?

Sir 49:8 El número de los días del hombre, cuando mucho, es de cien años; que vienen a ser como una gota de las aguas del mar, y como un granito de arena; tan cortos son estos años comparados con el día de la eternidad.

Sir 49:9 Por eso Elohim aguanta a los mortales y derrama sobre ellos su misericordia.

Sir 49:10 Está viendo la presunción de sus corazones, que es mala, y conociendo el trastorno de ellos, que es perverso.

Sir 49:11 Por esto les manifestó de lleno su clemencia, y les mostró el camino de la equidad o justicia.

Sir 49:12 La compasión del hombre tiene por objeto a su prójimo; pero la misericordia de YHWH se extiende sobre toda carne o a todo viviente.

Sir 49:13 El tiene misericordia, y los amaestra, y los guía cual pastor a su grey.

Sir 49:14 El es benigno con los que escuchan la doctrina de la misericordia, y son solícitos en la práctica de sus preceptos.

Sir 49:15 Hijo, no juntes con el beneficio que hagas la reprensión, ni acompañes tus dones con la aspereza de malas palabras.

Sir 49:16 ¿No es verdad que el rocío templa el calor?; pues así también la buena palabra vale más que la dádiva.

Sir 49:17 ¿No conoces tú que la palabra dulce vale más que el don? Pero el hombre justo acompañará lo uno con lo otro.

Sir 49:18 El necio prorrumpe ásperamente en improperios, y la dádiva del hombre mal criado y duro entristece y saca lágrimas de los ojos.

Sir 49:19 Antes del juicio o de presentarte al juez, asegúrate de tu justicia; y antes que hables, aprende.

Sir 49:20 Antes de la enfermedad toma el preservativo; y antes del juicio examínate a ti mismo, y así hallarás misericordia en la presencia de YHWH.

Sir 49:21 Antes de la dolencia mortifícate y humíllate; y en el tiempo de tu enfermedad haz conocer tu conversión y buena conducta.

Sir 49:22 Nada te detenga de orar siempre que puedas; ni te avergüences de hacer buenas obras hasta la muerte; porque la recompensa de Elohim dura eternamente.

Sir 49:23 Antes de la Tefila (oracion) prepara tu alma, y no quieras ser como el hombre que tienta a YHWH.

Sir 49:24 Acuérdate de la ira que vendrá el día final, y del tiempo de la retribución, cuando YHWH apartará su rostro de los impíos.

Sir 49:25 Acuérdate de la pobreza en el tiempo de la abundancia y de las miserias de la pobreza en tiempo de las riquezas.

Sir 49:26 De la mañana a la tarde se cambiará el tiempo, y todo esto se hace muy pronto a los ojos de YHWH.

Sir 49:27 El hombre sabio temerá en todo, y en los días de pecados, o escándalos grandes, se guardará de la negligencia.

Sir 49:28 Todo hombre sensato sabe distinguir la sabiduría, y alaba al que la ha hallado.

Sir 49:29 Los hombres juiciosos se portan con prudencia en el hablar, y entienden la verdad y la justicia, y esparcen como lluvia proverbios y sentencias.

Sir 49:30 No te dejes arrastrar de tus pasiones, y refrena tus apetitos.

Sir 49:31 Si satisfaces los antojos de tu alma, ella te hará la risa y fábula de tus enemigos.

Sir 49:32 No gustes de andar en los bullicios, ni aun en los de poca monta; porque ocurren en ellos continuos conflictos.

33. Mira no te empobrezcas con tomar dinero a usura para competir o seguir disputas con los otros, teniendo vacío tu bolsillo; pues serás injusto contra tu propia vida.

CAPITULO 50

Sir 50:1 El operario dado al vino no se enriquecerá, y poco a poco se arruinará el que desprecia las cosas pequeñas.

Sir 50:2 El vino y las mujeres hacen apostatar a los sabios, y desacreditan a los sensatos.

Sir 50:3 El que se junta con rameras, perderá toda vergüenza; la pus y los gusanos serán, aun en vida, sus herederos; será propuesto por escarmiento, y será borrado del número de los vivientes.

Sir 50:4 El que cree de ligero, es de corazón liviano, y padecerá menoscabo. Quien peca, pues, contra su propia alma, será considerado por un hombre ruin.

Sir 50:5 Infamado será quien se goza en la iniquidad; y se acortará la vida al que odia la corrección; mas el que aborrece la locuacidad sofoca la malicia del murmurador.

Sir 50:6 Tendrá que arrepentirse el que peca contra su propia alma; y el que se huelga en la malicia, se acarreará la infamia.

Sir 50:7 No reportes una palabra maligna y ofensiva, porque no perderás nada.

Sir 50:8 No cuentes tus ocultos sentimientos indistintamente al amigo y al enemigo; y si has pecado, no lo propales.

Sir 50:9 Porque te escuchará y se guardará de ti; y aparentando que disculpa tu pecado, te odiará en su interior, y así estará siempre alrededor de ti.

Sir 50:10 ¿Oíste alguna palabra contra tu prójimo? Sepúltala en tu pecho, seguro de que no reventarás por retenerla.

Sir 50:11 Padece el necio dolores de parto por causa de una palabra secreta que se le ha confiado; como mujer que gime para dar a luz un niño.

Sir 50:12 Como saeta hincada en un muslo carnoso, así es la palabra en el corazón del necio.

Sir 50:13 Corrige al amigo que quizá no obró con mala intención, y dirá: No hice yo eso; pero si lo hizo, a fin de que no lo haga más.

Sir 50:14 Corrige al prójimo que acaso no habrá dicho tal cosa; y si la hubiere dicho, para que no la diga más.

Sir 50:15 Corrige al amigo; porque muchas veces se levantan calumnias.

Sir 50:16 Y no creas todo lo que se cuenta. Tal hay que se desliza en lo que habla; mas no lo dice con mala intención.

Sir 50:17 ¿Pero quién hay que no haya pecado con su lengua? Corrige al prójimo con suavidad, antes de usar de amenazas,

Sir 50:18 y da lugar al temor del Altísimo que te lo manda, porque toda la sabiduría se encierra en el temor de YHWH, y a YHWH se teme con ella, y toda sabiduría se ordena al cumplimiento de la Torah de YHWH.

Sir 50:19 Que no es sabiduría el arte de hacer mal; ni es prudencia pensar de los pecadores.

Sir 50:20 Es una malignidad que va unida con la execración; y es un necio el que está falto de la sabiduría de Elohim.

Sir 50:21 Es preferible aquel hombre a quien falta sagacidad y está privado de ciencia, pero que es timorato, al que es muy entendido, si traspasa la Torah del Altísimo.

Sir 50:22 Hay una sagacidad extremada; mas es sagacidad inicua y manifiesta de ha satan.

Sir 50:23 Y hay quien discurre bien y con fruto exponiendo la verdad. Hay quien maliciosamente se humilla, mas su corazón está lleno de mentira;

Sir 50:24 y quien se abate excesivamente con gran sumisión, y quien vuelve la cara y aparenta no ver aquello que es un secreto;

Sir 50:25 mas si por falta de fuerzas no puede pecar, hallando oportunidad de hacer mal, lo hará.

Sir 50:26 Por el semblante es conocido el hombre, y por el aire de la cara se conoce el que es juicioso.

Sir 50:27 La manera de vestir, de reír y de caminar del hombre, dicen lo que él es.

28. Es una corrección falsa o indiscreta, cuando uno airado vomita injurias, y forma un juicio que después se halla no ser recto; y hay quien en tal situación calla, y ése es prudente.

CAPITULO 51

Sir 51:1 ¿Cuánto mejor es dar una reprensión, y no prohibir hablar al que confiesa la culpa, que alimentar la ira contra él?

Sir 51:2 Como el eunuco que deshonra a una doncellita encargada a su custodia,

Sir 51:3 así es el que con la fuerza viola la justicia.

Sir 51:4 ¡Cuán buena cosa es, siendo corregido, el mostrar arrepentimiento!, porque así huirás del pecado voluntario.

Sir 51:5 Hay quien callando es reconocido por sabio; y hay quien se hace odioso por su flujo de hablar.

Sir 51:6 Tal hay que calla por no saber hablar; y tal hay que calla porque sabe cuál es la ocasión oportuna.

Sir 51:7 El hombre sabio callará hasta un cierto tiempo; mas el vano y el imprudente no aguardan la ocasión.

Sir 51:8 Quien habla mucho, hará daño a su alma; y el que se arroga un injusto poder de juzgar a los demás, será aborrecido.

Sir 51:9 La prosperidad es un mal para el hombre desarreglado; y los tesoros que halla, se le convierten en detrimento.

Sir 51:10 Hay una dádiva que es inútil para el que la hace; y dádiva hay que tiene doble recompensa.

Sir 51:11 Hay quien en la exaltación halla el abatimiento; y a otro la humillación sirve para ensalzarse.

Sir 51:12 Tal hay que compra muchas cosas a un vil precio, y después tiene que pagar siete veces más.

Sir 51:13 Se hace amable el sabio con su conversación; mas los chistes de los tontos serán perdidos.

Sir 51:14 La dádiva del necio no te aprovechará; porque sus ojos tienen muchas miras de interés en lo que te da.

Sir 51:15 El dará poco, y lo echará muchas veces en cara, y abrir de su boca será un volcán contra ti.

Sir 51:16 Hoy da prestado uno y mañana lo demanda. Hombre de este comportamiento es bien odioso.

Sir 51:17 El necio no tendrá un amigo; ni serán agradecidos sus dones,

Sir 51:18 pues los que comen su pan son de lengua insolente. ¡Oh cuántos y cuántas veces harán burla de él!

Sir 51:19 Porque da o gasta sin juicio aquello que debía reservar, y aun aquello que no debía guardar.

Sir 51:20 El desliz de la lengua embustera es como el de quien cae del terrado a la calle; tan precipitada será la caída de los malos.

Sir 51:21 El hombre insulso es como un cuento sin substancia, de aquellos que andan siempre en las bocas de gente malcriada.

Sir 51:22 La parábola no tiene gracia en boca del fatuo, porque la dice fuera de tiempo.

Sir 51:23 Hay quien deja de pecar por falta de medios, y padece tormentos por tener que estar en inacción.

Sir 51:24 Tal hay que pierde su alma por respetos humanos, y la pierde por miramiento a un imprudente; y por un tal hombre se pierde a sí mismo.

Sir 51:25 Hay quien por respetos humanos promete al amigo lo que no puede cumplir; y la ganancia que de eso saca es hacérselo gratuitamente enemigo.

Sir 51:26 Es una tacha infame la mentira en el hombre; ella está de continuo en la boca de los malcriados.

Sir 51:27 Menos malo es el ladrón que el hombre que miente a todas horas; aunque ambos tendrán por herencia la perdición.

Sir 51:28 Deshonradas y viles son las costumbres de los mentirosos; siempre llevan consigo su propia confusión.

Sir 51:29 Se acredita el sabio con su hablar; y el varón prudente será grato a los magnates.

Sir 51:30 Aquel que labra bien su tierra formará más alto el acervo de frutos; y el que hace obras de justicia será ensalzado, y el que es grato a los magnates debe huir de la injusticia, y portarse con rectitud.

Sir 51:31 Los regalos y las dádivas ciegan los ojos de los jueces, y les cierran la boca para no corregir a los malos.

32. La sabiduría que se tiene oculta, y el tesoro escondido, ¿de qué sirven ni aquélla ni éste?

33. Mejor es el hombre que oculta su ignorancia que el que tiene escondido su saber.

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Nota: Este último capítulo es un Apéndice compuesto por varios poemas, cuya autenticidad se ha discutido. El poema que empieza en el verso 18 es alfabético y fue hallado entre los Salmos en la gruta 11 de Qumran.

La divina sabiduría invita a los ignorantes de la ciencia de la salvación, que es la verdadera ciencia, para que vengan a aprenderla.

V.Y.R

Versión Yahwhuista Restituida

Giménez Gastón

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